Alianza con Mozambique para promover la resiliencia y el crecimiento inclusivo

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Photo Credit: Sarah Farhat

Mozambique fue noticia este año cuando dos ciclones de gran magnitud tuvieron un impacto catastrófico en la vida de millones de personas. La ciudad de Beira, el segundo puerto en importancia del país, recibió el impacto directo del ciclón Idai. Poco después, el ciclón Kenneth tocó tierra y provocó nuevos daños.

En los países más pobres del mundo, con demasiada frecuencia este tipo de reveses destruyen años de avances en el desarrollo. Pero si bien estas tormentas fueron devas- tadoras, mostraron también que el país ha logrado progresos importantes en el manejo de los riesgos climáticos, área en la que el Banco Mundial es un asociado clave.

Como parte de su primer viaje oficial al exterior, en mayo de 2019, el presidente del GBM, David Malpass, visitó Beira, donde anunció la entrega de un paquete de financia- miento de emergencia para Mozambique de USD 350 millones a través del Servicio de Respuesta ante las Crisis de la AIF. Estos fondos están ayudando a restablecer el suminis- tro de agua y a reconstruir la infraestructura y los cultivos dañados, y sirven de respaldo para la prevención de enfermedades, la seguridad alimentaria, la protección social y los sistemas de alerta temprana en las comunidades. Asimismo, complementan otras inicia- tivas dirigidas a incrementar la resiliencia a largo plazo, como el Programa de Gestión de Riesgos de Desastres y Resiliencia (programa por resultados), con el que se busca lograr mayor protección financiera contra los desastres naturales, mejorar la preparación y la respuesta ante ellos y construir escuelas resilientes frente al clima.

También hemos respaldado la respuesta del Gobierno, un esfuerzo enorme canali- zado a través de su Instituto Nacional de Gestión de Desastres, en el que se han reunido más de 14 países, 1000 trabajadores de programas de ayuda humanitaria y 188 orga- nizaciones. Al mes del paso del Idai, más de 1 millón de personas recibían asistencia alimentaria, unas 900 000 tenían agua potable y casi 750 000 se habían vacunado contra el cólera. El puerto de Beira también restableció sus operaciones a medida que se limpiaba la ciudad. Esto se debió en parte a la inversión conjunta realizada por el Banco Mundial y KfW de Alemania en un sistema de drenaje de agua de lluvia que atenuó  la gravedad de las inundaciones. Mediante este proyecto también se proporcionó un sistema de alumbrado público alimentado con energía solar, que resistió a los ciclones y durante un tiempo fue la única fuente de iluminación de la ciudad.

Una recuperación eficaz puede permitir al Gobierno abocarse nuevamente a res-

paldar el crecimiento económico de largo plazo, ámbito en el que el país ha logrado avances alentadores en los últimos años. Para esto, y para garantizar que el crecimiento incluya a todos, es fundamental el capital humano. Mozambique ha padecido ineficien- cias sistémicas que, junto con la falta de coordinación, socavan la calidad de la educa- ción y la asistencia de la salud. En 2014, el Gobierno puso en marcha el Programa de Gestión de las Finanzas Públicas en favor de los Resultados (programa por resultados) para eliminar los cuellos de botella e intensificar la colaboración entre ministerios.

Mediante este enfoque se están generando mejoras; por ejemplo, se centra la aten- ción en los factores que habían provocado la caída en los resultados del aprendizaje: mala gestión en las escuelas, escasa participación de la comunidad, elevadas tasas de ausentismo y demoras en la entrega de los fondos a los establecimientos escolares. Para 2017, la totalidad de las 1300 escuelas primarias participantes recibían los subsidios al comienzo del año escolar, lo que les permitía adquirir material didáctico y brindar apoyo a los alumnos más vulnerables. “Esto constituye una enorme mejora, porque nos per- mite una planificación más adecuada al inicio del año escolar”, explicó Matilde Xilume, directora de la escuela primaria 3 de Fevereiro, en el  De modo similar, se están mejorando los servicios y los tratamientos del sistema de salud: se verifica que los centros públicos de atención cuenten con una reserva de medi- camentos y eviten utilizar suministros vencidos o dañados. Como señaló João Grachane, funcionario de alto rango del Ministerio de Salud del país: “Los medicamentos solo tienen valor cuando llegan al paciente correcto en el momento adecuado”. En 2013, antes de que se pusiera en marcha el programa, la disponibilidad de medicamentos vinculados con la salud materna en los establecimientos públicos se ubicaba en el 79 %; para 2018, esta proporción se había incrementado al 83 %. Mientras tanto, el porcentaje de lugares de tratamiento que se quedaban sin drogas antirretrovíricas cayó de 27 % a 5 %.

Sobre la base de estos avances, en 2017 Mozambique puso en marcha otro proyecto de financiamiento de programas por resultados centrado en la atención primaria de la salud en las zonas más apartadas del país. Este programa ha logrado resultados alentado- res durante su primer año de ejecución, entre los que figuran el aumento de la cantidad de partos atendidos en centros de salud, la ampliación de la cobertura de los servicios de planificación familiar, el aumento de la cantidad de personal en los centros de atención primaria de las zonas rurales y la presencia de trabajadores sanitarios locales que atienden a más familias de lugares remotos. Mediante el programa también se proporcionaron fondos para reconstruir establecimientos sanitarios en los distritos más afectados por los ciclones recientes en la zona central y norte del país.

A pesar de los importantes avances logrados, Mozambique sigue siendo un país muy pobre y enfrenta grandes desafíos de desarrollo. Según nuestro Índice de Capital Humano de 2018, se encuentra por debajo del promedio de los países de su grupo de ingreso y de África en general, en función de indicadores tales como años de escola- ridad esperados, puntajes de exámenes armonizados, tasas de supervivencia y retraso del crecimiento en la niñez. Si bien el crecimiento del país ha sido sostenido en los últimos años, los beneficios no se han distribuido de manera suficientemente amplia. Los elevados niveles de endeudamiento público exigen avanzar de forma continua en la reestructuración y la reconstrucción de la confianza de los inversionistas. Y a pesar del comienzo auspicioso en la recuperación tras los ciclones, es de esperar que los desastres naturales se conviertan en un riesgo cada vez mayor y más frecuente para los medios de subsistencia de las personas y la infraestructura.

El Banco mantiene su compromiso de colaborar con el país para abordar estos desa- fíos. Promoviendo el crecimiento inclusivo y la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo, podemos ayudar al Gobierno a aliviar la pobreza y a garantizar una mejor calidad de vida para todos en Mozambique.