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Discursos y transcripciones Febrero 10, 2020

Transcripción: Desarrollo y deuda en las economías de menores ingresos. Una conversación entre Kristalina Georgieva y David Malpass

Vea el video (i)  del evento en World Bank Live 

SR. MALPASS: Bienvenidos a todos y, por favor, denle la bienvenida a Kristalina Georgieva, que está de regreso al Banco por un día. Estamos muy complacidos de tenerla aquí, además de que es un tema muy interesante.

SRA. GELPERN: Y, por lo tanto, es un gran privilegio estar aquí y decir un par de palabras de bienvenida a la audiencia, a todos los que nos están viendo en línea. Esta es una conversación muy importante sobre el desarrollo y la deuda en los países de menores ingresos.

Me llamo Anna Gelpern y estoy encantada de estar aquí con David Malpass, por supuesto, presidente del Banco Mundial, y con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Me parece muy extraño presentar a estas dos personas en su propia casa. Pero dado que la audiencia es mundial, solo unas pocas palabras para contextualizar lo que es particularmente pertinente para la conversación de hoy.

David, por supuesto, es un veterano en el área de la deuda, y creo que podremos aprender mucho de su amplia perspectiva sobre estos temas. Ha prestado servicios en el Tesoro de los Estados Unidos. Ha trabajado en el ámbito multilateral y en el sector privado, y verdaderamente comprende por qué, lamentablemente, seguimos volviendo con frecuencia a este tema, y qué tan lejos hemos llegado. ¿Hemos llegado lejos?

Y luego Kristalina, por supuesto, justo antes de esto, estuvo en el Banco Mundial y luego en la Comisión Europea, y tiene una formación increíblemente amplia en las cuestiones humanitarias y en los asuntos de coordinación en particular, que constituyen un enorme desafío hoy en día, dados los nuevos actores e instrumentos con los que estamos tratando en este momento. Por lo tanto, no podría estar más encantada, es un privilegio estar aquí hoy.

Ahora bien, yo soy abogada, no economista. Y, por lo tanto, tengo una perspectiva algo diferente sobre el material que vamos a abordar. El Fondo y el Banco publicaron un documento conjunto estupendo, y creo que es muy importante verlo en su contexto. Han estado publicando un enorme volumen de información y estudios sobre políticas en esta área, y creo que es una señal del valor que la comunidad internacional concede a la transparencia en este espacio, a pesar de que tenemos todavía un largo camino por recorrer.

Y creo que el informe que se publica hoy tiene algo de ese espíritu, ¿verdad? Por un lado, hay muchos aspectos en los cuales los países de menores ingresos están mejor. Tienen acceso a financiamiento de nuevas fuentes. Los índices de deuda en algunos de ellos se están nivelando.

Por otro lado, la otra cara de la moneda es que el financiamiento de nuevas fuentes implica nuevos riesgos y nuevos desafíos. Entonces, ¿qué hacemos con el hecho de que, de los países que acaban de obtener una reducción de la deuda (parece que fue ayer), la mitad está nuevamente en una situación de vulnerabilidad? ¿Qué hacemos con el hecho de que, por un lado, tienen más acceso a los mercados, pero luego los costos de los intereses superan el crecimiento?

Tenemos 45 minutos, probablemente menos, y vamos a tratar de tocar tres temas; por lo menos, espero que podamos.

Primero, cómo llegamos hasta aquí. ¿Qué nos dice esto sobre todas las iniciativas anteriores? ¿Qué hemos aprendido? 

¿Qué es diferente esta vez? Cada vez es diferente, pero ¿cómo es la situación ahora? ¿Cuáles son los desafíos con los que estamos luchando ahora? Y, lo más importante, ¿qué hacemos al respecto? Las instituciones, los donantes y acreedores bilaterales, la sociedad civil, todos nosotros.

Una simple acotación de orden administrativo que puede que hayan escuchado antes. Cada uno de ustedes tiene una tarjeta en el asiento. Por favor, complétenlas. Si tienen preguntas, por favor bombardéennos con ellas. Habrá alguien en los pasillos para recogerlas en todo momento. Hagámoslo antes para no tener que ir a buscar preguntas en el último minuto. Si están en línea, creo que hay formas para plantear preguntas en World Bank Live y, por supuesto, tuitear #DevtandDebt. Está escrito ahí, así que no lo deletrearé.

David, usted ha estado en este ámbito durante mucho tiempo, y se las ingenia para seguir siendo optimista. O al menos sigue en este ámbito. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Es justo decir que algo salió mal entre la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral de los Países Pobres Muy Endeudados y el presente?

SR. MALPASS: Hola, gracias. Creo que es muy bueno tener una abogada en esto. Hace 30, 40 años, había préstamos bancarios sindicados. Los tipos de deuda evolucionaron mucho, tanto desde el punto de vista económico, como del financiero y legal. Por lo tanto, todos están trabajando juntos hacia lo que creo que es... Creo que debemos ser optimistas.

La idea es movilizar los ahorros de otros para poder centrarse en el mejor proyecto o el mejor uso del dinero en todo el mundo. Con lo cual, realmente creo que tenemos que verlo positivamente. El Banco elaboró recientemente un gran informe sobre las cuatro olas de deuda. Ahora estamos en la cuarta ola.

En cuanto a la cuestión de cómo volvimos a este punto, la naturaleza de las cosas es, y ya hablé de esto el año pasado, que hay un conflicto de incentivos con los Gobiernos. Los políticos y los líderes gubernamentales quieren una acción rápida, y eso significa no hacer lo suficiente en cuanto a los criterios de los préstamos que toman, el proceso de selección de proyectos que aplican. ¿Tienen realmente una estrategia sobre la manera en que van a avanzar sus países?

Y luego los financiadores están del otro lado diciendo: "Oigan, tengo dinero para prestar, sigamos adelante". Mientras que, desde el punto de vista de los habitantes del país, lo que quieren es un crecimiento sostenible a largo plazo que realmente incremente el ingreso medio. 

