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ARTÍCULO Junio 04, 2020

Por qué la biodiversidad es importante para su taza de café diaria: Proteger el lugar de nacimiento del café arábica silvestre en las tierras altas de Etiopía

Mesfin Tekle, especialista en recursos naturales y coordinador de proyectos de la Unión de Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad.

Mesfin Tekle, especialista en recursos naturales y coordinador de proyectos de la Unión de Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad. Crédito de la foto: Sue Pleming / Banco Mundial

 


Bonga, Etiopía. Miles de variantes genéticas de café germinan en la densa selva tropical de la Reserva de la Biosfera de Kafa, en el suroeste de Etiopía, un importante banco de semillas de la variedad arábica silvestre, que está en peligro de extinción debido al cambio climático.

La conservación del preciado café arábica de Etiopía es fundamental no solo para los consumidores de café de todo el mundo, sino también para los 15 millones de personas que dependen de este producto para subsistir en este país. Etiopía es el mayor productor de café en África y el quinto exportador a nivel mundial. Según la Organización Internacional del Café, la producción cafetera del país llegó a 7,5 millones de sacos de 60 kilogramos en 2018.

La zona de Kafa, a unos 460 kilómetros al suroeste de Addis Abeba, se considera el lugar originario de la variedad de café arábica silvestre. Las plantas de arábica que se encuentran aquí se están utilizando para desarrollar variedades resistentes a las enfermedades que más afectan al café y tienen el potencial de sobrevivir al impacto del cambio climático.


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“Este bosque es una reserva genética para el café”, explicó Mesfin Tekle, especialista en recursos naturales y coordinador de proyectos de la Unión de Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad, que ayuda a gestionar la Reserva de la Biosfera de Kafa. “Las variedades resistentes —continuó— se encuentran en bosques de café densos y sombreados, y se pueden desarrollar y cultivar después. De ahí la importancia del bosque cafetero de cara al cambio climático”, concluyó Tekle, señalando las flores blancas de un cafeto con sus distintivas hojas pareadas.

En un estudio (i) de 2019 dirigido por Aaron Davis, jefe de investigación sobre el café del Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido), se reveló que el 60 % de las 124 variedades de café silvestre están en peligro de extinción debido al cambio del uso de la tierra y la deforestación, fenómenos agravados por el cambio climático. El café silvestre, afirmó Davis, es vital para la viabilidad a largo plazo del sector cafetero.

“La gran diversidad genética que se encuentra en estas áreas silvestres no se puede, sencillamente, reproducir en jardines botánicos o colecciones de investigación”, añadió Davis. “Necesitaremos estos recursos más que nunca durante este siglo, especialmente en un contexto de cambio climático. En Etiopía, por ejemplo, se ha utilizado la variedad arábica silvestre para contrarrestar la enfermedad de la baya del café mediante la selección de existencias en bosques silvestres que poseen una resistencia natural a esta terrible enfermedad de las plantas”, explicó.

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Reserva de la Biosfera de Kafa, Etiopía. Crédito de la foto: Sue Pleming/Banco Mundial


REBOSANTE DE BIODIVERSIDAD

Designada en 2010 por la UNESCO como biosfera nacional, la Reserva de la Biosfera de Kafa se extiende a lo largo de 760 000 hectáreas y tiene una población de alrededor de 1 millón de personas. Se conoce como el “pulmón verde” de Etiopía por el dióxido de carbono que atrapan sus bosques. Los bosques de Kafa rebosan biodiversidad (i) y son el hogar de cientos de especies de mamíferos, aves y plantas. Hierbas como el cardamomo y la pimienta larga crecen de forma silvestre, y los monos colobos blancos y negros vigilan desde las copas de los árboles mientras los leones, búfalos, antílopes y otros animales salvajes deambulan por la zona.

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Mono colobo en un árbol en la Reserva de la Biosfera de Kafa, Etiopía. Crédito de la foto: Kaia Rose/Connect4Climate.

Los bosques silvestres de café de Etiopía son una apreciada fuente de material de plantación para las granjas por sus semillas y plántulas. “La protección de estos recursos es una parte clave de la estrategia de resiliencia del país”, declaró el ministro de Estado para la Gestión de los Recursos Naturales, Dr. Kaba Urgessa. “Tenemos que ser muy serios en lo siguiente: si dejamos que los agricultores gestionen solo el café podrían en algunos casos introducir café foráneo. Tenemos que ser muy cuidadosos porque, de producirse ese cruce, podríamos perder nuestros recursos genéticos. Por consiguiente, si garantizamos eso, no solo estaremos protegiendo el café, sino también nuestros bosques”.

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Flores de café Arábica silvestre. Reserva de la Biosfera de Kafa, Etiopía. Crédito de la foto: Kaia Rose/Connect4Climate.

TRES ZONAS DISTINTAS

Hasta la fecha, hay cinco biosferas en Etiopía. El concepto de biosfera se introdujo para conservar la diversidad biológica y, al mismo tiempo, para hacer participar y beneficiar a las comunidades. Cada biosfera consta de tres zonas interconectadas. La zona central, donde están prohibidas la agricultura y las actividades económicas, goza de una estricta protección. Está rodeada por una franja de contención y en ella se permiten actividades limitadas de turismo y capacitación, junto con la recolección de productos no forestales, como la miel. La agricultura se permite solo en la zona de transición exterior.

El Programa de Gestión Sostenible de la Tierra del Banco Mundial ha colaborado con agricultores de la zona de transición, proporcionándoles asesoramiento sobre prácticas agrícolas sostenibles y apoyando esfuerzos para revertir la deforestación y la degradación de los bosques, mejorar la salud del suelo y proteger la diversidad biológica.

“Al impulsar los medios de subsistencia en la zona de transición, la presión sobre la zona central debería disminuir y reducir la necesidad de que las comunidades accedan a los recursos de esa zona, preservando así el café silvestre a largo plazo”, afirmó Paul Martin, especialista superior en Gestión de los Recursos Naturales del Banco Mundial.

Mesfin Tekle recordó que, después de la designación de esta zona como biosfera, la deforestación disminuyó de inmediato, particularmente en la zona central. “El café no soporta grandes cambios de temperatura y, si se producen talas excesivas, se provoca el aumento de las temperaturas, la disminución de la humedad del suelo y se amenaza la supervivencia del café”, explicó. Las intervenciones del Banco Mundial en las zonas de transición ayudaron a las comunidades a depender de actividades alternativas de generación de ingresos, en lugar de cortar árboles para obtener carbón, así como a expandir la agricultura.

En la zona de transición, los agricultores han notado un cambio en las estaciones en los últimos años. Tadelech Kabede, un caficultor de la zona de Chena Woreda, próxima a la zona central, dijo que las estaciones impredecibles y la lluvia le obligaron a ajustar el calendario de siembra. Mesfin Tekle aseguró que, en el bosque, las plantas de café también se estaban adaptando. “El sabor, el gusto, la aroma... que disfrutan las personas que toman café, provienen de la naturaleza. Si se mantiene el hábitat del café, entonces eso irá a la taza de café que la gente consume y disfrutará de lo mejor que la naturaleza tiene para ofrecer”, señaló Tekle. “El café es biodiversidad”.

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Café Arábica silvestre tostado. Crédito de la foto: Sue Pleming/Banco Mundial



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