Sentar las bases

La creación de empleo comienza con inversiones en la infraestructura esencial necesaria para que las personas y las empresas prosperen. Estas inversiones incluyen infraestructura física, como caminos, puertos, electricidad e infraestructura urbana, la cual es crucial para que las empresas operen y se conecten con los mercados. Abarcan la infraestructura humana como la atención de salud, la nutrición, la educación y la adquisición de habilidades, que crean una fuerza laboral próspera. E incluyen recursos resilientes como el aire limpio y el agua segura, vitales para mejorar los niveles de vida, reducir la pobreza y crear empleos. Los Gobiernos y las entidades del Grupo Banco Mundial dedicadas al sector público —el BIRF y la AIF— pueden ayudar a financiar estos esfuerzos y garantizar que los recursos se utilicen de manera eficaz.