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Mujeres empresarias pueden ayudar a promover la prosperidad compartida

Agosto 03, 2015


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Rania, a businesswoman in Cairo, Egypt.

© Dana Smillie / World Bank

Lima, Perú. En 2010, Mónica estaba al borde de la bancarrota. Ella y su esposo habían perdido sus empleos, vendido el automóvil de la familia, y cambiado a sus hijos a una escuela menos costosa. Justo entonces, un programa de televisión sobre cómo reciclar y reutilizar el plástico le mostró cómo los residuos podían transformarse en hilos y géneros.

Mónica era una diseñadora calificada y decidió incursionar en la producción de bolsas de “tela” hechas con botellas de plástico recicladas y destinadas al creciente mercado peruano de productos amigables con el medio ambiente. El matrimonio puso en marcha su nuevo negocio gracias a préstamos iniciales de amigos y familiares.

Cinco años después, sus productos elegantes e innovadores, de diseños exclusivos y hechos de plástico reciclado se venden en todo el mundo. La sede central de su empresa se encuentra en el distrito de Gamarra en Lima, donde también están ubicadas las 16 microempresas que fabrican sus artículos. Mónica tiene a su cargo el diseño de los productos y la contabilidad, mientras que su marido administra las ventas y es el responsable del márquetin.

Cuando Mónica se unió al programa para mujeres empresarias de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Lima en 2014, su negocio había pasado de la etapa de “necesidad” a la fase de “crecimiento”, lo que significaba que ya no vendía productos para subsistir sino que había logrado cierto éxito y estaba lista para expandir su negocio.

Mónica no es un caso único en cuanto a los desafíos o las estrategias para superar estos, que enfrentan las mujeres. Unos 9,34 millones de pequeñas y medianas empresas (pymes) en todo el mundo están a cargo de mujeres, (i) que deben encarar numerosos problemas. Estos van desde la exclusión de los mercados dominados por los hombres, la concentración en sectores menos productivos y peor remunerados, hasta la falta de conocimientos en gestión empresarial.

Apoyar el crecimiento de empresas como la de Mónica no solo crea puestos de trabajo muy necesarios sino que también impulsa el crecimiento y promueve la prosperidad compartida.

Caminos hacia la prosperidad

El Grupo Banco Mundial está a la vanguardia de iniciativas que promueven las empresas de propiedad de mujeres, a través de una serie de inversiones y actividades técnicas y analíticas, en colaboración con otras instituciones.

Su Fondo Fiduciario para las Pequeñas y Medianas Empresas Lideradas por Mujeres (WLSME, por sus siglas en inglés) (i) colabora con la USAID para desarrollar intervenciones innovadoras y aprender qué iniciativas sirven de ayuda a las empresarias a medida que amplían sus negocios.

Las donaciones del fondo fiduciario WLSME respaldan la labor que se realiza en 11 países, a menudo aprovechando recursos externos como parte de proyectos más grandes. En junio, los equipos de USAID y el Banco Mundial se reunieron en Lima para intercambiar conocimientos y los primeros resultados de su trabajo en todo el mundo.

El Programa WomenX (i) del Grupo Banco Mundial en Pakistán combina la educación empresarial con el acceso al financiamiento, la creación de redes y el asesoramiento para empresarias que dirigen pymes en sectores tradicionales y no tradicionales. Una encuesta realizada a empresarias en toda la ciudad de Karachi —la primera de su tipo en el país— reveló un segmento pujante de mujeres convertidas en empresarias, aisladas de la comunidad empresarial más amplia y que carecen de confianza en sus habilidades y conocimientos.

WomenX está trabajando con los asociados en la implementación en el terreno, incluida una escuela de negocios de primer nivel, para desarrollar y ofrecer un programa de educación empresarial destinado a superar las brechas de conocimientos en técnicas de gestión.

Las sesiones sobre comunicación, negociación y aptitudes de liderazgo aumentan la confianza de las participantes y su capacidad para manejarse en los mercados en que predominan los hombres. El programa también propicia el establecimiento de redes de contacto con la comunidad empresarial, las asociaciones industriales y las cámaras de comercio para conectar a las participantes con nuevos mercados y oportunidades.

Las participantes en el proyecto piloto informan que han conseguido formar parte de numerosas redes entre pares y una mejor comprensión de la gestión financiera cuando planean la diversificación de los productos y el ingreso en nuevos mercados.

En Togo, un 83 % de la población activa son trabajadores por cuenta propia o pequeños empresarios, o trabajan en empresas familiares. El Proyecto de Apoyo al Desarrollo del Sector Privado en Togo proporciona formación y asesoramiento personalizado a 1000 empresarios, la mitad de ellos mujeres.