Y esos dos objetivos están algo separados. Así que una de las cosas que el Banco está tratando de hacer al liderar esta iniciativa de transparencia (la llamo transparencia de la deuda y de la inversión) es que las entidades soberanas, es decir, los Gobiernos, digan realmente cuáles son los términos de la deuda y cuál es el objetivo de la inversión, y luego desagregar los dos elementos para que la gente pueda evaluarlo, porque es muy difícil para nosotros, aquí sentados, decir cuáles deben ser los límites de la deuda. Creo que de esta forma es más posible. Y podemos hablar de cómo impulsar la transparencia para que la gente pueda evaluarlo.

SRA. GELPERN: Esto es muy útil.

Kristalina, quisiera que se explayara sobre esto. Supuestamente el objetivo final es el acceso al mercado, la gestión prudente de la deuda y la movilización de los billones de dólares que estos países necesitan para cosas básicas como el suministro de agua limpia, la adaptación al cambio climático, el alivio del hambre. ¿Cuál es la combinación adecuada?

SRA. GEORGIEVA: Bueno, permítanme primero decirle al personal del Banco aquí presente que es fantástico estar de vuelta. Les contaré un pequeño secreto. Cuando me estaba preparando, estuve reflexionando mucho, me puse a pensar, pero también me puse una chaqueta roja especialmente para ustedes.

Lo primero que quiero señalar es que estoy muy complacida de ver que empezamos por el desarrollo para luego hablar de la deuda, y esto es exactamente lo que el Presidente Malpass acaba de hacer.

Felicitaciones por la reposición de los recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF): USD 82 000 millones que se pondrán a disposición de los países que más necesitan financiamiento.

Pero nos enfrentamos a la realidad de que el financiamiento no fluye fácilmente hacia donde más se necesita. El Fondo elaboró un estudio en el que se llegó a la conclusión de que para que los países de ingreso bajo alcancen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, necesitan aumentar las inversiones en un 15 % adicional, hasta el 15 % del producto interno bruto (PIB). Eso es gigantesco. 

Y obviamente tenemos que reconocer que, si confiamos en que todo este dinero venga solo a través de préstamos, cometeremos un grave error en el asesoramiento que proporcionamos a los países. Así, pues, hay un aspecto importante del debate de hoy que se refiere a la movilización de los recursos internos, lo que implica asegurarse de que los países creen su propia capacidad para recaudar dinero para invertir, pero también para afrontar el servicio de la deuda en el futuro. Y todos sabemos que el margen de mejora es bastante significativo. El Fondo alega que se pueden movilizar recursos internos adicionales por un valor de entre el 3 % y el 5 % del PIB.

Y luego, llegamos a la cuestión de la deuda. En otras palabras, el primer punto importante que quiero mencionar es que antes de entrar en el tema de a quién pedir prestado, tenemos que ver qué más se puede hacer. Y lo que se puede hacer es movilizar los recursos internos y luego mejorar la eficiencia en la utilización del dinero.

Si observamos las inversiones públicas en los países de ingreso bajo, vemos que solo podemos rastrear 60 centavos de cada USD 1 en términos de lo que compra exactamente el dinero. No significa que solo 60 centavos de cada USD 1 compren algo, sino que la calidad de la inversión puede mejorarse.

Y luego pasamos a cómo pedir prestado y a quién, cuál es la estructura de la deuda. Obviamente, estamos interesados en ver más capacidad para recaudar dinero de fuentes privadas. Y David ha sido muy explícito en cuanto a la importancia de ese recurso.

Pero esto solo sucederá si tenemos buenos proyectos que puedan financiarse y, por lo tanto, el papel del sector público es muy significativo, tanto en la calidad de lo que puede financiarse como en el objetivo para el cual el sector público pide prestado, y de quién.

Todos conocemos las tendencias. Sabemos que ha habido un aumento muy significativo de los préstamos de fuentes no tradicionales y no concesionales. Claramente, esto es una preocupación. Los eurobonos el año pasado promediaron EUR 16 000 millones en países de ingreso bajo. Eso es tres o cuatro veces más que hace solo seis o siete años. Y, por supuesto, tienen un precio más alto.

Y luego tenemos los prestamistas no tradicionales que no participan de los mecanismos de coordinación como el Club de París. Así que la forma de equilibrar esto es en realidad el gran trabajo que deben llevar adelante los países y nuestras instituciones.

El objetivo principal de este documento es decir que se puede mejorar la gestión de la deuda. Tenemos un marco sostenible para la gestión de la deuda. Puede aplicarse. Y, podemos aportar, como dijo David, mucha más transparencia: ¿quién presta a quién? ¿Quién pide prestado a qué precio y por qué?

Permítanme hacer, finalmente, dos observaciones.

Una es que reconocemos que estaremos en esta situación de baja por un tiempo más prolongado. Las tasas de interés son bajas. El dinero es barato. 

Aunque no para esta gente. Si se observa el precio de los eurobonos para los países de ingreso bajo, no es tan económico: 8 %, 9 % no es barato.

Pero si ustedes buscan rendimiento, si tienen dinero y buscan rendimiento, ¿a dónde van? Van donde puedan obtener un rendimiento de esa magnitud. Por lo tanto, tenemos una consecuencia no deseada de las bajas tasas de interés en las economías avanzadas, que es que la búsqueda de rendimiento en los países en desarrollo y especialmente en los de ingreso bajo genera más riesgo.

Y, en segundo lugar, el segundo comentario que haría es que ahora tenemos en muchos países oficinas de gestión de deuda más sofisticadas. Pero si miran el documento, una de las observaciones más aleccionadoras es que hay mucho más por hacer. Por lo tanto, es una enorme responsabilidad para nosotros.

SRA. GELPERN: Quisiera presionarla un poco y luego tal vez pedirle a David que intervenga, porque nos llevó muy bien hacia el segundo tema, es decir, qué es lo diferente esta vez, ¿verdad? Hay muchos actores diferentes.

