Reseña
En África subsahariana, sacamos a la población de la pobreza mediante iniciativas dirigidas a ampliar el acceso a la electricidad, el agua y la tecnología digital; mejorar las habilidades, la salud y la resiliencia de los habitantes del continente, en especial de los jóvenes y los más vulnerables, y brindar apoyo para una gestión de gobierno inclusiva, la movilización eficaz de recursos internos y la transformación de las economías.
En el ejercicio de 2025, el Banco Mundial aprobó otorgar financiamiento por valor de USD 26 200 millones para 183 operaciones en la región, cifra que incluyó USD 3800 millones en compromisos del BIRF y USD 22 400 millones en compromisos de la AIF. IFC, por su parte, comprometió USD 11 200 millones en toda África y MIGA emitió garantías por un monto de USD 1000 millones. La Plataforma de Garantías del GBM suscribió compromisos por valor de USD 2500 millones.
ÁFRICA SUBSAHARIANA: SENTAR LAS BASES DEL EMPLEO
Para 2050, uno de cada tres jóvenes vivirá en África subsahariana, por lo que la necesidad de generar empleo será imperiosa. A este desafío se suma el hecho de que menos del 6 % de los estudiantes de África eligen especializarse en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, las áreas demandadas por los empleadores.
El programa Centros de Excelencia Africanos (ACE) tiene como objetivo corregir este desequilibrio estableciendo nexos sostenibles entre universidades, empresas y servicios públicos. Desde 2014, el Banco Mundial ha invertido USD 657 millones en los ACE y ha proporcionado asistencia técnica a más de 50 universidades de 20 países del continente, porque la educación y la capacitación son componentes centrales del primer pilar de su estrategia de creación de empleo.
En los últimos 11 años, estos centros han empoderado a más de 92 000 estudiantes para que se inscriban en programas de educación superior de todo el continente; entre ellos figuran 7750 alumnos de doctorados y 30 400 de maestrías. Asimismo, más de 18 600 estudiantes han participado en pasantías en la industria para mejorar sus perspectivas laborales. Además de formar trabajadores calificados para el mercado laboral actual, los ACE también preparan a los estudiantes para los empleos del futuro: en Nigeria, Senegal y Rwanda, los educadores han comenzado a integrar la inteligencia artificial y la internet de las cosas en los planes de estudios.
El objetivo de los ACE de formar a una nueva generación de investigadores e ingenieros a nivel local y en buenas condiciones está tomando forma.
TANZANÍA: INCREMENTAR EL EMPLEO LOCAL
La empresa KIOO de Tanzanía, el mayor fabricante de vidrio de África oriental, produce alrededor de 1 millón de botellas al día en hornos que trabajan las 24 horas. Sin embargo, la demanda supera la oferta.
Un préstamo de IFC de unos USD 45 millones está ayudando a la empresa a aumentar la producción y, al mismo tiempo, a crear más empleos. Este financiamiento complementa el apoyo brindado anteriormente por IFC, que incluye un préstamo de USD 10 millones otorgado en 2021, en el momento crítico de la pandemia de COVID-19. Ese respaldo financiero ha permitido a KIOO hacer crecer su negocio. En la actualidad, exporta a más de 100 clientes en 14 países de África oriental y meridional. Es una de las mayores empresas privadas de Tanzanía: emplea directamente a más de 600 personas y genera unos 2000 empleos indirectos.
Para KIOO, el éxito empresarial y la sostenibilidad van de la mano. Una vez que se agota la arena de sus canteras, por ejemplo, la empresa planta árboles y otras especies vegetales. Sus botellas de vidrio cumplen con los estándares establecidos en Europa o América del Norte, lo que significa que se pueden recolectar, lavar, esterilizar y usar repetidamente.
Dado que se espera que la demanda de botellas de vidrio aumente un 10 % anual en Tanzanía en los próximos cinco años, KIOO se expandirá aún más, por lo que generará empleo local y podrá saciar la sed de millones de clientes en toda la región.
BENIN: CONSOLIDAR EL CRECIMIENTO IMPULSADO POR EL SECTOR PRIVADO
Pese a los persistentes problemas de seguridad en la región, el crecimiento de Benin se muestra sólido, impulsado por subsectores como los de agroindustria, construcción y comercio.
Sin embargo, las perspectivas de crecimiento se han visto acotadas por el escaso desarrollo del sector privado formal y el uso limitado de tecnologías modernas. Benin también sigue siendo vulnerable a las conmociones externas, lo que socava la movilización de ingresos internos, genera incertidumbre en las expectativas del mercado, obstaculiza la acumulación de capital y limita la protección y la asistencia social. Los desastres y las perturbaciones relacionadas con el clima también representan un gran desafío para el desarrollo social y económico sostenible.
Una garantía basada en políticas emitida por la AIF por el equivalente a USD 221,5 millones ayudó a Benin a obtener el equivalente a USD 550 millones en financiamiento comercial. Fue la primera garantía de la AIF aprobada desde que se puso en marcha la Plataforma de Garantías del GBM en julio de 2024.
El programa consta de tres pilares con los que se busca impulsar el crecimiento del sector privado, fortalecer la resiliencia frente a los fenómenos meteorológicos extremos y mejorar la movilización de ingresos internos. Con este programa, el porcentaje de personas pobres y extremadamente pobres que tendrán cobertura médica subsidiada aumentará de menos del 1 % al 15 % para 2026. Asimismo, el país dispondrá de aproximadamente USD 6,4 millones en nuevos préstamos para pequeñas empresas, y los aumentos de los ingresos públicos le permitirán ampliar las inversiones en programas de desarrollo sin descuidar la responsabilidad fiscal.
MISIÓN 300
Misión 300 es una ambiciosa iniciativa puesta en marcha por el GBM, el Banco Africano de Desarrollo y otros asociados para dar acceso a la electricidad a 300 millones de personas en África de aquí a 2030.
Esta idea, puesta en marcha en abril de 2024, reúne a Gobiernos, el sector privado, instituciones de desarrollo y entidades filantrópicas para suministrar electricidad confiable y asequible a hogares y comunidades; mejorar el desempeño de las empresas de servicios públicos; atraer la inversión privada, y ampliar la producción regional sostenible de electricidad. Al abordar la brecha de acceso a la energía en el continente, Misión 300 refuerza el programa de empleo de África y sienta las bases para el desarrollo futuro.
En la Cumbre de Energía de África, celebrada en Tanzanía en enero de 2025, se mostró un apoyo sin precedentes a la iniciativa. Los jefes de Estado se comprometieron a impulsar reformas clave en el sector energético; 12 países africanos dieron a conocer sus pactos energéticos nacionales, y los asociados —encabezados por el GBM— prometieron aportar más de USD 50 000 millones para la transformación energética del continente.