
Durante este ejercicio, la pandemia de COVID-19 puso a los países frente a desafíos sin precedentes y les exigió responder con rapidez a las fuertes alteraciones producidas en la atención de la salud, la actividad económica y los medios de subsistencia. El GBM se ha ubicado a la vanguardia de esa respuesta, movilizándose rápidamente a fin de brindar a los países el apoyo que necesitaban para suministrar insumos clave, reducir la pérdida de vidas, atenuar las penurias económicas, proteger los avances en el desarrollo tan arduamente logrados y cumplir con su misión de reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida. Con estos esfuerzos buscamos mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más pobres y vulnerables tanto en lo inmediato como a largo plazo.
Al inicio de la pandemia, el GBM adoptó medidas amplias y decididas para poner en marcha un mecanismo de desembolso de vía rápida que ayudara a los países a responder con celeridad a esta crisis. Esperamos suministrar durante un período de 15 meses, que finalizará el 30 de junio de 2021, un monto de hasta USD 160 000 millones a través de nuevas operaciones y de la reestructuración de otras ya existentes con el objeto de ayudar a los países a hacer frente a una amplia gama de necesidades derivadas de la pandemia. Estos fondos incluirán más de USD 50 000 millones de la AIF, otorgados en calidad de donaciones y financiamiento en condiciones sumamente concesionarias.
En mayo contábamos ya con operaciones sanitarias de emergencia en 100 países. Nuestros proyectos iniciales estaban especialmente dirigidos a limitar la propagación de la pandemia y reforzar la capacidad de los servicios de salud. Ayudamos a los países a acceder a equipos y suministros médicos esenciales a través del apoyo a las adquisiciones y la logística, lo que incluyó entablar negociaciones con los proveedores en su nombre. Muchos países en desarrollo dependen de las importaciones para obtener suministros, por lo que se ven muy expuestos a las fluctuaciones en los precios y las restricciones comerciales. A través de la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), brindamos capital de trabajo y financiamiento para el comercio, esenciales para el sector privado de los países en desarrollo, en particular para las empresas de sectores clave, y ayudamos a los sectores financieros a continuar proporcionando financiamiento a las empresas locales viables.
En marzo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) instaron a los acreedores oficiales bilaterales a suspender los pagos de la deuda de los países clientes de la AIF. En abril, los líderes del Grupo de los Veinte (G-20) dieron a conocer un acuerdo histórico por el cual se suspendían los pagos del servicio de la deuda bilateral desde el 1 de mayo hasta fines de 2020 y se exhortaba a los acreedores comerciales a ofrecer un tratamiento similar. Esto constituyó un ejemplo elocuente de la cooperación internacional dirigida a ayudar a los países más pobres.
Más allá de las preocupaciones sanitarias inmediatas, el GBM brinda apoyo a los países que comienzan a reabrir sus economías, restablecer el empleo y los servicios, y allanar el camino para una recuperación sostenible. Muchos de nuestros países clientes han incrementado su transparencia y se han vuelto más atractivos para las nuevas inversiones gracias a la divulgación de información más completa sobre los compromisos financieros de su sector público. El Banco está ayudando a los países más vulnerables a evaluar la transparencia y la sostenibilidad de su deuda, elementos esenciales para obtener buenos resultados en el ámbito del desarrollo.
Por otro lado, el GBM colabora con los esfuerzos de los países por ampliar las redes de protección social. Esto incluye operaciones de transferencias monetarias suministradas tanto a través de canales presenciales como digitales, que permiten a los Gobiernos brindar eficientemente este apoyo crucial a su población más vulnerable. También trabajamos con los Gobiernos para eliminar o redirigir los subsidios a los combustibles fósiles —costosos y perjudiciales para el medio ambiente— y reducir las barreras comerciales a los alimentos y los insumos médicos.
En el ejercicio de 2020, los compromisos netos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) llegaron a los USD 28 000 millones, y los desembolsos se mantuvieron en niveles sólidos. Los compromisos netos de la AIF fueron de USD 30 400 millones, esto es, un 39 % más altos que en el ejercicio anterior. En marzo se aprobó la decimonovena reposición de los recursos de la AIF, con lo que se garantizó un paquete de financiamiento de USD 82 000 millones durante un período de tres años para los 76 países más pobres del mundo. Esto nos permitirá incrementar el apoyo a los países afectados por situaciones de FCV, y mejorar la transparencia de la deuda y las prácticas de endeudamiento sostenibles.
