El Banco Mundial ha respaldado el proceso de desarrollo de Uruguay durante más de 70 años, con una variedad de instrumentos que incluyen préstamos, seguros, donaciones, asistencia técnica e intercambio de conocimiento.
Uruguay se destaca en América Latina por ser una sociedad igualitaria, por su alto ingreso per cápita y por sus bajos niveles de desigualdad y pobreza. En términos relativos, su clase media es la más grande de América, y representa a más del 60% de su población.
Una sólida gestión macroeconómica y condiciones externas favorables respaldaron una expansión económica que ha durado dos décadas, con excepción de la recesión provocada por la COVID-19 en 2020. Luego de la pandemia, el país experimentó un sólido crecimiento económico y, gracias a una gestión fiscal prudente, actualmente disfruta de los márgenes soberanos más bajos de la región.
En 2022, la economía creció un 4,9%. Para 2023 se espera que el crecimiento del PIB se desacelere al 1,5% debido a una sequía histórica, pero se proyecta que se recupere al 3,2% en 2024. El porcentaje de hogares que viven en la pobreza actualmente se sitúa en un 6,4%, (utilizando la línea de pobreza internacional de US$6,85 por persona por día). Esta cifra es 1,3 puntos porcentuales más alta que los niveles registrados antes de la pandemia.
A pesar de su estabilidad económica y social, aún persisten importantes disparidades sociales y económicas, debido a limitaciones estructurales que limitan el cierre de las brechas de desarrollo. Una educación con resultados comparativamente bajos para el nivel de ingresos del país, una integración global limitada, dificultades para el desarrollo de mercados más competitivos, mercados financieros poco desarrollados y una inflación crónicamente alta se encuentran entre los desafíos más relevantes.
Además, una sequía récord que afectó la producción agrícola y el suministro de agua potable en la capital, Montevideo, resaltan la dependencia de Uruguay de su capital natural y su exposición al cambio climático.
Uruguay ha demostrado ser un líder en la innovación de instrumentos financieros para la acción climática, como la colocación en el mercado global de su primer bono que indexa la tasa de interés al logro de objetivos específicos de contribución determinada a nivel nacional (NDC). Actualmente, el país está trabajando para extender acuerdos innovadores de financiamiento climático a préstamos de organismos multilaterales.
Última actualización: Sept 28, 2023
El Grupo del Banco Mundial (GBM) ha respaldado el proceso de desarrollo de Uruguay durante más de 70 años, con una variedad de instrumentos que incluyen préstamos, seguros, donaciones, asistencia técnica e intercambio de conocimiento.
El Marco de Alianza del Banco Mundial con Uruguay para el periodo 2023-2027 (que establece la agenda de trabajo entre el GBM y el país), prioriza tres áreas de trabajo: adaptación de la economía al cambio climático y mayor resiliencia fiscal; mejores oportunidades de empleo; y acceso inclusivo a servicios públicos de calidad.
Para que Uruguay continúe avanzando hacia una economía verde y aumente su capacidad de adaptarse al cambio climático, mitigando riesgos y reduciendo el impacto en las cuentas fiscales, el GBM apoyará (i) la transición hacia un sistema de producción agroecológica que garantice a los productos uruguayos un reconocimiento nacional e internacional, (ii) la identificación de reformas que puedan atraer inversión privada, (iii) la segunda transición energética hacia el hidrógeno verde, y (iv) la transición del sector transporte hacia una flota de vehículos eléctricos.
Para responder a los desafíos demográficos, educativos y tecnológicos que transforman el mercado laboral, el GBM también apoyará la creación de un sistema que permita a las instituciones de formación profesional de jóvenes y adultos ofrecer programas alineados a las necesidades del mercado laboral moderno, con énfasis en el 40% más pobre de la población, así como en el cierre de brechas de género.
Por último, será una prioridad modernizar y fortalecer a las instituciones a cargo de la provisión de servicios públicos y asegurar un acceso universal y de calidad, para que todos los sectores de la sociedad y áreas del interior del país puedan beneficiarse de la misma manera.
En la actualidad, el GBM tiene una cartera de US$650,4 millones. La misma está compuesta por US$87,5 millones en proyectos de inversión financiados por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) en los sectores de educación, agricultura y gobierno electrónico, US$539,3 millones en una garantía del Organismo Multilateral de Garantías (MIGA, por sus siglas en inglés) al sector financiero, y US$22,6 millones de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) en apoyo al sector privado en proyectos de alimentos, Fintech, y manufacturas.
