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ARTÍCULO Abril 17, 2020

Una acción decidida para enfrentar la crisis sin precedentes provocada por la COVID-19 (coronavirus)

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Reunión virtual de Comité para el Desarrollo. © Grant Ellis/World Bank


El mundo está enfrentando desafíos sin precedentes debido a la pandemia de coronavirus (COVID-19), que puede destruir los avances en el desarrollo en muchos países. La pandemia ha tenido un profundo impacto en el capital humano: en las vidas, la educación, el bienestar básico y la productividad futura. La crisis también ha endurecido drásticamente las condiciones de financiamiento externo para todos los países, sin importar su nivel de ingreso. Se necesita una cooperación multilateral para contener este mal y mitigar sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas.

Estos fueron los mensajes principales del Comité para el Desarrollo, un foro de nivel ministerial del Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un comunicado dado a conocer durante las Reuniones de Primavera de ambas instituciones, que se realizaron por primera vez de manera virtual.

El Comité, que representa a los 189 países miembros, señaló que el Grupo Banco Mundial se encuentra en una posición única para abordar estos complejos problemas y desempeñar un papel de liderazgo en los esfuerzos de respuesta a través de sus préstamos, inversiones, conocimientos y poder de convocatoria. Dado que la pandemia requiere una acción e innovación colectiva y decidida, el Comité invitó al Grupo Banco Mundial y al FMI a continuar ayudando a todos los países clientes, en colaboración con los organismos de las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y los asociados bilaterales.

En sus palabras ante el Comité, el presidente del Grupo Banco Mundial, David R. Malpass, dijo que: «Si no actuamos con rapidez para fortalecer los sistemas y la resiliencia, los avances que se han logrado en términos de desarrollo durante los últimos años pueden perderse con facilidad». Agregó que, si bien los impactos de la pandemia son globales, «es probable que la crisis afecte en mayor medida a los países y las personas más pobres y vulnerables».

Al enfatizar la necesidad de actuar con rapidez y con medidas de amplio alcance, Malpass informó que los programas sobre la COVID-19 del Grupo Banco Mundial se ejecutan en 64 países en desarrollo, y se espera llegar a 100 países para fines de abril. Además, dijo que los esfuerzos coordinados del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) tienen tres objetivos principales: proteger a los hogares más pobres y vulnerables, respaldar a las empresas y preservar el empleo, y ayudar a los países en desarrollo a implementar operaciones sanitarias de emergencia y fortalecer la resiliencia económica.

Tanto el Comité como Malpass destacaron que el fuerte apoyo de los países miembros ha permitido al Grupo Banco Mundial estar en mejores condiciones para ayudar a los países a afrontar la COVID-19. Malpass dijo que: «Con los recursos existentes, plenamente movilizados y suministrados por adelantado, podremos brindar financiamiento por valor de USD 160 000 millones durante los próximos 15 meses». Agregó que la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, proporcionará USD 50 000 millones de ese total en forma de donaciones y créditos en condiciones sumamente concesionarias.

Durante la semana, los ministros de Finanzas del Grupo de los Veinte (G-20) anunciaron también que los acreedores bilaterales oficiales permitirán a los países de la AIF que soliciten un período de gracia suspender sus pagos del servicio de la deuda a partir del 1 de mayo. Esta iniciativa ha sido promovida por el Grupo Banco Mundial y el FMI, y durante la conferencia de prensa (i) posterior a la reunión del Comité para el Desarrollo, el presidente Malpass destacó que: “Es una iniciativa potente y de rápida acción que aportará beneficios reales para los pobres”. El Comité instó a los acreedores privados a participar en la iniciativa aplicando condiciones similares. También solicitó al Grupo Banco Mundial y al FMI que examinen los desafíos en términos de deuda de los países de ingreso mediano y que busquen soluciones para las dificultades fiscales y de deuda en dichos países, teniendo en cuenta cada caso. El Comité y Malpass recalcaron que los esfuerzos deben ayudar a aumentar la transparencia de la deuda de los países en desarrollo.

Las medidas que se han adoptado reflejan la magnitud de los desafíos planteados por la COVID-19, la cual fue calificada por Malpass como «una crisis sin precedentes, con efectos sanitarios, económicos y sociales devastadores que se hacen sentir en todo el mundo». Tanto él como el Comité expresaron sus condolencias por las pérdidas de vidas humanas y ofrecieron su apoyo a quienes trabajan en la primera línea de lucha contra la pandemia. También subrayaron que, al actuar ahora, el Grupo Banco Mundial puede ayudar a los países a reducir el tiempo de recuperación y sentar las bases para el crecimiento y mejores niveles de vida para todas las personas.

Por encima de todo, la respuesta urgente a la COVID-19 refleja el compromiso a largo plazo del Grupo Banco Mundial de ayudar a los países clientes a reducir la pobreza, ampliar la prosperidad y lograr sus objetivos de desarrollo. Tal como lo dijo el Comité: «Estas metas solo se lograrán a través de una reconstrucción más sólida y mejor estructurada».



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