En el ejercicio de 2022, el Banco Mundial aprobó financiamiento por un valor de USD 9000 millones para 44 operaciones en la región, monto que incluyó USD 4800 millones en compromisos del BIRF y USD 4200 millones en compromisos de la AIF. Además, se aprobaron 33 trabajos de asesoría y estudios analíticos para 8 países, por un total de USD 6 millones, en cuyo marco se brindó asesoramiento técnico sobre temas como la vacunación y la preparación para enfrentar la pandemia, la gestión de la deuda, la creación de empleo y la participación de la mujer en la fuerza de trabajo, la gestión de la contaminación atmosférica, la gestión del riesgo de desastres y la resiliencia ante el cambio climático.
En Asia meridional, los ejes del Banco son la aceleración de las inversiones en capital humano para generar desarrollo inclusivo, la promoción del crecimiento verde y el fortalecimiento de la resiliencia en toda la economía, los mercados y la sociedad.
Respuesta a las crisis
Se siguió apoyando al pueblo afgano tras la crisis política de agosto de 2021 a través del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Afganistán, integrado por múltiples donantes. Este fondo financia proyectos que apoyan los medios de subsistencia de la comunidad, la seguridad alimentaria, la educación, la atención primaria de salud y la capacidad de las organizaciones no gubernamentales (ONG), haciendo hincapié en las mujeres y las niñas. Los proyectos son ejecutados por organismos de las Naciones Unidas y ONG internacionales. También se ha actuado con rapidez para brindar apoyo al pueblo de Sri Lanka, que atraviesa la peor crisis económica en décadas, reasignando fondos de proyectos existentes para satisfacer las necesidades de emergencia en salud, protección social, agricultura y ganadería, y energía. Después de las catastróficas inundaciones en Pakistán, se están reasignando fondos de proyectos para apoyar necesidades urgentes y se están preparando operaciones de emergencia para apoyar la reconstrucción y rehabilitación.
Acelerar las inversiones en capital humano
A pesar de los importantes avances, Asia meridional se enfrenta a grandes y persistentes déficits de capital humano. Estos déficits se han visto exacerbados por la crisis de la COVID‑19, que ha ralentizado el progreso o eliminado por completo las mejoras. Los niños que nacen hoy en la región pueden aspirar a alcanzar, en promedio, tan solo el 48 % de su máximo potencial.
Para abordar estas deficiencias, se ayuda a fortalecer los sistemas de salud, ampliar el acceso a la atención primaria y construir sistemas de protección social más sólidos que tengan destinatarios específicos y brinden respuesta cuando se produzcan las crisis. Además, se apoyan políticas educativas que garantizan el aprendizaje para todos, ayudan a desarrollar competencias que se necesitarán en el futuro y mejoran el acceso a los mercados laborales.
En India, mediante un proyecto de USD 125 millones, se está ayudando al estado de Bengala Occidental a crear un registro social consolidado que ampliará la cobertura de la asistencia social para los grupos pobres y vulnerables, y el acceso a ella. En Pakistán, se está apoyando una serie de operaciones a nivel federal y provincial para mejorar los resultados en materia de educación y atención primaria de salud, promover los medios de subsistencia, profundizar las redes de seguridad social orientadas a grupos específicos y fortalecer la preparación ante las crisis.
Pese a décadas de crecimiento económico, a la mejora de los niveles educativos y a la disminución de la tasa de fertilidad (aunque sigue siendo alta si se la compara con la del resto de la región), las mujeres paquistaníes todavía enfrentan importantes obstáculos a la igualdad de oportunidades. Mediante el programa que se lleva adelante en Pakistán, se apoyan reformas normativas para mejorar su participación en la economía ampliando el acceso a salarios justos y a la seguridad social para los trabajadores informales a domicilio, la mayoría de los cuales son mujeres; mejorando el acceso al cuidado infantil, a baños separados y al transporte para las trabajadoras del sector formal; promoviendo la igualdad de remuneración, y poniendo fin a la discriminación por razones de sexo. A través de la labor analítica, se explora de qué manera los países de la región pueden ayudar a superar los obstáculos a la participación de las mujeres en la fuerza laboral y aumentar la calidad de los empleos tanto en el sector formal como en el informal.