Pero una de las constantes, me parece, y esto es algo que usted planteó, es que la gestión es importante tanto para la inversión como para la deuda, ¿no? Si los países están pidiendo prestado a los mercados, eso queda fuera del marco del Grupo de los Veinte (G-20), y así debería ser, en algún nivel. Tal vez deberíamos tener un conjunto de normas más amplio. Pero ¿cómo se garantiza que para el momento en que esos países tengan acceso, a su vez tengan cierta capacidad y la capacidad de gestión interna, si se quiere, para manejar tanto el uso de los ingresos como el préstamo?

Tal vez David puede empezar y luego Kristalina puede intervenir.

SR. MALPASS: Y yo añadiré a lo que explicó Kristalina. Uno de los impactos de la situación que ella estuvo describiendo de la baja por un tiempo prolongado es la desigualdad resultante. Y mencionaré dos partes.

Una es que los países en desarrollo, por su naturaleza, van a tener un mayor rendimiento, lo que significa un mayor costo, por lo que hay una especie de desigualdad, si quieren llamarla norte/sur, o desarrollados/en desarrollo.

Pero a su vez dentro de los países también existe desigualdad en el hecho de que las empresas más grandes y establecidas reciben más fondos. Y, por lo tanto, estamos en un entorno que evidentemente amplía el problema de la desigualdad que estamos abordando. 

Creo que una parte importante de la transparencia es que contribuye a nivelar un poco. Tenemos que tener situaciones de financiamiento para los países en las que puedan realmente costearse la educación y la atención sanitaria y, sin embargo, esto sucede en un entorno que es casi inherentemente contrario a ese tipo de financiamiento. Por eso creo que es urgente que esta iniciativa siga adelante.

Ahora, en cuanto al tema de la gestión entonces, va al meollo de cómo los países toman decisiones. En este sentido, el Banco Mundial tiene una Práctica de Buen Gobierno gigantesca que trabaja específicamente en los países para tratar de crear capacidad... “Capacidad” es una palabra sofisticada, pero puede referirse a qué ministros tienen la autoridad para firmar un contrato. Si van a firmar un contrato, ¿se va a divulgar?

Uno de los problemas prácticos que enfrentamos ahora mismo es la presencia de algunos de los nuevos prestamistas, los que no pertenecen al Club de París. Y supongo que, cuando decimos eso, la gente debería interpretar que nos referimos a China. No son miembros del Club de París. Han aumentado sus préstamos, lo que es bueno en cierto modo. Queremos más préstamos para los países en desarrollo. Pero también significa que los términos del contrato deben ser pensados de una manera que sea cooperativa a nivel internacional. A menudo sus contratos tienen una cláusula de confidencialidad que prohíbe al Banco Mundial o al sector privado ver cuáles son los términos del contrato.

Por lo tanto, como cuestión práctica, al hablar de la gestión, algo de esto es bastante sencillo; en los contratos con Gobiernos soberanos, por favor, no pongan una cláusula de confidencialidad. Dejen que el Gobierno revele los términos, tanto de la deuda como de las inversiones. 

Hace poco enviamos un equipo a China para hablar sobre eso. China está buscando formas de trabajar con los demás países para utilizar términos de contratación que sean más coherentes con lo que el mundo está acostumbrado a aplicar.

SRA. GEORGIEVA: Bueno, permítanme…

SRA. GELPERN: Kristalina, si pudiera ampliar esto y aportar a su respuesta… He estado tratando de entender qué obtiene China con esto, para ser franca. La cláusula de confidencialidad está ahí en el marco del G-20. Si soy un nuevo prestamista y si no he pasado por los años 80 y 90 ni por la década de 2000, y tengo diferentes instrumentos y cláusulas de confidencialidad, ¿por qué debería ir al Club de París?

SRA. GEORGIEVA: Bueno, déjenme responder esto primero, y luego volveré a su pregunta más amplia de qué se puede hacer para que los países estén mejor preparados.

Todos vivimos en un mundo en el que hay un alto grado de interdependencia, y es un mundo más propenso a las conmociones. No tengo que decir nada más hoy en día dado el dolor que una conmoción en particular (el coronavirus) está imponiendo ya a las personas y a la economía.

En este mundo más interdependiente y más propenso a las conmociones, a todos nos conviene incrementar la transparencia y mejorar la emisión de informes, porque en última instancia habrá prestamistas que se quemarán. Y sabemos esto.

Pero lo más importante es que probablemente los países que operan sin total transparencia y sin tener un conocimiento completo de lo que incluyen sus registros no obtengan resultados tan buenos en términos de crecimiento, de fortalecimiento de sus economías. De hecho, un grupo de economistas hizo un análisis que muestra que la deuda no sostenible socava el crecimiento.

Por lo tanto, si ustedes son alguien, China o cualquiera, si quieren ver un buen rendimiento en sus inversiones, les conviene operar con más transparencia. Por supuesto, ¿cuál es el problema? El corto plazo versus el largo plazo. A corto plazo, si pueden extraer más, estar más protegidos, estarán tentados a hacerlo. Pero a mediano/largo plazo, habrá un tirón de orejas. 

Ahora lo que vemos es que China y, de hecho, otros nuevos prestamistas se están concientizando, porque ya se enfrentan a situaciones de deuda insostenible que ponen en riesgo sus inversiones.

Y, en realidad, como David y yo sabemos muy bien, en China hay un apetito por programas de préstamos más coordinados y por saber quién presta a quién qué, porque hay empresas estatales, préstamos oficiales, y la mano izquierda y la derecha no necesariamente están alineadas por completo.

Creo que el interés propio va a jugar un papel importante. También cumple una función significativa el hecho de que el país se esté mostrando mucho más firme para defenderse contra el riesgo de incumplimiento. Y, por supuesto, las instituciones como las nuestras, el Banco Mundial, el FMI y otras, tienen un papel muy importante que desempeñar.

