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ARTÍCULO Junio 04, 2020

Por qué es importante el medio ambiente para la salud humana

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Marcio Isensee/Shutterstock.com


TITULARES

  • La deforestación y la degradación de los bosques aumenta la exposición de las personas a los patógenos de los animales y activa efectos secundarios zoonóticos
  • Para evitar la aparición de enfermedades zoonóticas, debe cambiar fundamentalmente la relación entre los seres humanos y la naturaleza y pasar de ser consumidores a ser seres interdependientes.
  • La Amazonia es la selva tropical más grande del mundo y en ella habita 1 de cada 10 especies conocidas.

La aparición de la COVID-19 agregó nuevos términos al vocabulario común de las personas, entre ellas las palabras zoonosis, patógenos, efectos secundarios y coronavirus, por nombrar solo algunas. Pero estos no son términos nuevos para muchos científicos que investigan la biodiversidad y la relación entre la actividad humana y los sistemas ecológicos.

Uno de ellos es la Dra. Marcia Chame, coordinadora del Centro de Información sobre Salud de la Vida Silvestre (Centro de Informação em Saúde Silvestre–CISS) (en portugués) que forma parte de la Fundación Oswaldo Cruz (i) en Brasil. La fundación es un “centro colaborador” de la Organización Mundial de la Salud en asuntos ambientales y sanitarios. También integra una coalición (i) para acelerar las investigaciones sobre la COVID-19.

Con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) (i), el Banco Mundial apoyó la creación del CISS en 2012 para identificar vínculos y difundir información sobre las interrelaciones entre la biodiversidad y la salud de la sociedad. El equipo del Programa de Paisajes Amazónicos Sostenibles (ASL) (i) habló con la Dra. Chame sobre las zoonosis y las soluciones para el futuro.


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La Dra. Chame presenta diversas formas de transmisión de zoonosis en las comunidades de la Reserva Extractiva de Tapajós, en el estado brasileño de Pará, para impulsar el debate y la identificación de prácticas idóneas relativas al control y la prevención.


Pregunta: ¿Cómo contribuyeron los impactos humanos a las zoonosis en los ecosistemas mundiales?

Dra Chame: Innumerables factores contribuyen a la aparición de nuevas zoonosis (enfermedades causadas por agentes infecciosos compartidos entre personas y animales) o al aumento de enfermedades zoonóticas que antes eran raras o limitadas a pequeñas zonas y comunidades. La mayoría están relacionados con el desequilibrio ambiental, la interrupción de las comunidades biológicas, la movilidad de personas y mercancías, y el cambio climático.

La COVID-19, la emergencia viral mundial que estamos experimentando actualmente, es solo el último ejemplo de zoonosis. Algunos otros ejemplos comúnmente conocidos incluyen:

La pérdida de hábitat natural y la deforestación asociadas a la expansión de las carreteras, los gasoductos, los condominios de lujo, el monocultivo intensivo, la agricultura y otras obras de desarrollo. Esto aumenta el contacto entre los humanos y la vida silvestre, provocando brotes de enfermedades transmitidas por vectores como la leishmaniasis (propagada por las moscas de la arena) y otras en todo el mundo.

El desarrollo de represas hidroeléctricas y minas, y otras grandes obras de infraestructura, a menudo se asocia con el agua estancada, que a su vez se relaciona con el aumento de los mosquitos transmisores del paludismo y la propagación de esta enfermedad en Sudamérica y África.

De manera similar, el aumento de la incidencia y la intensidad de los incendios desplaza a la vida silvestre hacia el borde de las zonas rurales y urbanas donde los animales domésticos, los cultivos, la basura y las personas proporcionan fuentes de alimento y refugio. Los estudios confirman que el humo de los incendios forestales provocó el desplazamiento de los murciélagos frugívoros (que se alimentan de frutas) hacia las tierras agrícolas de Malasia y partes de Asia, provocando brotes del virus Nipah. Junto con otros factores, estas condiciones también parecen explicar el aumento de las mordeduras de murciélagos y la rabia en los humanos y el ganado en la región amazónica.

