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ARTÍCULOOctubre 31, 2022

Recientes investigaciones indican que invertir en sistemas de transporte público puede incrementar el poder de negociación de los trabajadores y transformar las economías urbanas

TITULARES

  • La rápida urbanización de los países de bajo y mediano ingreso ha conducido a un crecimiento económico, pero también trae consigo desafíos importantes, como las altas tasas de congestión en sus principales ciudades y la proliferación de viviendas informales.
  • Las inversiones en transporte urbano pueden beneficiar a los trabajadores no sólo a través de la reducción de los tiempos de traslado, sino también por medio de otros efectos en la economía, como un mayor poder de negociación y la reasignación de trabajo del sector informal a empleos en el sector formal.
  • IGCities es una herramienta gratuita en R que utiliza recientes modelos económicos de la economía urbana que sirven para simular los impactos de las políticas urbanas en toda la economía. Su principal objetivo es que puede ayudar a los encargados del diseño y la implementación de políticas públicas a predecir mejor los efectos de inversiones locales en las ciudades en diferentes aspectos tales como el transporte público, carreteras y políticas de vivienda.

Las ciudades han crecido enormemente en las últimas décadas y, en la actualidad, más del 50 % de la población mundial vive en zonas urbanas. Se espera que en los próximos 35 años la población urbana del mundo aumente en más de 2000 millones de personas; en ese punto, casi 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades. Además, el 80 % del producto interno bruto (PIB) mundial se genera en las ciudades, lo que indica que la urbanización no es simplemente consecuencia del crecimiento económico, sino que en realidad puede impulsar el aumento de la productividad y la innovación.

Si bien la urbanización puede contribuir al crecimiento, los encargados de formular políticas se enfrentan a varios desafíos urgentes asociados con este fenómeno, como el aumento de la congestión y la proliferación de viviendas informales. Estos desafíos reducen la productividad e inciden negativamente en el bienestar de los habitantes de ciudades de países de ingreso bajo y mediano. 

Gráfico 1: La urbanización avanza a un ritmo acelerado

The World Bank

Nota: Las imágenes muestran la transformación del Paseo de la Reforma de la Ciudad de México entre 1960 y el presente. Fotografías: Architectural Histories (izquierda) y Wikimedia Commons (derecha).

En una charla reciente sobre investigaciones relativas a políticas, Román David Zárate (i), economista de investigación del Banco Mundial, aclaró algunos de los desafíos que enfrentan las ciudades de los países de ingreso bajo y mediano, basándose en un recientes modelos económicos (i) que ofrece un panorama mucho más amplio de los impactos de las inversiones en servicios públicos (como el transporte urbano). “La urbanización se está produciendo a un ritmo acelerado”, dijo Zárate, “y las ciudades se posicionan como uno de los principales motores del crecimiento económico. Sin embargo, la infraestructura de transporte deficiente es, desafortunadamente, una característica común de las ciudades en los países en desarrollo”.

Zárate mencionó el ejemplo de la Ciudad de México, donde un trabajador poco calificado tarda aproximadamente entre dos y tres horas en llegar a su trabajo (i) en el centro de la ciudad donde se localizan la mayoría de empleos formales. De hecho, en México, el 50 % de la fuerza laboral urbana y el 70 % de los establecimientos empresariales son informales. El empleo informal genera que muchos trabajadores se encuentren en desventaja debido a la menor seguridad laboral, el menor acceso a los servicios y los salarios más bajos. En la Ciudad de México, la terminación de una nueva línea de metro—la línea B—entre 1999 y 2000 sirvió para conectar la sección noreste de la ciudad (donde la mayoría de los empleos eran informales) con el centro de la ciudad (donde los trabajadores podían encontrar empleos formales).

Gráfico 2: Mapa de las líneas de metro de la Ciudad de México
The World Bank

Nota: En esta imagen se muestran las líneas de metro que existían anteriormente (líneas azules), la línea B (inaugurada en 1999-2000), la línea C (una propuesta que no se construyó) y la línea 12, que es la línea más reciente.

La incorporación de esta nueva línea al tránsito ayudó a conectar a los trabajadores informales con empleos formales. La construcción de la línea B tuvo amplias repercusiones económicas en los mercados locales de vivienda y trabajo, lo que llevó a que las tasas de informalidad se redujeran hasta en un 7 % en los lugares cercanos a las nuevas estaciones relativo a las otras áreas de la ciudad. Esta transición hacia el sector formal amplificó los beneficios de la nueva línea de metro aproximadamente en un 20 %, lo que señala la importancia de identificar todo el espectro de beneficios de las inversiones en transporte público y no sólo enfocarse en los beneficios directos de estas inversiones en transporte.

“Cuando la nueva infraestructura de transporte, como los autobuses de tránsito rápido o las líneas de metro, reduce el tiempo de viaje entre dos ubicaciones, hay nuevas zonas con acceso a los empleos y el mercado laboral formal se vuelve más atractivo”, explicó Zárate.

La expansión del metro de Santiago (Chile) es otro ejemplo de cómo un mejor transporte puede ayudar a transformar las economías en beneficio de los trabajadores. Durante los últimos 20 años, la ciudad amplió considerablemente su sistema de metro en cuatro etapas. A partir de un conjunto de datos en los que se hacía un seguimiento tanto de las empresas como de los trabajadores durante este tiempo, Zárate y sus colaboradores han demostrado (PDF, en inglés) que esta expansión redujo en un 7 % la influencia de las empresas en el mercado, lo que dio lugar a mejores salarios para los trabajadores. La integración del mercado laboral en toda la ciudad generó más opciones para los trabajadores, contrarrestando el poder de las grandes empresas de ofrecer salarios no competitivos.

Pensando en el futuro, Zárate compartió la primera versión de un conjunto de herramientas que brinda a los funcionarios públicos y los planificadores urbanos de todo el mundo la posibilidad de estimar mejor los efectos no solo de las inversiones en transporte público propuestas, sino también los de muchas políticas urbanas que tienen el potencial de transformar la economía. El conjunto de herramientas, desarrollado en colaboración con el International Growth Centre y denominado IGCities, está disponible gratuitamente (i) y solo exige mínimos requisitos de datos, lo que lo hace adecuado para muchos contextos de países de ingreso bajo y mediano.

Como conclusión, Zárate se enfocó en analizar las enseñanzas más amplias en materia de políticas. En los contextos de los países de ingreso bajo y mediano, los funcionarios deben tener en cuenta las innumerables formas en que las políticas pueden interactuar con las fallas del mercado (a menudo muy extendidas). Las ciudades se enfrentan a problemas persistentes, como la informalidad generalizada, el excesivo poder de mercado de las empresas y la delincuencia. Como se ha demostrado en la investigación de Zárate y en otros análisis, las inversiones y las políticas adecuadas pueden generar grandes beneficios cuando ayudan a abordar estos problemas más generales. En casos como el de transporte público, las inversiones apropiadas también pueden dar lugar a beneficios de inclusión que ayuden en gran medida a los trabajadores y a quienes viven en zonas más marginadas.

Teniendo en cuenta los enormes desafíos de crecimiento que tienen ante sí las ciudades de todo el mundo, los avances en cuanto a investigación y herramientas como los de Zárate serán aún más necesarios en las próximas décadas.

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