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ARTÍCULOEnero 23, 2024

Completar la escuela es la puerta de entrada hacia un futuro mejor para las dominicanas

Una niña con un libro de estudios en la Escuela Salomé Ureña 780x439

Una niña con un libro de estudios en la Escuela Salomé Ureña, en el barrio de Capotillo, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana. 

 

Foto: Orlando Barría

A pesar de su crecimiento económico exponencial, el reciente diagnóstico de género del Banco Mundial identifica los puntos críticos en los que se limita el desarrollo de las mujeres en República Dominicana.

La historia reciente de República Dominicana es, en muchos aspectos, un éxito: un crecimiento del PIB excepcional en comparación con el resto de la región, una clase media que supera a la población en pobreza y mejoras en la calidad de vida. Sin embargo, al enfocarnos en las niñas y mujeres dominicanas, la historia parece no ser la misma.

Por un lado, el ritmo de reducción de la pobreza no ha sido proporcional al crecimiento económico y las mujeres son uno de los grupos más afectados, encontrándose en una situación de mayor precariedad que los hombres. Por otro lado, debajo de los indicadores económicos, subyacen desigualdades, muchas veces acentuadas por normas sociales existentes.

Permanecer en el aula y terminar la escuela constituye uno de los factores más críticos y determinantes para el futuro de las dominicanas”, explica Alejandro de la Fuente, economista sénior del Banco Mundial y uno de los autores del Diagnóstico sobre la igualdad de género en la República Dominicana del Banco Mundial.

Permanecer en el aula y terminar la escuela constituye uno de los factores más críticos y determinantes para el futuro de las dominicanas.
Fatimetou Mint Mohamed
Alejandro de la Fuente
Economista sénior del Banco Mundial

Dicho estudio identifica éste y otros desafíos que suceden en distintos momentos del ciclo de vida de las mujeres:

El acoso es un obstáculo para la permanencia escolar

Aunque las niñas dominicanas aprenden más que los varones, muchas no logran finalizar la educación básica, en parte debido a la persistente violencia escolar que amenaza su permanencia en las aulas.

Porcentaje de estudiantes dominicanos de 15 años afectados por la violencia escolar

Casi la mitad de los niños y niñas de 12 años reportan haber sufrido algún tipo de acoso escolar, la cifra más alta en América Latina y el Caribe. Esto conduce a un bajo desempeño académico y, especialmente para las niñas, aumenta la probabilidad de uniones tempranas, embarazos en la adolescencia y abandono escolar.

Ser esposas y madres antes que niñas en la escuela

La República Dominicana registra la tasa más alta de uniones tempranas y matrimonio infantil en la región, muchas veces cobijadas por una amplia tolerancia social a dichos fenómenos.

Siete de cada diez adolescentes casadas o en una relación sexual temprana reportaron haber estado embarazadas al menos una vez, lo que se vincula directamente con el abandono escolar. Casi la mitad de las adolescentes que informan haber estado embarazadas abandonaron la escuela después del nacimiento de su primer hijo.

La tasa de embarazos adolescentes en la República Dominicana es de 93 nacimientos por cada 1000 mujeres (15-19 años)

Por estas razones, el número de mujeres jóvenes que ni estudian ni trabajan (denominadas "ninis") alcanza el 39%, en comparación con el 25% de hombres jóvenes. Esto se convierte en un círculo vicioso que perdura muchas veces de por vida y culmina en el rezago de las jóvenes madres y de sus hijos.

La falta de educación perpetúa la desventaja económica

Según el diagnóstico, los bajos niveles de escolaridad y la baja calidad de la educación son un cuello de botella para acceder a mejores empleos y lograr independencia económica.

En el caso de las dominicanas, la falta de autonomía económica comienza en la adolescencia y persiste hasta la edad adulta, con salarios bajos y una carga desproporcionada de responsabilidades domésticas.

Además, las mujeres siempre ganan menos que los hombres, una brecha salarial que se amplía aún más en sectores informales y de baja calificación, donde la mayoría de las mujeres trabajan. 

En el sector informal de la República Dominicana el ingreso laboral de los hombres puede llegar a ser hasta un 75 por ciento

La pérdida de riqueza del capital humano (entendido como los conocimientos, las capacidades y la salud que las personas acumulan y que les permiten desplegar su potencial) debido a la desigualdad de género representó 185,4 mil millones de dólares en 2018, equivalente al 2.2% del PIB de ese año”, estima de la Fuente.

Las mujeres, cruciales para llegar al 2030

El estudio resalta varias intervenciones que han demostrado resultados positivos para las niñas. Por ejemplo, explica que incentivos económicos son muchas veces cruciales para la permanencia de las mujeres en las escuelas y el retraso del matrimonio infantil, así como mejoras en la empleabilidad de las jóvenes (como el programa SUPÉRATE, donde aproximadamente el 60% de los beneficiarios son mujeres).

También existen evidencias de intervenciones exitosas en otros países que la República Dominicana podría replicar, como el programa Abriendo Oportunidades en Guatemala que ayuda a niñas rurales a permanecer en la escuela y desarrollar habilidades y cuyo modelo ha sido posteriormente exportado a México y Belice.

Sin embargo, aún queda un largo trecho por recorrer.

En los próximos años, cerrar las brechas de género y fomentar una fuerza laboral femenina, joven y productiva será crucial para que la República Dominicana cumpla su objetivo de convertirse en un país de ingresos altos para el año 2030.

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