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COMUNICADO DE PRENSAAbril 06, 2023

La invasión de Rusia a Ucrania y la crisis del costo de vida ensombrecen las perspectivas de crecimiento en las economías emergentes de Europa y Asia central

CIUDAD DE WASHINGTON, 6 de abril de 2023. Es probable que, este año, la actividad económica en la región de Europa y Asia central (i) continúe con un avance tenue debido a las repercusiones continuas de la invasión de Rusia a Ucrania, la alta inflación persistente y las condiciones financieras más restrictivas, según un informe actualizado sobre la economía regional que publicó hoy el Banco Mundial.

Ahora se espera que el producto regional crezca un 1,4 % en 2023, una estimación considerablemente mejor que el 0,1 % previsto en la revisión anterior. La actividad económica positiva de 2023, aunque profundamente deprimida, refleja una contracción menos pronunciada de la economía rusa y una mejora en las perspectivas de Ucrania. Se espera que el crecimiento regional aumente a un promedio del 2,7 % en el período de 2024‑25, a medida que ceda la inflación, se recupere la demanda interna y mejore el entorno externo.

Un fuerte aumento de los precios al consumidor, en particular de los alimentos y la energía, hizo que la mediana de la inflación anual aumentara al 15,7 % a fines de 2022 en los mercados emergentes y economías en desarrollo (MEED) de Europa y Asia central, el nivel más alto en más de 20 años, y el mayor entre todas las regiones en desarrollo del mundo. La mediana de la inflación era inferior al 4 % en los MEED de Europa y Asia central antes de que comenzara a subir en 2021.

Las perspectivas siguen siendo sumamente inciertas. El crecimiento puede ser menor en 2023 si empeora la guerra causada por la invasión de Rusia a Ucrania, si los precios de los alimentos y la energía continúan aumentando, si las subas de las tasas de interés se aceleran a nivel mundial o regional, o si cambian repentinamente las tendencias de los flujos de capital hacia la región. Los acontecimientos observados recientemente en los sistemas bancarios de algunas economías avanzadas podrían tener efectos secundarios en el crecimiento.

Se prevé que la economía de Ucrania crecerá un 0,5 % este año, después de una alarmante contracción del 29,2 % en 2022, el año de la invasión de Rusia al país. Si bien el costo económico que sufrió Ucrania como resultado de la invasión es enorme, la reapertura de los puertos del mar Negro y la reanudación del comercio de cereales, así como el considerable apoyo recibido de los donantes, están ayudando a respaldar la actividad económica este año. Según estimaciones recientes del Banco Mundial, el costo de la reconstrucción y la recuperación en Ucrania ahora ha aumentado a USD 411 000 millones, lo que equivale a más de dos veces el tamaño de la economía del país antes de la guerra, en 2021.

El 6 de febrero de 2023, Türkiye sufrió dos terremotos devastadores que han ocasionado daños directos por un valor aproximado de USD 34 200 millones, o el 4 % del producto interno bruto del país en 2021, según los cálculos del Banco. Los costos reales para satisfacer toda la gama de necesidades de recuperación y reconstrucción podrían equivaler al doble de los daños directos. Teniendo en cuenta el impacto de los terremotos recientes, se proyecta un crecimiento del 3,2 % en 2023, que aumentará a un promedio del 4,2 % entre 2024 y 2025, respaldado por el apoyo del Gobierno a los hogares y la inversión, como parte de los esfuerzos de reconstrucción en curso.

Ante el contexto de crecimiento lento y alta inflación, el informe incluye un capítulo especial sobre la crisis del costo de vida, en el que se aborda el impacto de la alta inflación en los niveles de vida de los habitantes de la región.

“La inflación socava los ingresos reales de las personas, y la alta inflación afecta a los más pobres mucho más que a los segmentos más ricos de la población”, dijo Ivailo Izvorski, economista en jefe del Banco Mundial para la región de Europa y Asia central. “Para proteger mejor a los grupos vulnerables y promover el crecimiento económico, en las políticas se debe tener en cuenta la diferencia de los impactos según el nivel de ingreso y utilizar indicadores más precisos a la hora de medir el costo real de los precios altos para los más pobres”.

Los Gobiernos de toda la región respondieron a la crisis del costo de vida con asistencia social y subsidios; en este último grupo se incluyen las moratorias en los aumentos de los precios de la energía, la reducción de las tarifas del transporte público y los topes a los precios de la electricidad y el gas natural para los hogares y las empresas.

Sin embargo, el análisis del informe revela la carga desigual que genera la crisis del costo de vida. Así se llega a la conclusión de que la inflación fue 2 puntos porcentuales más alta en el caso del 10 % más pobre de la población, en comparación con el 10 % más rico. Esta diferencia superó los 5 puntos porcentuales en algunos países de la región, como Moldova, Montenegro y Macedonia del Norte.

Es probable que las políticas en las que no se tienen en cuenta las diferentes tasas de inflación que sufren los hogares proporcionen un apoyo inadecuado a los grupos vulnerables y terminen siendo ineficientes y menos eficaces, como se señala en el informe. Se recomienda ir más allá del índice de precios al consumidor estándar para medir la inflación, con el fin de captar con mayor precisión el costo de vida real de los más pobres. Esto es esencial para diseñar mejores políticas de crecimiento y alivio de la pobreza.

COMUNICADO DE PRENSA N.º 2023/ECA/91

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