Quiero... Usted nos preguntó qué se está haciendo, qué se puede hacer, y quiero aportar un elemento de positivismo, porque el año pasado... ¿Fue en junio o julio cuando adoptamos el marco de sostenibilidad de la deuda, el nuevo marco de sostenibilidad de la deuda en ambas instituciones al mismo tiempo? Estoy mirando a… ¿Junio? Julio. Bien. Julio del año pasado. No, perdón, en julio de 2018 adoptamos este marco. Es un período corto. Pero desde entonces, de los 69 países que están comprendidos en este marco, 53 ya han pasado por el análisis de sostenibilidad de la deuda y han tomado medidas para mejorar sus informes. Y en 11 países, la transparencia de la deuda ha mejorado visiblemente.

Y quiero poner como ejemplo el caso de Senegal, sobre cuya deuda hoy sabemos más: equivale al 10 % del PIB para ser más exactos. Cuando me reuní con el ministro de Finanzas del país, él no estaba tan conforme, porque parece como si la deuda hubiera aumentado. Pero no se ha incrementado, sino que ahora es visible, y es visible para los responsables de tomar decisiones, que ahora saben cuánto margen tienen para pedir prestado para invertir en el futuro. 

Escucho de todos los que trabajan en este campo que, si bien ha habido cierta acumulación de deuda, en los últimos dos años vemos en realidad una estabilización. Y me atrevería a afirmar que la mayor transparencia y la mejora en la calidad de los informes son parte del panorama para mejorar las tendencias de la deuda.

SRA. GELPERN: Y esa es ciertamente una buena noticia del informe. Este es uno de los acontecimientos impresionantes que se destacan en el documento. Pero quiero ponerme en abogada del diablo por un minuto: se ve un 10 % más, pero todavía hay mucho que sigue siendo invisible. Quizás no en Senegal, pero ¿la divulgación y la capacidad de divulgación están al nivel (a falta de un término mejor) de la capacidad de arbitraje de los que no lo están?

Y no es solo China. Quiero decir, eso es una cosa. El sistema está muy fragmentado, ¿verdad?

SRA. GEORGIEVA: Pero, en realidad, si lee el informe, es bastante sobrio en ese sentido. Dice que la capacidad de gestión en muchos aspectos sigue siendo relativamente débil en los países de ingreso bajo. Por lo tanto, nos enfrentamos a una dualidad. La sofisticación de los instrumentos de préstamo está aumentando. La multiplicidad de fuentes se está incrementando. Y la capacidad de gestión se está quedando atrás. Creo que es muy importante que tengamos estas conversaciones, que hablemos de esto, y lo más importante es que traigamos ejemplos prácticos de cómo se pueden introducir mejoras.

Aquí en esta sala veo a personas que han dado su corazón y su alma para fortalecer la capacidad en los países de ingreso bajo a fin de que puedan invertir mejor, elevar la calidad de vida de las personas. Creo que cuanto más podamos difundir esa noción en el sector privado, entre aquellos que quizá aún no han entrado en este espacio… cuanto más grande construyamos el espacio, mejor.

Y no lo olviden nunca: en última instancia, son los países los que deciden. Podemos ayudar. La gente sabe que en este momento haré una observación que a muchos ya les resulta familiar. Podemos llevar un caballo al agua, pero podemos hacer que beba. Así que tenemos que trabajar más para conseguir que el caballo tenga ganas de beber, sobre la base de las buenas prácticas y el interés propio.

SRA. GELPERN: Bueno, me encantaría dedicar el tiempo que queda antes de la sesión de preguntas y respuestas a algunos de los tipos de prescripciones de prácticas e intervenciones de políticas que son posibles o incluso ya están en marcha tanto para las instituciones, como para los donantes, y todos nosotros, en realidad.

Sería negligente si no mencionara la reestructuración de la deuda, ¿verdad? Y esto es algo con lo que, por supuesto, ustedes dos están íntimamente familiarizados. Ambas instituciones han pasado décadas innovando en este ámbito, lo cual es a la vez maravilloso y profundamente deprimente.

Y con los nuevos actores y los nuevos instrumentos, aunque todos estén operando con buena voluntad y tratando de hacer lo mejor posible, hay una enorme cantidad de traducción que se debe hacer para que todos se encuentren en sintonía y comprometidos con un régimen que pueda lograr resultados sostenibles. 

David, tal vez pueda empezar con este tema. Y, Kristalina, me gustaría especialmente saber cómo están las evaluaciones de las políticas en esta área que realiza el Fondo.

SR. MALPASS: Esto tiene varios aspectos. Quisiera lanzar varias palabras de moda para que la gente conozca el alcance del desafío.

Al pensar en la transparencia de la deuda, las empresas estatales constituyen un desafío. ¿Cuáles quieren computar, y cuáles son los términos de los pasivos contingentes que los países han asumido?

Usted señaló por qué le conviene a China ser más transparente. Pero creo que lo que Kristalina estaba diciendo, lo de si llevas un caballo al agua, rige también para los países prestatarios: ¿cómo conseguimos que quieran hacerlo? Porque tienen la tentación de dar garantías subsidiarias o colaterales, de dar derechos de retención sobre sus activos cuando no obtienen el valor total por hacerlo, de crear un entorno de precios en el que venden a un menor precio un determinado producto durante un largo período con el fin de obtener dinero por adelantado.

Todos estos son problemas individuales muy reales. Mientras pensamos en la reestructuración de la deuda, creo que tenemos que reducirla a casi… Va a tener que haber alguna división de los diversos tipos de deudas y de cuáles son las herramientas para abordarlos. ¿Qué países la necesitan, y cuáles la necesitan de manera que les permita un mejor desarrollo a largo plazo? Si intervienen de inmediato y dicen “asumo esta deuda, pero planeo reestructurarla”, no va a ser un camino muy adecuado para el desarrollo.