Durante el último ejercicio, realineamos la distribución del personal y los niveles gerenciales del Banco para impulsar programas coordinados en los países y utilizar los conocimientos de calidad como eje de nuestras operaciones y de las políticas de desarrollo. Por otro lado, estamos ampliando nuestra presencia en el mundo para estar más cerca de las operaciones en el terreno. Intensificamos, asimismo, el énfasis en África creando dos nuevas vicepresidencias en el Banco, una centrada en África occidental y central y otra en África oriental y meridional, que comenzarán a funcionar en el ejercicio de 2021. También nombré a cuatro nuevos funcionarios de alto rango: a Anshula Kant, como directora gerente y oficial financiera principal; a Mari Pangestu, como directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas; a Hiroshi Matano, como vicepresidente ejecutivo de MIGA, y a Axel van Trotsenburg, quien asumió como director gerente de Operaciones tras la partida de Kristalina Georgieva, ahora titular del FMI. Además de estos nombramientos, en el curso del ejercicio pasado se designaron o reasignaron 12 vicepresidentes. En conjunto, el sólido equipo directivo y un personal sumamente dedicado y motivado trabajan para construir la institución de desarrollo más eficaz del mundo, con un modelo de negocios resiliente y con capacidad de respuesta que pueda ayudar a cada país y a cada región a lograr mejores resultados de desarrollo.
En nuestras Reuniones Anuales celebradas en octubre, presentamos un nuevo índice que permite el seguimiento de la pobreza de aprendizajes, es decir, el porcentaje de niños de 10 años que no pueden leer y comprender una narración simple. Para reducir esta pobreza de aprendizajes será necesario implementar amplias reformas, pero el resultado (lograr que los niños adquieran las capacidades que necesitan para tener éxito y alcanzar su potencial en la adultez) es fundamental para el desarrollo.
Al ayudar a los países a sacar provecho de las nuevas tecnologías digitales, contribuimos a ampliar el acceso a transacciones financieras de bajo costo, en particular para las mujeres y otros grupos vulnerables. La conectividad digital es uno de los muchos pasos clave para ayudar a las mujeres a desplegar todo su potencial económico. A través de la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras (We-Fi), con sede en el GBM, se trabaja para eliminar las barreras regulatorias y legales a las que se enfrentan las mujeres y se las ayuda a acceder al financiamiento, los mercados y las redes que necesitan para tener éxito. Las operaciones del Banco también tienen como meta propiciar una mayor capacidad de acción y participación de las mujeres en sus comunidades. Por este motivo, trabajamos para garantizar que las niñas puedan aprender eficazmente en las escuelas y se encuentren seguras en ellas, y promovemos una atención de salud de calidad para madres y niños.
Asimismo, ayudamos a los países a fortalecer el sector privado, que desempeña una función fundamental a la hora de crear empleo e impulsar el crecimiento económico. En el ejercicio de 2020, los compromisos de financiamiento a largo plazo de IFC se incrementaron a USD 22 000 millones, monto que abarca USD 11 000 millones en compromisos propios y USD 11 000 millones en fondos movilizados de inversionistas privados y otros actores. Además, IFC ofreció financiamiento a corto plazo por USD 6500 millones. Los compromisos de MIGA, por su parte, alcanzaron los USD 4000 millones, con un promedio de USD 84 millones por proyecto. De cara al futuro, la línea de productos de MIGA, su dotación de personal y sus iniciativas generales resultan adecuadas para contribuir a la respuesta del GBM frente a la COVID-19, lo que incluye poner el énfasis en proyectos más pequeños en países clientes de la AIF y afectados por situaciones de FCV.
Ninguno de estos logros habría sido posible sin la ardua labor de nuestro personal y su exitosa adaptación al trabajo desde casa durante la pandemia. En todo el mundo y en todos los niveles, el personal continuó brindando soluciones para abordar las necesidades más urgentes de los países. Le estoy profundamente agradecido por su dedicación y su flexibilidad, sobre todo en estas circunstancias difíciles.
En un momento en que los habitantes de los países en desarrollo deben lidiar con la pandemia y con profundas recesiones, el GBM mantiene el compromiso asumido respecto de su futuro, brindándoles el apoyo y la asistencia que necesitan para superar esta crisis y lograr una recuperación sostenible e inclusiva.
David Malpass
Presidente del Grupo Banco Mundial y de los Directorios Ejecutivos y las Juntas de Directores de las instituciones que lo integran