COMUNICADO DE PRENSA

Tecnologías digitales: Su enorme potencial de desarrollo aun escapa a los 4000 millones de personas que no tienen acceso a Internet

Enero 13, 2016


Las tecnologías digitales se han extendido rápidamente en todo el mundo, pero los dividendos digitales no han avanzado en la misma medida.

CIUDAD DE WASHINGTON, 13 de enero de 2016. En un nuevo informe del Banco Mundial se señala que si bien Internet, los teléfonos móviles y otras tecnologías digitales se están extendiendo rápidamente en todo el mundo en desarrollo, los dividendos digitales esperados —mayor crecimiento, más empleo y mejores servicios públicos— están por debajo de las expectativas, y el 60 % de la población mundial sigue sin poder participar en la economía digital en constante expansión.

Según el nuevo Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales, cuyos autores son los codirectores Deepak Mishra y Uwe Deichmann y su equipo, los beneficios de la acelerada expansión de las tecnologías digitales han favorecido a las personas adineradas, cualificadas e influyentes del mundo, que están en mejores condiciones de sacar provecho de las nuevas tecnologías. Además, si bien el total de usuarios de Internet se ha triplicado con creces desde 2005, hay 4000 millones de personas que todavía no tienen acceso a Internet.

“Las tecnologías digitales están transformado el mundo de los negocios, del trabajo y de la administración pública”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. “Debemos continuar conectando a todas las personas para que nadie quede a la zaga, porque la pérdida de oportunidades tiene un costo altísimo. Pero para que los dividendos digitales puedan compartirse ampliamente entre todos los segmentos de la sociedad, los países también deben mejorar el clima de negocios, invertir en la educación y la salud de las personas, y promover el buen gobierno”.

Si bien hay muchos casos individuales de éxito, hasta ahora el efecto de la tecnología en la productividad mundial, en la ampliación de las oportunidades para los pobres y la clase media, y en la propagación de la gobernanza responsable ha sido mucho menor que el esperado. Las tecnologías digitales se están expandiendo rápidamente, pero los dividendos digitales — crecimiento, empleo y servicios— han quedado a la zaga.

“La revolución digital está transformando el mundo, facilitando los flujos de información y propiciando el surgimiento de las naciones en desarrollo que pueden sacar provecho de estas nuevas oportunidades”, dijo

 

Kaushik Basu, primer economista del Banco Mundial. “El hecho de que en la actualidad el 40 % de la población mundial esté conectada a través de Internet es una transformación impresionante. Y si bien estos logros deben celebrarse, también debemos ser conscientes de no crear una nueva subclase social. Dado que casi el 20 % de la población mundial no sabe leer ni escribir, es improbable que la expansión de las tecnologías digitales por si sola signifique el fin a la brecha de conocimientos que existe en el mundo”.

Las tecnologías digitales pueden promover la inclusión, la eficiencia y la innovación. En África oriental, más del 40 % de los adultos utilizan su teléfono móvil para pagar las cuentas de servicios. En China hay 8 millones de empresarios —un tercio de los cuales son mujeres— que utilizan plataformas de comercio electrónico para vender productos internamente y realizar exportaciones a 120 países. En India se ha proporcionado una identificación digital única a casi 1000 millones de personas en cinco años, se ha incrementado el acceso a los servicios públicos y se ha reducido la corrupción en dichos servicios. Y en los servicios de salud públicos, el uso de simples mensajes de texto ha resultado eficaz para recordar a las personas con VIH que tomen los medicamentos que pueden salvarles la vida.

Para que se pueda cumplir plenamente la promesa de desarrollo que encierra una nueva era digital, el Banco Mundial recomienda dos cursos de acción principales: acortar la brecha digital haciendo que Internet sea universal, accesible, abierta y segura; y reforzar las regulaciones que garantizan la competencia entre empresas, adaptar las habilidades de los trabajadores a las exigencias de la nueva economía, y promover instituciones responsables —medidas que en el informe se denominan complementos analógicos de las inversiones digitales.

Las estrategias de desarrollo digital deben ser más amplias que las estrategias del sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Para obtener el máximo provecho, los países deben crear las condiciones adecuadas para la tecnología: regulaciones que faciliten la competencia y el ingreso en el mercado, habilidades que permitan a los trabajadores aprovechar las oportunidades que ofrece la economía digital, e instituciones que rindan cuentas a las personas. Las tecnologías digitales pueden, a su vez, acelerar el ritmo de desarrollo.

Invertir en infraestructura básica, rebajar el costo de hacer negocios, reducir los obstáculos al comercio, facilitar el ingreso de las empresas incipientes en el mercado, robustecer las autoridades en materia de competencia, y facilitar la competencia en las plataformas digitales son algunas de las medidas recomendadas en el Informe sobre el desarrollo mundial que pueden contribuir a que las empresas sean más productivas e innovadoras. Además, si bien un nivel básico de alfabetización sigue siendo esencial para los niños, la enseñanza de habilidades cognitivas y de pensamiento crítico avanzadas y la formación fundacional en sistemas técnicos avanzados de TIC serán fundamentales a medida que Internet se siga extendiendo. La enseñanza precoz de habilidades técnicas y la exposición de los niños a la tecnología promueven los conocimientos relacionados con las TIC e influyen a la hora de elegir una carrera.

En el informe se señala que las tecnologías digitales pueden transformar nuestras economías, sociedades e instituciones públicas, pero se advierte que esos cambios no están garantizados ni son automáticos. Los países que están invirtiendo tanto en tecnología digital como en sus complementos analógicos obtendrán considerables dividendos, mientras que los que no lo hagan probablemente quedarán rezagados. La tecnología sin una base sólida corre el riesgo de crear en los países un devenir económico en distintas direcciones, más desigualdad y un Estado intrusivo.

En los últimos 10 años, el Grupo Banco Mundial ha invertido un total de USD 12 600 millones en el sector de las TIC.

El Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales está disponible en https://www.worldbank.org/en/publication/wdr2016

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