Por lo tanto, creo que posiblemente necesitemos un proceso para los países de la AIF, es decir, los países más pobres. Dentro de la decimonovena reposición de los recursos de la AIF (AIF-19) tenemos un nuevo proceso, la Política de Financiamiento Sostenible del Desarrollo, que es un marco sostenible para el desarrollo que va a ser muy útil dentro de esos países. Necesitaremos algo especial o tendrá que haber algo especial para Argentina porque es muy grande y está en la lista. No fue mi intención presagiar nada.

SRA. GEORGIEVA: No, en realidad voy a continuar desde donde dejó David. En un mundo en el que el foro tradicional de reestructuración de la deuda, que era el Club de París, ya no es el camino a seguir, tenemos que trabajar en dos aspectos. 

Uno es ampliar la cooperación internacional sobre la sostenibilidad de la deuda. Aquí también el Banco Mundial y el Fondo juegan un papel importante. El G-20 juega un papel importante. Y esto debe ser un foco de atención.

Pero luego, dos... Esta es una vía, lograr que haya capacidad para reunir a los prestadores privados, los emisores de eurobonos, los donantes no tradicionales... lo siento, los prestamistas, los prestamistas tradicionales, reunirlos.

Pero la segunda vía es simplemente mejorar el proceso de acumulación de deuda. Vemos que ahora se presta mucha más atención a las cláusulas de acción colectiva en las nuevas emisiones. Me dicen que el 87 % de los países de ingreso bajo que aparecen en el documento están entrando en ese espacio.

El documento también nos dice que, si bien esto es cierto y relativamente positivo, al mismo tiempo la reestructuración integral de la deuda que se ha venido realizando en los últimos tiempos ha sido penosa y poco eficaz. O bien no se tiene en cuenta cuánto se debe reestructurar, por lo que tiene que haber una segunda reestructuración, o esta es muy prolongada, o no todas las partes intervienen. Por lo tanto, tenemos que reconocer que esta es una realidad muy dolorosa para los países que se enfrentan a ese proceso.

Y, por último, pero decididamente no menos importante, debemos ser conscientes de que, en este mundo en el que hay presión para reestructurar las deudas, lo mejor que podemos hacer es poner mucho más énfasis en la prevención, porque prevenir es mejor que curar. Para empezar, no llegar a esta situación. 

Y en el caso de muchos países, yo diría que, cuando tienen problemas con la deuda, deberían tomarse en serio el micromarco que puede haber contribuido a que estén en esta situación, para empezar. Y creo que, sea cual fuere la manera en que se corte, no hay nada que reemplace la adopción de políticas responsables.

SR. MALPASS: ¿Puedo…?

SRA. GELPERN: Sí, por favor. 

SR. MALPASS: Una breve observación, y es la primera que hice: el conflicto de incentivos. Cuando se habla de reestructuración de la deuda, debemos ser conscientes de que los dirigentes del país pueden estar satisfechos con algo que es menos de lo que la gente del país realmente necesita, porque ven la situación y dicen: bueno, si tengo cuatro años más para pagar, abarca lo que dura mi mandato y el horizonte a corto plazo. Por lo tanto, debe haber cierta determinación por parte de, podríamos decir, los organismos de cooperación internacionales, para buscar lo que más le conviene a la gente. Cuando hay una reestructuración de la deuda, debemos evaluarla de manera justa y procurar que sea lo suficientemente profunda como para mejorar realmente la vida de la gente.

SRA. GELPERN: Esto es muy importante y, en realidad, me gustaría alentar a ambos a seguir por este camino. E incluso estamos abordando las preguntas como si nada... estamos respondiendo las preguntas a medida que van llegando sin saber lo que nos preguntarían. Esto es genial.

El documento señala que cada vez se llevan a cabo más reestructuraciones fuera del programa del FMI, sin un programa del FMI, ¿verdad? Así que, en los viejos tiempos, uno se enfrentaba —y esto es bastante típico, como seguramente saben– a la crisis de endeudamiento. Se recurría al FMI y luego al Club de París. Y se recibía un trato comparable de todos los demás y se obtenía nuevo financiamiento hasta el final. Nunca era tan fácil, pero había una secuencia.

En un mundo en el que, como se dijo, el Club de París ya no es más el centro de gravedad y hay fuentes alternativas de financiamiento, ¿cómo se hace para garantizar que el marco de políticas permita obtener resultados sostenibles… demasiado poco, demasiado tarde…?

SR. MALPASS: ¿Puedo agregar dos cosas más antes de dejarle la palabra a Kristalina? Hay otros bancos multilaterales de desarrollo además del Banco Mundial. Por eso me gustaría contribuir a la complejidad de tu pregunta. El hecho de que haya otras entidades que tienen acceso a financiamiento de muy bajo costo en los mercados internacionales e insisten en prestar dinero a países en condiciones sumamente flexibles aumenta la dificultad.

Además, si me permiten, hay que incluir al sector privado. En este entorno de largo plazo y bajo rendimiento en el que los bancos centrales están comprando enormes cantidades de deuda pública, deuda pública a largo plazo, y que se expande a través de la curva de rendimiento, lo que eso hace es generar una situación en la que las reestructuraciones no están orientadas al futuro como debieran.

SRA. GEORGIEVA: El problema al que nos enfrentamos requiere un trabajo mucho más abierto e intensivo de lo que era en la época de la que hablas. Lo que quiero decir es que hay una realidad: el mundo ha cambiado y va a seguir cambiando. Cuando era niña, vivía en el centro de una ciudad capital, y salía de mi departamento y no cerraba la puerta porque daba por sentado que nadie iba a ir a robarme nada. Ese mundo ya no existe.

Tenemos que reconocer que es un mundo más complejo. Es multipolar, multifuncional. Y lo que significa para gente como nosotros, y las instituciones que representamos, y todos los demás, simplemente más trabajo de campo, más difusión, más compromiso inquebrantable. Porque si no hacemos nuestro trabajo como lo requiere el mundo de hoy, vamos a decepcionar a los países pobres.