Crear resiliencia en toda la economía
Se ayuda a los países a generar nuevas fuentes de oportunidades, crecimiento y empleo respaldando soluciones dirigidas por el sector privado, una mayor transparencia de la deuda y la inversión, el acceso a los mercados y el crédito para las pymes, y la transformación digital. Gracias a las investigaciones, se examinan las formas en que los países pueden dejar atrás el crecimiento impulsado por las manufacturas y adoptar un modelo de desarrollo impulsado por los servicios que fortalezca la resiliencia a largo plazo.
En Bangladesh, se ayuda a construir un sector fiscal y financiero más sólido, modernizar los impuestos y fomentar una industria de exportación competitiva a nivel mundial. También se apoyan plataformas de transferencias monetarias que pueden responder con mayor rapidez a fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y ciclones. En Nepal, mediante una operación de USD 150 millones, se ayuda a aumentar la estabilidad del sector financiero, diversificar las soluciones financieras, ampliar el acceso a los servicios financieros, y abrir los mercados de capital, de seguros y de financiamiento del riesgo de desastres. Asimismo, se apoya la adopción de medidas normativas que introducen principios e incentivos para los préstamos verdes.
Promover el crecimiento verde
Alrededor del 80 % de las principales ciudades de Asia meridional están expuestas a inundaciones, y el aumento del nivel del mar plantea riesgos de mareas de tormenta para las zonas costeras bajas y densamente pobladas. Los sistemas de agua y alimentos están particularmente sometidos a una gran presión: la mayor variabilidad de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas están provocando escasez de agua, reduciendo la productividad de los cultivos y afectando los precios de los alimentos, la nutrición y los medios de subsistencia de quienes se dedican a la actividad agropecuaria. El cambio climático podría empeorar drásticamente las condiciones de vida de hasta 800 millones de personas en toda la región.
En el ejercicio de 2022, se presentó la Hoja de Ruta Climática para Asia Meridional con el fin de ayudar a los países a abordar los riesgos climáticos, generar más y mejores empleos y reducir la pobreza aprovechando las oportunidades de acción climática. La iniciativa incluye la adopción de un nuevo modelo de ciudad más eficiente y habitable, la inversión en sistemas de energía limpia y la promoción de la agricultura climáticamente inteligente. En Bangladesh, mediante un proyecto de USD 120 millones, se está ayudando a proteger los cultivos y los recursos pesqueros a través de una mejor gestión de las inundaciones, y del riego y el drenaje climáticamente inteligentes; estos esfuerzos contribuyen a promover la seguridad alimentaria, consolidar los medios de subsistencia y mejorar la productividad. En Sri Lanka, un proyecto de USD 92 millones está ayudando a modernizar el pronóstico del clima, las inundaciones y los deslizamientos de tierra; a mejorar los sistemas de alerta temprana, y a invertir en infraestructura resiliente ante las inundaciones, lo que beneficia a más de 11 millones de personas. Y en Bhután se está fortaleciendo la resiliencia ante el cambio climático y los desastres naturales a través de una evaluación de riesgos innovadora que orientará las inversiones en agricultura y la construcción de carreteras.
Promover la integración y la cooperación regionales
Se promueve la cooperación regional para mejorar la conectividad económica, la resiliencia ante el cambio climático y el desarrollo humano. En el informe titulado Regional Investment Pioneers in South Asia (Los inversionistas regionales pioneros en Asia meridional), se analizan los obstáculos a las inversiones intrarregionales y se recomiendan medidas de política y, en South Asia’s Digital Opportunity (La oportunidad digital de Asia meridional), se exploran las vías que ofrece la transformación digital para fortalecer la economía regional.
En Bangladesh, Bhután, India y Nepal, se apoya la rehabilitación de 3500 kilómetros de vías navegables interiores y la interconexión de dichas vías con carreteras y ferrocarriles. También se puso en marcha un programa de varias etapas para acelerar la conectividad del transporte y el comercio en la parte oriental de la región, con una inversión inicial de más de USD 1100 millones en Bangladesh y Nepal. El programa Desafío de Innovación Climática y el Programa de Resiliencia de TechEmerge en India respaldan soluciones piloto para abordar las necesidades climáticas y aumentar la resiliencia ante los desastres.
Además, se participa a través de foros regionales para la acción colectiva, entre ellos, WePower, una red de mujeres profesionales de los sectores de energía y electricidad, y el Foro Hidrometeorológico de Asia Meridional, una plataforma para mejorar la información meteorológica y los servicios climáticos.