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Perspectivas económicas | América Latina y el Caribe Abril 2024

Revitalizar el crecimiento: una agenda urgente para América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe ha avanzado lenta pero consistentemente en solucionar los desequilibrios provocados por la pandemia, en un entorno internacional que apenas comienza a mostrar señales de estabilización. No obstante, aún queda mucho por hacer y persisten desafíos como corregir los desequilibrios fiscales, recuperar el poder adquisitivo y recobrar los avances logrados en reducción de la pobreza de la década anterior. Sin embargo, el objetivo central de la región sigue siendo mejorar las anémicas tasas de crecimiento. Según el informe, se prevé que el PIB regional se expanda un 1,6% en 2024, con expectativas de crecimiento del 2, 7% y 2, 6% para 2025 y 2026, respectivamente. Estas cifras son las más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo, y resultan insuficientes para fomentar la prosperidad.

 

El crecimiento podría ser impulsado por una mayor competencia en las economías de la región, junto a las inversiones complementarias necesarias para mejorar las capacidades de las empresas y los trabajadores, así como mejoras en los sistemas nacionales de innovación que permitan el desarrollo, difusión y utilización de ideas, productos y procesos nuevos.

Mensajes claves


Capítulo 1 | Convergencia hacia las metas de inflación y persistencia del bajo crecimiento

Si bien América Latina y el Caribe muestra un dinamismo menor al resto de las regiones del mundo, ya recuperó plenamente el PIB perdido durante la pandemia de COVID-19, el empleo total está cercano a recuperar su valor de 2019 —aunque no para todos los grupos— y la pobreza se redujo por debajo de sus niveles prepandémicos (en buena medida debido a la influencia de Brasil y México), la región enfrenta un entorno mundial que sigue siendo complicado

 

A pesar de la sólida gestión macroeconómica de la región, las perspectivas de crecimiento siguen siendo bajas, no solo debido a las condiciones mundiales, sino también a temas estructurales que nunca han sido abordados. El crecimiento regional sigue estando obstaculizado por los bajos niveles de acumulación de capital y de crecimiento de la productividad a largo plazo.

 

Capítulo 2| Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?

A lo largo de la región, la ausencia de competencia hace que los consumidores paguen precios más altos por bienes y servicios de menor calidad, reduciendo el bienestar general y contribuyendo a una desigualdad más elevada, dado que los precios de monopolio sobre bienes y servicios esenciales representan una proporción más grande de los presupuestos de los hogares más pobres.

 

Incrementar la competencia que enfrentan las empresas de ALC tiene el potencial de estimular el crecimiento y mejorar el bienestar. La competencia generada por la importación de bienes de bajo costo puede ayudar a elevar la calidad de vida de las familias a lo largo del espectro de ingreso. La competencia también tiene el poder de empujar a los productores locales a adoptar nuevos productos y tecnologías, elevando la productividad a nivel de empresa. La integración de los mercados a nivel mundial ha contribuido a generar entornos con mayor competencia, facilitando la difusión y adopción de innovaciones que mejoran la eficiencia. Al mismo tiempo, la competencia en mercados domésticos dinámicos y desafiantes es la mejor forma de preparar a las empresas para exportar.

PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO

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