Última actualización: Sept 28, 2023
El Grupo del Banco Mundial ha trabajado junto a los distintos gobiernos uruguayos en áreas como infraestructura, transporte, agricultura, recursos naturales, educación, saneamiento y salud.
Desde 2010 se han aprobado casi US$1.695,5 millones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) en préstamos para financiar inversiones en infraestructura, agricultura, capital humano, adaptación al cambio climático, protección social, apoyo a pequeñas y medianas empresas, y fortalecimiento institucional, y para aumentar la capacidad del Gobierno para proteger a los sectores más vulnerables de la población de impactos económicos externos a través de instrumentos de financiamiento contingente. Además, el Banco Mundial ha canalizado donaciones y brindado apoyo analítico y técnico.
A continuación, se detallan tan solo algunos de los resultados del trabajo del Banco Mundial y Uruguay:
Intercambios Sur-Sur: En línea con el desarrollo de servicios financieros y de conocimiento innovadores que brinden soluciones entre países, el Grupo Banco Mundial ha facilitado la participación de Uruguay en unas 20 iniciativas Sur-Sur en una variedad de temas como: trazabilidad ganadera (Botsuana, Namibia, Kazakstán, Kirguistán y Paraguay), mantenimiento de carreteras y contratos basados en el desempeño (Marruecos), el uso de TIC en la educación (Armenia y Kirguistán), sistemas de información en agricultura (México) y experiencias de salud (Paraguay y Chile). Uruguay también ha recibido delegaciones de Kirguistán y Papua Nueva Guinea que buscaban incorporar buenas prácticas en sus compañías nacionales de electricidad; de Zimbabue y Botsuana para asuntos de presupuestación; de Nicaragua para mejorar la capacidad estadística del país; y de Costa Rica para compartir la experiencia del país en la gestión del agua. También han llegado a Uruguay representantes del sector privado de Uganda, patrocinados por la Corporación Financiera Internacional IFC.
Seguro climático: Numerosos países se han acercado al Banco Mundial en busca de una solución similar a la que se puso en práctica con el Gobierno uruguayo. En diciembre de 2013, el Banco Mundial firmó un contrato con la empresa de energía (UTE), que proporcionaba cobertura durante un período de 18 meses frente a los riesgos combinados de la sequía y los altos precios del petróleo. La transacción fue diseñada para ayudar a la empresa a compensar pérdidas financieras que pueden ocurrir cuando la falta de lluvia reduce el volumen de agua en los embalses que alimentan las centrales eléctricas y hay que recurrir a la generación térmica, que tiene un costo más elevado y requiere la importación de combustibles alternativos. Se trató de la mayor transacción de este tipo en el mercado (US$450 millones), y la primera vez que se realizó una transacción de cobertura en commodities entre un país emergente y el Banco Mundial.
Cambio climático y producción responsable: El “Proyecto de Manejo Sostenible de los Recursos Naturales y de Adaptación al Cambio Climático (DACC)” ayudó a más de 5.000 productores rurales, 22% de los cuales son mujeres, en la adopción de prácticas agropecuarias y ganaderas inteligentes con el clima para potenciar la resiliencia del sector agropecuario ante el cambio climático. El proyecto creó el Sistema Nacional de Información Agropecuaria (SNIA), un sistema digital que consiste en 34 productos separados e interoperables (como un novedoso sistema de trazabilidad para la aplicación de pesticidas y un sistema meteorológico de alerta temprana para los productores).
En 2021, el Banco Mundial aprobó un préstamo a Uruguay por US$35,5 millones para continuar desarrollando sistemas de información que permitan a productores y responsables de políticas públicas anticipar medidas de resiliencia frente al cambio climático y acompañar el desarrollo de la agroecología. El objetivo del programa es promover que la producción de alimentos en Uruguay se lleve a cabo de forma ambientalmente sostenible, permitiendo así participar de los mercados internacionales más exigentes.
Agenda de conocimiento
El Banco Mundial también elabora una serie de estudios analíticos estratégicos. Entre los últimos reportes se destacan:
Inclusión Social en Uruguay – que analiza los éxitos de la sólida agenda de inclusión social del país, pero también visibiliza los focos persistentes de exclusión.
Justo a Tiempo – sobre envejecimiento, cambio tecnológico, habilidades y regulaciones laborales en el Uruguay que viene.
Última actualización: Sept 28, 2023
FINANCIAMIENTO
Uruguay: Compromisos por ejercicio (en millones de US$)*
*Montos incluyen compromisos del BIRF y la AIF.
EL GRUPO DEL BANCO MUNDIAL
Sepa lo que las oficinas del Grupo del Banco están haciendo en Uruguay (i)
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