No se trata de que los países de ingreso bajo quieran meterse en problemas con la deuda. La mayoría de las veces no lo quieren. Tienen la dimensión política de las elecciones y demás. Pero reconociendo que hay una gran diferencia en el conocimiento y la capacidad y las habilidades de lo que se ofrece como productos de deuda y las fuentes de estos productos, y cómo se está gestionando esta deuda en una gran cantidad de países de ingreso bajo, y que este equilibrio debe corregirse activamente con todas las complicaciones que requiere… probablemente la palabra clave sea “trabajo de campo”.

SR. MALPASS: Voy a tratar de ser más específico e invitar al FMI a ayudar con esto. Tenemos una situación en la que otras instituciones financieras internacionales, y en cierta medida las instituciones financieras de desarrollo en su conjunto, ciertamente los organismos oficiales de crédito a la exportación, tienen tendencia a prestar con demasiada rapidez y a agravar el problema de la deuda de los países.

Así, por ejemplo, en Paquistán, el Banco Asiático de Desarrollo está movilizando miles de millones de dólares en una situación fiscal difícil. En el caso de África, el Banco Africano de Desarrollo está inyectando grandes cantidades de dinero en Nigeria, Sudáfrica y otros países que no cuentan con un programa sólido para generar condiciones sostenibles y avanzar. En Kazajstán, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo está impulsando préstamos en los que otras instituciones realizan mucho trabajo y luego se invierte a una tasa de interés más baja.

Por lo tanto, tenemos un problema muy real y es que las propias instituciones financieras internacionales contribuyen a la carga de la deuda. Y hay presión, creo, sobre el FMI para que lo solucione y busque lo que más le conviene al país.

SRA. GEORGIEVA: Me gustaría agregar algo, porque me detuve a la mitad de lo que debería haber dicho. La otra mitad es que hay una enorme responsabilidad en este mundo más complejo para que nos exijamos a nosotros mismos: ¿a quién prestamos, para qué y cuán seguros estamos de que debajo de los programas que apoyamos no hay un iceberg de deuda no visible para el público? Esta autoexigencia es sumamente importante. 

Y también quiero decir que tenemos 26 programas en África. No es que el Fondo no esté allí. Estamos llevando a cabo actividades en muchos de estos países. Y reconozco totalmente, al igual que el personal que trabaja conmigo, que la responsabilidad de promover la transparencia de la deuda, la sostenibilidad de la deuda, que recae sobre nosotros en este nuevo mundo complejo es mucho mayor.

SRA. GELPERN: Lo fascinante de este último intercambio es que las instituciones que mencionó no son las nuevas plurilaterales, ¿verdad? Son instituciones que se remontan a mediados del siglo xx. Y el hecho de que tengamos problemas de coordinación entre las instituciones establecidas con las partes interesadas que han estado compartiendo la misma mesa de negociaciones durante décadas es un poco preocupante por lo que nos dice sobre nuestra capacidad de atraer nuevas instituciones.

SR. MALPASS: Hay que mencionar que el Banco Europeo de Inversiones, el BEI, está movilizando más recursos con condiciones aún más flexibles que los organismos que ya mencioné. Se ha puesto mucho el acento en el BAII, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, pero de algún modo ha realizado una mejor labor de coordinación. Tiene su sede en Beijing, pero busca tener estándares iguales a los del Banco Mundial, y han sido explícitos al respecto. En la práctica, esto ha causado menos problemas en esta área que algunos de los otros organismos.

Ahora bien, no sabemos lo que sucederá en el futuro. Pero tu observación es muy acertada. Lo que ha sido verdaderamente problemático hasta el momento es la coordinación tradicional.

SRA. GELPERN: Bueno... en realidad, ¿por qué no comenzamos con las preguntas? Porque a algunas de ellas las hemos rozado, pero no las hemos abordado del todo.

Entonces, la primera —que no los va a sorprender— es la siguiente: ¿un mecanismo mundial de reestructuración de la deuda soberana contribuiría a una mayor coordinación de los acreedores? Permítanme retroceder un poco para aportar un poco más de contexto. Kristalina, usted mencionó las cláusulas de acción colectiva. Eso es exacto. Y contamos con un modelo sólido, y, en la medida en que la categoría de deuda que más rápido crece en muchos de estos países son los eurobonos y los bonos en moneda extranjera, el 87 % no es 100, pero estamos en una situación bastante buena. Parte de la complicación, por supuesto, es que para la mayoría de estos países esto no representa el grueso de la deuda. Puede que sea la categoría que más rápido crece, pero es un stock de deuda muy heterogéneo.

Y algunos de los términos... cuando mencionó antes la colateralización y distintos prestatarios, distintos prestamistas, distintas garantías… es un mundo terriblemente complicado. Con la deuda privada e incluso la municipal, así se entiende el sentido de la quiebra, ¿no? ¿Por qué no volver sobre esa idea? ¿Acaso el sector privado no estaría interesado en esto ahora que en cierto modo es una minoría en la mesa de negociación?

SRA. GEORGIEVA: La complejidad del asunto es que estamos en una situación más caótica y desordenada que antes. Pero eso no significa que no debamos tratar de ampliar el marco que nos permita ser más eficaces en la reestructuración de la deuda. Así que entiendo lo que dice. La respuesta a tu pregunta es sí, tenemos que buscar formas de construir una coordinación, una cooperación más fuerte en torno a la deuda, claro.

También debemos reconocer que tenemos que ser completamente honestos y actuar en consecuencia cuando se trata de situaciones de deuda que son insostenibles. Ahí veo a nuestra directora para África. Me viene a la mente Mozambique: la situación no era sostenible y, por lo tanto, había que tomar medidas. Por eso me pregunto: en el mundo de los organismos internacionales, ¿cómo podemos ser inclusivos y hacer el trabajo de campo y al mismo tiempo ser muy honestos y firmes a la hora de actuar? Esto es algo que debemos adoptar, porque, de lo contrario, creo que ni David ni yo cumpliríamos con nuestro cometido.

