ARTÍCULO

Proteger a familias de la región del Sahel contra pérdidas relacionadas con el cambio climático

Julio 15, 2014

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TITULARES
  • Un nuevo fondo fiduciario para la región del Sahel, administrado por el Banco Mundial, ayudará a fortalecer la capacidad de adaptación y reducir la pobreza en algunos de los países más pobres del mundo.
  • El Reino Unido es un importante asociado donante que contribuye con US$75 millones.
  • El fondo fiduciario apoya un enfoque integrado de las redes de protección social que se basa en la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático.

Ciudad de Washington, 15 de Julio de 2014. Hace unos años, Dijé Issa, una mujer de 30 años que vive en Chagnassou, una aldea de la localidad de Illela en Níger, enfrentó obstáculos muy difíciles en el intento de cuidar de sus cuatro hijos. No ganaba lo suficiente durante el año para mantener a su joven familia y no podía abastecer el hogar con el agua necesaria en tiempos de sequía.

La familia de Dijé fue una de las primeras en recibir una pequeña cantidad de dinero en forma regular por parte del Gobierno en 2012, a través de un programa de protección social respaldado por el Banco Mundial que cubrió las cinco regiones más pobres de Níger: Dosso, Maradi, Tahoua, Tillabéry y Zinder.

“Los 10 000 francos CFA que recibimos han sido de gran ayuda”, dijo Dijé, poco después de que el programa se puso en marcha en Níger. “Le pago a un hombre 5000 francos por traer agua para mi familia, y uso el resto para comprar arroz, aceite y leña para poder alimentar a mis hijos”.

Dijé es una de los millones de personas pobres que viven en la masiva región africana del Sahel, que se encuentra justo al sur del desierto del Sahara y es una de las partes más vulnerables del mundo. La pobreza en las zonas rurales del Sahel se profundiza aún más por los efectos devastadores del cambio climático en los campos y el ganado.



" Los 10 000 francos CFA que recibimos han sido de gran ayuda. "

Dijé Issa



Un nuevo fondo fiduciario para la región del Sahel

Para ayudar a países sahelianos como Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal a dejar de lado una costosa ayuda de emergencia, reducir progresivamente la pobreza y generar seguridad alimentaria a largo plazo y capacidad de adaptación al cambio climático, el Banco Mundial ha puesto en marcha un nuevo Fondo Fiduciario de Múltiples Donantes para la Protección Social Adaptable del Sahel, con el respaldo inicial de US$75 millones del Reino Unido.

“Ayudar a las personas pobres de la región del Sahel, tan propensa a crisis, en su lucha por sobrevivir ante los desastres naturales, la incertidumbre política y económica, y los medios de subsistencia interrumpidos es una prioridad muy alta para el Banco Mundial”, dijo Stefano Paternostro, director de Prácticas de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial para  África occidental y central.

El respaldo del Reino Unido es oportuno y estratégico, ya que le dará a millones de personas una posibilidad muy real de liberarse de la pobreza, aun cuando enfrenten grandes dificultades.

Redes de protección social inteligentes con respecto al clima

Las redes de protección social están en auge ahora en los países de ingreso bajo de África. Estos programas protegen rutinariamente a las personas pobres y vulnerables frente a las pérdidas de ingresos que podrían obligarlos a reducir los alimentos nutritivos para sus familias, sacar a sus hijos de la escuela, o realizar ventas forzadas de activos valiosos como el ganado.

El enfoque “adaptable” que respaldará el nuevo fondo fiduciario integra la protección social básica de este tipo con la gestión del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático. Por ejemplo, podría ayudar a los países a anticipar eventos relacionados con el clima, como las sequías, y responder aumentando rápidamente las transferencias en efectivo a través de sus programas de protección social.

De modo similar, las obras públicas respaldadas por las redes de protección social —en las que adultos sanos trabajan por dinero en efectivo o alimentos— podrían ayudar a consolidar la infraestructura con capacidad de adaptación al cambio climático en zonas vulnerables, y evitar los subproyectos que hacen más difícil que fácil adaptarse al cambio climático.

Mory Maidoka Ali, coordinador nacional del Programa de Redes de Protección y asesor especial del Primer Ministro de Níger, explica que la red de protección de ese país —que proporcionó efectivo por trabajo en algunas de las regiones más pobres— ayudó a rehabilitar cerca de 7000 hectáreas de suelo degradado, construyó más de 4200 kilómetros de cortafuegos y eliminó el limo de 49 000 metros cúbicos de agua estancada.

“Estas actividades beneficiaron a más de 15 000 hogares vulnerables de Níger”, dijo Ali.

El programa de Níger muestra cómo los programas de redes de protección y la adaptación al cambio climático pueden cruzarse en el Sahel, y que más de un objetivo se puede lograr mediante el mismo programa.

“La protección social adaptable no consiste solo en redes de protección”, dijo Carlo del Ninno, director del Fondo Fiduciario de Múltiples Donantes (MDTF, por sus siglas en inglés) financiado por el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID, por sus siglas en inglés) en el Banco Mundial. “También se integra o conecta con toda una serie de actividades, como los sistemas de alerta temprana para desastres naturales, los seguros formales o informales de riesgo en comunidades vulnerables, y el ofrecer a las personas acceso a información útil, habilidades, empleo y oportunidades de generación de ingresos”.

Conocimientos e innovación

El Grupo del Banco Mundial ha estado a la vanguardia de las redes de protección social en África, desempeñando un papel clave en el apoyo a muchos programas, que incluyen el Programa Red de Protección Social Productiva de larga data de Etiopía, el programa de transferencias en efectivo de Tanzanía que ahora se está ampliando a nivel nacional, las redes de protección incipientes que se están creando en Níger, Mali y otros países africanos.

La red de protección de Níger, por ejemplo, ya está marcando una diferencia para miles de mujeres como Dijé Issa y para las perspectivas de sus hijos. En un plazo de cinco años, protegerá a aproximadamente un millón de personas en las zonas más vulnerables de un país fuertemente afectado por frecuentes sequías y precios volátiles de los alimentos.

El nuevo Fondo Fiduciario respaldará la documentación de los conocimientos de protección social en el Sahel provenientes de una serie de programas y actividades como este —incluyendo pruebas de qué funciona y qué no funciona en cada país— y contribuirá a un creciente volumen de trabajo analítico y evaluación rigurosa de la protección social en África al sur del Sahara.

Aunque sobre la base de experiencias de países de África, América Latina y otras regiones en desarrollo, el fondo fiduciario también fomentará innovaciones específicas adaptadas a la región del Sahel. Además, ofrecerá fondos suplementarios junto con el apoyo del Grupo del Banco Mundial para los países sahelianos, a través de la Asociación Internacional de Fomento, el fondo para los países más pobres.

Compromiso del Grupo del Banco Mundial con la región del Sahel

“Redes de protección fuertes que tienen en cuenta los desafíos particulares de los países de ingreso bajo, como los del Sahel, están en estrecha consonancia con los dos objetivos mundiales del Grupo del Banco Mundial de eliminar la pobreza extrema y fomentar la prosperidad compartida”, dijo Arup Banerji, director superior del Grupo de Prácticas Mundiales sobre Protección Social y Trabajo.

En 2013, el Grupo del Banco Mundial comprometió US$1500 millones para el Sahel con el fin de ayudar a impulsar el crecimiento económico y acelerar la reducción de la pobreza. Esto se suma a sus programas de desarrollo nacionales y de varios países en curso en la región por valor de varios miles de millones de dólares.


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