CIUDAD DE WASHINGTON, 7 de octubre de 2025. La economía de África subsahariana sigue mostrándose resiliente: se prevé que el crecimiento llegará al 3,8 % en 2025, un aumento respecto del 3,5 % de 2024. Esta aceleración refleja la disminución de las presiones inflacionarias y una modesta recuperación de la inversión pese a la persistente incertidumbre económica mundial.
La cantidad de países con niveles de inflación de dos dígitos disminuyó drásticamente
—de 23 en octubre de 2022 a 10 en julio de 2025—, lo que indica que se ha avanzado en la estabilización de los precios. Sin embargo, se ciernen sobre la región diversos riesgos de deterioro, entre los que figuran los efectos indirectos de la incertidumbre en la política comercial internacional, la disminución del interés de los inversionistas y la reducción de las fuentes de financiamiento externo, incluida la asistencia oficial para el desarrollo. El servicio de la deuda externa ha aumentado a más del doble en la última década y llegó al 2 % del producto interno bruto en 2024. El número de países de África subsahariana con alto riesgo de sobreendeudamiento o sobreendeudados casi se ha triplicado: pasó de 8 en 2014 a 23 en 2025, es decir, casi la mitad de la región.
El ritmo de crecimiento sigue siendo insuficiente para reducir de forma significativa la pobreza extrema o crear la cantidad de empleos de calidad necesarios para satisfacer las demandas de una fuerza laboral en rápido aumento. África está experimentando el cambio demográfico más grande y rápido del mundo. Para aprovechar esta oportunidad, los países deben acelerar un crecimiento que genere empleos de alta calidad. Este es uno de los temas clave de la 32.ª edición de Africa's Pulse (i) (El pulso de África), el informe económico bianual del Banco Mundial sobre la región, que este año se centra en los caminos hacia la creación de empleo en África.
“Durante los próximos 25 años, la población en edad de trabajar de África subsahariana aumentará en más de 600 millones de personas”, señaló Andrew Dabalen, economista en jefe del Banco Mundial para la región de África. ”El desafío será generar mejores empleos para esta creciente población, dado que hoy en día solo el 24 % de los nuevos trabajadores consigue empleos remunerados. Es esencial promover un cambio estructural que favorezca la creación de más empresas medianas y grandes si se busca generar gran cantidad de empleos asalariados”.
En el informe se describe un conjunto de políticas prioritarias para ayudar a los países a estimular la creación de empleo a gran escala. Es fundamental reducir el costo de hacer negocios a fin de permitir la expansión de las empresas y el ingreso en el mercado de nuevas firmas de alto crecimiento. Las políticas que apuntan a mejorar la infraestructura —energética, digital, de transporte— y a desarrollar el capital humano y las habilidades son esenciales para crear un ecosistema en el que las personas y las empresas puedan prosperar. El fortalecimiento de las instituciones y de la gestión puede contribuir a garantizar la estabilidad, frenar la corrupción y generar un entorno empresarial previsible que atraiga la inversión privada.
También será clave estimular el desarrollo de las empresas privadas en sectores como la agroindustria, la minería, el turismo, la atención de la salud, la vivienda y la construcción. Por ejemplo, por cada puesto de trabajo que se crea en el sector turístico, se generan 1,5 empleos adicionales en áreas relacionadas. Con las reformas y las inversiones adecuadas, la región de África subsahariana puede liberar su enorme potencial de empleo y trazar su camino hacia el crecimiento inclusivo y sostenible.