Recordemos por qué me preocupo tanto por la deuda en los países de ingreso bajo. Porque lo que significa es que, si no se gestiona adecuadamente, las tasas de interés, a menudo elevadas, hacen que no se inviertan recursos valiosos en educación, en salud y en infraestructura, privando de estos recursos a las personas que más necesitan inversiones de calidad. Y esa es la gran responsabilidad que asumimos por ellos.

SR. MALPASS: Exactamente. Una observación, ¿puedo hacer un llamado a la transparencia de la deuda y la inversión? Creo que hoy en día es muy difícil resolver las cuestiones de reestructuración y qué hacer con las cuestiones relativas al sector privado. Pero un punto de partida que es bastante difícil para el mundo, tanto para los deudores como para los acreedores, las instituciones internacionales, es simplemente identificar la deuda y tratar de que se divulguen las condiciones. 

Realmente quiero mantenerme enfocado en eso y reconocerlo como algo urgente. Lo que quiero decir es que no parece algo insuperable. ¿Acaso no podemos averiguar cuál es la deuda de, como usted dijo, Senegal? Pero en el Banco nos costó tanto que hemos tomado un rumbo diferente. Seguimos haciéndolo, tratando de diagramar toda la deuda, pero solo con países piloto individuales. Tomemos Angola o Senegal, o más abajo, y tratemos de averiguar todo lo que podamos sobre todos los diferentes tipos de deuda que se están contrayendo y los términos correspondientes. Esto resultó ser más difícil de lo esperado.

Y usted lo mencionó, Anna, que cada vez que se identificaba un tipo de deuda o una forma de agregar deuda, los prestamistas y los prestatarios descubrían una nueva forma de hacerlo y una forma distinta que el sistema existente no identificada. Por lo tanto, estamos tratando de movernos lo más rápido posible para identificar la mayor cantidad de deuda posible, con la idea de que eso nos permitirá manejarla de manera adecuada más adelante.

SRA. GELPERN: Tenemos un montón de preguntas excelentes, y estoy tratando de agruparlas en categorías. Hay una en particular a la que quiero asegurarme de que lleguemos. Volvemos al amor de mi vida, la reestructuración de la deuda. Pero no olvidemos el financiamiento para el desarrollo, que es algo con lo que usted empezó, Kristalina.

Aquí hay dos preguntas.

¿Quién financiará a los países en desarrollo si detenemos a las instituciones financieras internacionales, a las agencias de crédito a la exportación, en China? No estoy segura de que se haya sugerido detenerlas, pero creo que la pregunta más general sería ¿de dónde va a venir todo este dinero? Y si todos van a ser honestos y honrados y revelar todos los costos, ¿eso no va a crear fricciones… tal vez en el buen sentido?

Aprovecho entonces para agregar otra pregunta que me parece que pertenece a la misma categoría: ¿cómo contribuye un programa como el Servicio Mundial de Financiamiento en Condiciones Concesionarias a...? Mejor la reformulo… entonces la cuestión es el nivel de deuda considerable y los países de ingreso mediano. Pero ¿cómo se encuadra en el tema de la sostenibilidad de la deuda en términos más amplios? ¿Y cuál es la manera de abordar la deuda sin poner fin a programas como este o recortarlos?

SR. MALPASS: Puedo probar con la primera. ¿Quién va a financiar? Las pruebas empíricas demuestran que, si los países son transparentes, pueden conseguir financiamiento a una tasa de interés más baja. Por lo tanto, creo que tenemos que adoptar una especie de modelo como el nuestro, que hay muchos ahorristas en el mundo a los que les gustaría encontrar prestatarios que quieran ser transparentes y que tengan un proyecto de inversión transparente en el que puedan participar. Por eso estoy de acuerdo en que es un tema que debe plantearse, pero no tanto... no se trata de un proyecto para cortar el financiamiento. La idea es permitir y movilizar mucho más financiamiento.

SRA. GEORGIEVA: Si me permiten... Estoy de acuerdo con David en que la transparencia de la deuda es una forma de aportar más financiamiento a los países de ingreso bajo. Pero quiero responder a tu segunda pregunta sobre el Servicio Mundial de Financiamiento en Condiciones Concesionarias y qué pasa con los servicios de este tipo.

Para los que no estén familiarizados con el término, se trata de un mecanismo que otorga préstamos con baja tasa interés a los países de ingreso mediano afectados por factores exógenos, más concretamente los refugiados sirios en Jordania o el Líbano, o para el caso de los venezolanos en Colombia. A través del servicio, se trata de que el dinero de los donantes no ingrese al país como dinero de los donantes, sino que se reduce el costo de los préstamos para que pueda realizarse una inversión en gran escala, sobre todo en las zonas con mayor potencial de rendimiento. Creo que es un buen modelo para permitir que el dinero rinda todo lo posible y para aportar capacidad institucional y preparación de proyectos, y supervisión de proyectos. De hecho, en el Fondo somos mucho más pequeños que el Banco en términos de concesionalidad. Solo tenemos alrededor de USD 1000 millones al año en nuestras líneas de crédito con tasa de interés cero. Estamos pensando en analizar estos instrumentos. ¿Existe una manera más adecuada de atender a los países que necesitan desesperadamente más financiamiento? En realidad, estamos analizando el modelo de Servicio Mundial de Financiamiento en Condiciones Concesionarias como algo que podría ayudar. Hacer que el dinero rinda para generar mucho más crecimiento y empleo en los países en dificultades.

SRA. GELPERN: Esto es sumamente valioso e informativo. Tenemos cinco minutos y ocho preguntas. No creo que tengamos tiempo para todas, pero déjenme intentar agruparlas un poco nuevamente. Hay un conjunto de preguntas relacionadas con la asistencia técnica, el trabajo conjunto de ustedes en la asistencia técnica, en particular en la capacidad de la deuda. ¿Ha llegado el momento de pasar de la asistencia técnica impulsada por la demanda a la asistencia técnica obligatoria? No estoy muy segura de cómo lo hacen ustedes —ampliando la metáfora sobre el caballo y el agua—, pero creo que hay otra pregunta que incluye la palabra “obligatoria”. ¿Cómo hacemos para que la divulgación de los contratos sea obligatoria? ¿Cómo mejoran el Banco Mundial y el FMI la rendición de cuentas de los países de menores ingresos por cada centavo invertido?