A través del comercio y el tráfico, la carne de animales salvajes y la vida silvestre —y sus patógenos— se distribuyen a lo largo y a lo ancho, intensificando el contacto con los seres humanos y aumentando de manera significativa las posibilidades de transmisión de enfermedades. Estos factores explican la expansión geográfica de los brotes de ébola y parecen explicar la aparición del SARS-CoV-2 (la cepa del coronavirus que causa la COVID-19).

Por último, el cambio climático desempeña un papel en la aparición de las zoonosis al alterar la temperatura mundial, así como las corrientes atmosféricas y marinas que permiten la propagación de agentes y vectores de enfermedades infecciosas. También libera patógenos almacenados en los casquetes polares y redefine las rutas migratorias de las especies huésped que permiten que los patógenos escapen de sus hábitats.

Durante 35 años, he trabajado y realizado investigaciones en la Caatinga semiárida del noreste de Brasil. Estudiamos la aparición y similitud de lombrices intestinales entre cánidos salvajes y perros domésticos en zonas ambientalmente degradadas. También comparamos ganado vacuno, cabras y ovejas. Descubrimos que los animales que permanecen en sus territorios naturales están menos expuestos a la infección por parásitos de otras especies. A medida que los animales salvajes se aventuran en zonas antropizadas (pobladas por humanos) están expuestos a ser infectados por parásitos de diferentes especies huéspedes y también tienen mayor riesgo de zoonosis. Nuestros estudios muestran que en la Caatinga, las zonas altamente degradadas refuerzan la permanencia de los patógenos con alta capacidad de transmisión.

En el Amazonas, observamos varios brotes del virus New Castle en pollos de propiedad de las comunidades a lo largo del río Tapajos. Los proyectos de desarrollo alentaron a plantearlos como una alternativa proteica sin tener en cuenta su potencial de propagación de virus a las aves silvestres, especialmente las especies migratorias, ni evaluar el riesgo de transmisión del virus de la gripe.

P: ¿Cuáles son algunos de los sistemas y recursos innovadores que el Centro promueve? ¿Cómo contribuyen al enfoque "Una salud" para lograr una salud óptima para las personas, los animales y el medio ambiente?

Dra Chame: Nuestra experiencia muestra que monitorear a los animales salvajes en el terreno permite detectar la transmisión de patógenos zoonóticos antes de que causen enfermedades en los humanos. Para fortalecer la vigilancia y protección de la salud, CISS desarrolló el SISS-Geo (Sistema de Información de la Salud Silvestre), una herramienta en línea de ciencia cívica para que los usuarios proporcionen fotos e información sobre animales salvajes que muestren anormalidades. También puede emitir alertas en tiempo real. Esto ayuda a investigar la circulación de agentes infecciosos antes de que se transmitan a las personas.

Usamos los brotes recientes de fiebre amarilla selvática en Brasil —los brotes más importantes de los últimos 70 años (i)— con el fin de evaluar la capacidad del sistema para prevenir y controlar la enfermedad. Los registros en el SISS-Geo de monos muertos o enfermos ayudaron a confirmar las rutas de dispersión de la transmisión dos meses antes de que la enfermedad llegara a los humanos, permitiendo al Gobierno vacunar a las personas en zonas prioritarias. Aprendimos que podemos salvar vidas humanas y, al mismo tiempo, ayudar a conservar la biodiversidad a través de la tecnología y la participación de la comunidad.

P: ¿Qué se puede hacer para prevenir futuras pandemias?

Dra Chame: Los ecosistemas nos proporcionan recursos naturales de los que dependemos, pero tienen límites. Su colapso parece inminente a menos que tomemos medidas inmediatas para reorganizar nuestra forma de vida y replantear el desarrollo de una manera que se proteja la naturaleza y se eviten las pandemias. Algunas vías posibles para hacer esto son:

  • Coordinar esfuerzos para reducir la pérdida de especies y conservar las grandes zonas naturales en buenas condiciones. Ellas nos proporcionarán una mayor oportunidad de supervivencia en el futuro cercano.
  • Reducir fuertemente el tráfico y el comercio de vida silvestre, así como la cría intensiva y mal gestionada de animales salvajes, para detener la propagación y transmisión de zoonosis.
  • Invertir en buenas prácticas en sistemas agrícolas integrados, producción de especies orgánicas y nativas, y producción local. 
  • Se deben adoptar medidas a nivel mundial para reducir el cambio climático y sus impactos impredecibles.


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