Paraguay, un país mediterráneo, rico en recursos naturales y con una población joven, ha logrado avances significativos gracias a políticas macroeconómicas estables y reformas institucionales, como el establecimiento de metas de inflación y leyes de responsabilidad fiscal.
En julio de 2024, Moody’s mejoró su calificación de crédito soberano a grado de inversión. Este crecimiento económico ha generado una marcada reducción de la pobreza, con el porcentaje de personas que viven por debajo de la línea internacional de pobreza bajando de casi la mitad en 2003 a 18% en 2023.
A pesar de estos avances, Paraguay sigue siendo vulnerable a eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones, que han obstaculizado el crecimiento y la disminución de las tasas de pobreza. El cambio climático podría agravar estos desafíos, por lo que es esencial que el país invierta en adaptación climática, protección social adaptativa y un crecimiento económico más diversificado.
Abordar la necesidad de crear empleos de calidad, especialmente para mujeres y jóvenes, y mejorar los servicios públicos como salud y educación es vital para lograr una prosperidad sostenible y equitativa. Además, fortalecer las instituciones del Estado y la gobernanza es crucial para las transformaciones futuras.