El año pasado, el crecimiento económico se desaceleró bruscamente en Europa y Asia central, debido a que la invasión de Rusia a Ucrania, el aumento de la inflación y la aplicación de una política monetaria y el fuerte endurecimiento de la política monetaria y de las condiciones de financiamiento afectaron el consumo privado, la inversión y el comercio. El marcado aumento de los precios de los alimentos y la energía impulsó la inflación a un ritmo que no se había visto en 20 años.
La carga de la inflación se distribuyó de manera desigual entre los hogares. Los hogares más pobres enfrentaron una inflación que fue más de 2 puntos porcentuales superior a la que enfrentaron los hogares más ricos, y esta diferencia sobrepasó los 5 puntos porcentuales en algunos países.
Las proyecciones del crecimiento de la producción en la región cambiarán poco en 2023, pero serán mejor que las de enero de 2023, en gran medida debido a la mejora del ritmo de expansión de Polonia, Rusia y Türkiye.
Se prevé que la economía de Ucrania crecerá un 0,5 % este año, después de una alarmante contracción del 29,2 % en 2022, el año de la invasión de Rusia al país. Si bien el costo económico que sufrió Ucrania como resultado de la invasión es enorme, la reapertura de los puertos del mar Negro y la reanudación del comercio de cereales, así como el considerable apoyo recibido de los donantes, están ayudando a respaldar la actividad económica este año. Según estimaciones recientes del Banco Mundial, el costo de la reconstrucción y la recuperación en Ucrania ahora ha aumentado a USD 411 000 millones, lo que equivale a más de dos veces el tamaño de la economía del país antes de la guerra, en 2021.
Más información: Actualización económica regional, primavera de 2023 (i)