Como economía de ingreso mediano alto, Perú ha logrado notables avances sociales y económicos en las últimas décadas: la pobreza cayó del 60 por ciento en 2002 al 24 por ciento en 2013, y el PIB per cápita se disparó de poco más de US$ 2.100 en 2003 a más de US$ 8.400 en 2024. Estas políticas monetarias, fiscales y financieras prudentes, reflejadas en una baja inflación, una deuda pública manejable, grandes reservas internacionales y un sistema financiero sólido, han respaldado estos logros.
A pesar de estos avances, Perú enfrenta desafíos persistentes. El crecimiento económico se ha desacelerado en los últimos años, cayendo de un promedio de 6.2 por ciento entre 2005 y 2014 a solo 2.4 por ciento entre 2015 y 2024. Los altos niveles de informalidad, las disparidades regionales, el debilitamiento de las instituciones y un panorama político dinámico pero a veces turbulento continúan dando forma a la senda de desarrollo del país. Sin embargo, la resiliencia y la creatividad del pueblo peruano, combinadas con la riqueza natural y el espíritu emprendedor del país, ofrecen la esperanza de un futuro más inclusivo y próspero.