La República Dominicana (RD), un país de casi 11 millones de habitantes conocido por su población resiliente y trabajadora, así como por sus ricos recursos naturales y culturales, está trazando un camino audaz para convertirse en una nación de altos ingresos para el año 2036—movilizando al sector privado, creando empleos de calidad y fomentando un crecimiento inclusivo hacia un futuro más sostenible y próspero.
La economía de la RD ha crecido rápidamente en comparación con el promedio latinoamericano durante los últimos 20 años. Sin embargo, para garantizar un crecimiento inclusivo, el país debe mejorar la calidad del empleo alineando la educación con las necesidades del mercado laboral, especialmente para los grupos de bajos ingresos y las mujeres. Medidas como transferencias monetarias y servicios de cuidado infantil pueden reducir las tasas de deserción escolar y las brechas de género. Abordar las desigualdades regionales mediante la planificación urbana, la infraestructura y el fortalecimiento de la gobernanza local conectará las zonas desfavorecidas con nuevas oportunidades. Mejorar la eficiencia del gasto social y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático y los choques económicos también es fundamental para el desarrollo a largo plazo.
Estas recomendaciones buscan liberar una mayor productividad económica, crear un mercado laboral más inclusivo, fomentar una transformación estructural dinámica que aproveche el potencial de las zonas y grupos poblacionales marginados, y establecer una política fiscal más eficiente y redistributiva, incluyendo medidas de asistencia y protección social.
El crecimiento sostenido e inclusivo es clave para que la República Dominicana alcance sus aspiraciones de convertirse en un país de altos ingresos.
Abordar estos desafíos requerirá un esfuerzo conjunto del gobierno, el sector privado, la sociedad civil y los socios internacionales.
Última actualización: Oct 06, 2025