Paraguay no ha experimentado desequilibrios macroeconómicos significativos en las últimas dos décadas, principalmente debido a una gestión fiscal prudente. Aunque la pandemia de COVID-19 aumentó el déficit presupuestario y la deuda pública, estas cifras siguen siendo relativamente bajas en comparación con el resto de la región, situándose en 2.6 por ciento y 40.2 por ciento, respectivamente, en 2024.
Sin embargo, Paraguay enfrenta el desafío de mejorar la calidad y cantidad del gasto en servicios públicos esenciales e infraestructura, los cuales son críticos para crear mejores oportunidades laborales. Aproximadamente el 62 por ciento de la fuerza laboral está empleada en el sector informal. Además, Paraguay es vulnerable a eventos climáticos extremos, como sequías, que han obstaculizado el crecimiento económico y ralentizado la reducción de la pobreza.