La investigación muestra que el éxito empresarial está fuertemente relacionado con determinados comportamientos en el mundo del trabajo. La formación en materia de iniciativa personal tiene como objetivo ayudar a las personas a aprender prácticas como: la proactividad, la orientación hacia el futuro, la determinación de buscar información y la persistencia en el logro de objetivos.

La iniciativa WLSME de Togo busca descubrir las diferencias que existen entre la formación en iniciativa personal y la capacidad de superar obstáculos de forma proactiva y la capacitación tradicional en habilidades de gestión tanto para emprendedores masculinos como femeninos. En el programa participan personas con diversos niveles de alfabetización y aptitudes lingüísticas: el 56 % solo tiene educación primaria o menos, muchos no hablan francés, y algunos son analfabetos.

Los resultados preliminares indican que cinco meses después de la capacitación y el asesoramiento, los emprendedores en ambos programas aumentaron los insumos de capital y de mano de obra y usaron mejores prácticas comerciales, entre ellas márquetin, contabilidad, gestión de recursos humanos, operaciones y gestión del desempeño, y métodos de búsqueda de información.

Tanto en Kirguistán como en India, Nigeria y Perú, las personas que implementaron los programas quedaron sorprendidas por la similitud de los desafíos que las empresarias enfrentan a pesar de los contextos tan diferentes en los que operan.

Los emprendedores se sienten solos, pero adquieren confianza con los programas de formación. Se ven beneficiados enormemente por las redes, en particular las de pares que se desarrollan durante la capacitación. Y las pymes dirigidas por mujeres necesitan una nueva y mejor integración con las instituciones financieras, las redes empresariales y las cadenas de suministro.


" Como un ejército de una sola mujer [...] caí en una fase de aislamiento total y mi visión comenzó a desdibujarse [...] [WomenX] me conectó a un mundo de mujeres empoderadas y un mercado objetivo, que me ayudó a seguir adelante y mejorar tanto en el plano personal como profesional. "

Mariam Rehman

Empresaria del calzado, Pakistán.

De cara al futuro

Una nueva estrategia del Grupo Banco Mundial sobre la igualdad de género, que se dará a conocer a fines de 2015, se centrará en parte en crear más y mejores empleos para las mujeres y en ampliar la propiedad, el acceso y el control de activos productivos clave, como la tierra, la tecnología, la vivienda, los ahorros y otros bienes financieros. Las pymes tienen un papel vital en este contexto, como  factores principales de generación de empleo y como una vía para ampliar el acceso a los activos.

Mientras tanto, las oportunidades de negocios para las mujeres comienzan a abrirse en los lugares más inesperados.

Las mujeres jóvenes se están convirtiendo en líderes de nuevas empresas de tecnología en Gaza (i) y las empresarias tecnológicas son responsables del 35 % de las nuevas empresas en Oriente Medio (i) en comparación con el 10 % en el Occidente. Ellas están desarrollando negocios exitosos, a menudo usando el comercio electrónico (i) para llegar a nuevos mercados.

Se necesitan más programas que aborden las restricciones únicas y específicas que enfrentan las empresarias para que estas tendencias emergentes se afiancen y sostengan el tipo de crecimiento sólido y compartido que puede sacar a las comunidades de la pobreza y mantenerlas así, por ejemplo a través de  programas como WLSME, WomenX y el Proyecto de Apoyo al Desarrollo del Sector Privado en Togo.

“Como un ejército de una sola mujer [...] caí en una fase de aislamiento total y mi visión comenzó a desdibujarse”, dijo Mariam Rehman, una empresaria del calzado de Pakistán.

WomenX “me conectó a un mundo de mujeres empoderadas y un mercado objetivo que me ayudó a seguir adelante y mejorar tanto en el plano personal como profesional. Dar a conocer mi historia a través del foro de WomenX me mostró lo valiosas que somos cada una de nosotras como empresarias y mujeres”.

El programa de capacitación y el de asesoría “transformó muchos aspectos de mi vida. Abrió muchas posibilidades y despertó mis talentos escondidos... ahora administro mejor mis ingresos”, dijo Adjovi Togbui, de Togo.

“Mis ganancias han aumentado significativamente porque soy más proactiva que antes y puedo identificar los cambios en mi entorno y transformarlos en verdaderas oportunidades de negocios. También he aprendido de mis errores. Gracias a los obstáculos que he superado, mi negocio es más próspero que en el pasado”, contó Monique Sohounou, otra emprendedora de Togo.


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