Si me permiten, quisiera agregar una idea que no hemos destacado, pero que es evidente en todo lo que dicen: los votantes son la gente del país, ¿verdad? Por lo tanto, la idea de que la divulgación de la deuda, la transparencia de la deuda, la transparencia de las inversiones es algo esotérico, técnico para el Banco Mundial y el FMI es totalmente equivocada. La deuda pública es pública. El pueblo debería poder exigir a sus Gobiernos que rindan cuentas de sus actos. Pero me pregunto acerca de la divulgación obligatoria, la asistencia técnica obligatoria, ¿hay que obligarlos?

SRA. GEORGIEVA: ¿Me permiten? Sí, claro. Mira, creo que soy una fanática de establecer normas de divulgación, asegurarme de que estén bien diseñadas y luego pasar de la divulgación voluntaria a la obligatoria. Creo que es el camino correcto. No significa que sea fácil. Me causa problemas. Estoy haciendo que el caballo beba. Pero, en realidad, si lo piensan, no se trata de las decisiones que toman los países. Estos pueden igualmente pedir dinero prestado de forma menos responsable. Se trata del deber que tienen con su propia ciudadanía y con la comunidad internacional en la que operamos, lo que, en mi opinión, es totalmente razonable. ¿Qué podemos hacer nosotros desde nuestro modesto lugar? Debemos ser más exigentes con nosotros mismos en nuestras propias operaciones: lo que hacemos y no hacemos cuando la información no está disponible. Se trata en realidad de un mandato para nosotros, para usar la palabra “mandato”.

Pero, siendo más optimista, les diré que vemos un gran interés en la creación de capacidad técnica para la gestión de la deuda, un gran interés en el fortalecimiento de la capacidad para la gestión fiscal; en otras palabras, la movilización de recursos para la reforma interna. Así que, francamente, el caballo quiere beber.

SRA. GELPERN: Seguro que sí.

Por favor.

SR. MALPASS: Y debo agregar para los abogados que el Banco, cuando presta, tiene una cláusula de abstención, lo que significa que no pueden ingresar otros prestamistas con derechos de retención o garantías subsidiarias. Así que, con esta cláusula, está la política de préstamos en condiciones no concesionarias, que no se ha impulsado lo suficiente. En lo que respecta a la cláusula de confidencialidad, el FMI tiene, de acuerdo con el Artículo IV y otras partes de las normas del FMI, la capacidad de realmente presionar y pedir información. Por lo tanto, creo que nosotros como comunidad, y todo el mundo, deberíamos estar de acuerdo a los efectos orientativos y luego avanzar con mucha firmeza en ese sentido. 

SRA. GELPERN: Debo decirte que has contestado dos preguntas que ni siquiera he formulado. Ahora bien, ¿qué se hace con la deuda colateralizada… y la cláusula de abstención es una gran parte de ella? Y otra pregunta nos lleva de vuelta a la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados y la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral y cómo... ¿qué más tenemos en nuestro kit de herramientas para...?

SR. MALPASS: En este sentido, la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados sigue en marcha. Comenzó a finales de los años noventa.

SRA. GEORGIEVA: Sí, Somalia va a… 

SR. MALPASS: Kristalina lo creó, tal vez, y otros en esta sala. Y así, con respecto a Somalia, estamos trabajando para finalizar ese tema, y habrá más.

Creo que el concepto de algunas de estas iniciativas era bueno. Ahora son viejas, pero son eficaces. También podemos construir a partir de esto como proceso, en la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral.

SRA. GELPERN: Por lo tanto, lo único que queda de esta cantidad de preguntas realmente valiosas… bueno, hay muchas más, pero creo que vale la pena cerrar recordando que, por supuesto, los países pobres no son los únicos que tienen una gran deuda. Y el problema es… ustedes mencionaron el problema de la desigualdad, ¿verdad? Hay algunos países que tienen un volumen de la deuda que excede enormemente el tamaño de sus economías, y aun así están bien. El entorno de las tasas de interés los está ayudando y la estructura de vencimientos de sus deudas es tal que no estamos tan preocupados como podríamos estarlo. Pero este conjunto de países en particular no pueden permitirse eso. Por lo tanto, hay un conjunto de vulnerabilidades frente a las cuales lamentablemente no podemos quedarnos de brazos cruzados y relajarnos durante los próximos 10 años, y despreocuparnos.

SR. MALPASS: Este tema me preocupa. La desigualdad tiene el problema adicional de que los recién llegados no consiguen el dinero para empezar un negocio y las mujeres no pueden pedir préstamos en los bancos.

Y mientras pensamos en la política general que se está llevando a cabo, los tres principales bancos centrales (Japón, Estados Unidos y Europa, y el Banco de Inglaterra para el caso) compran deuda a largo plazo utilizando préstamos a corto plazo. Por lo tanto, piden dinero prestado de un día al otro y lo invierten en activos a largo plazo. Esta es una receta específica para generar desigualdad, que es un gran desafío. Significa literalmente que las empresas que están consolidadas y son de gran envergadura obtienen mucho más capital, capital más barato, lo que no es realmente un modelo de crecimiento. 

Lo vemos en Europa, donde las cifras de crecimiento vienen cayendo década tras década, año tras año, a decir verdad, y esta tendencia lleva más de una década. Esto simplemente no es suficiente para ayudar a los países en desarrollo a salir adelante.

SRA. GELPERN: Hablando de cosas que no son suficientes, nos hemos quedado sin tiempo. Quizás en otra oportunidad nos puedan dedicar un día completo de su tiempo. Tenemos muchas preguntas sin respuesta, aunque han abordado muchas inquietudes que ni siquiera se preguntaron.

Muchas gracias. Agradezcamos al presidente y a la directora gerente, y a todos los que han colaborado.

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