En Brasil, (i) el Banco Mundial apoya al Gobierno para mejorar la gestión y la conservación del bosque del Cerrado, el segundo bioma más grande de América del Sur, que sufre una deforestación dos veces más rápida que la de la Amazonía debido al desmonte para las actividades agrícolas y ganaderas. El Cerrado impulsa el crecimiento económico y es clave para la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad, la regulación del agua y el secuestro del carbono. Las inversiones en curso se orientan a abordar los factores de la deforestación clarificando los derechos sobre la tierra, haciendo que la producción agrícola sea más sostenible, ofreciendo seguimiento e información, y fortaleciendo la capacidad para detectar, prevenir y combatir los incendios forestales. Hasta la fecha, se han logrado estos resultados:
- el registro formal de más de 32 000 terrenos que abarcan 700 000 hectáreas;
- la recuperación de 70 000 hectáreas de tierras de pasturas degradadas;
- la capacitación de 2000 personas para gestionar los incendios forestales, y
- asistencia técnica a 1600 agricultores para aplicar prácticas agrícolas con bajas emisiones de carbono.
En China, a través del Proyecto de Forestación Ecológica de la Provincia de Shandong (2010-16), se plantaron árboles en 66 915 hectáreas de laderas montañosas áridas y zonas costeras salinas, con lo que se incrementó la cubierta forestal, se redujo la erosión del suelo y se mejoró el medio ambiente y la biodiversidad. Gracias al proyecto se logró lo siguiente:
- se formularon y demostraron modelos de forestación eficaces y ampliables para zonas ambientalmente degradadas;
- se generaron ingresos adicionales para 26 556 familias de agricultores;
- se redujo la erosión del suelo en un 68 % y se presentó un ejemplo para el secuestro del carbono basado en las actividades forestales, y
- se establecieron 84 000 hectáreas de plantaciones modelo en suelos degradados o salinos fuera de la superficie de acción del proyecto.
En Mozambique, (i) el sector forestal emplea a 22 000 personas y aporta casi el 3 % del PIB. Cada año se pierden aproximadamente 140 000 hectáreas de bosques, y el Banco Mundial ayuda al Gobierno a movilizar recursos para una gestión sostenible del sector forestal mediante una cartera de gestión integrada de los bosques y el paisaje. (PDF, en inglés)
A través de asistencia técnica, inversiones sobre el terreno, financiamiento basado en los resultados y labor analítica, la cartera contribuye a:
- invertir en los medios de subsistencia de miles de propietarios de pequeñas y medianas extensiones de tierra;
- mejorar la sostenibilidad de la producción maderera, agrícola y de carbón vegetal;
- reforzar los derechos sobre la tierra y la planificación del uso de la tierra;
- restaurar tierras degradadas;
- reducir la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero;
- abordar la caza furtiva de especies silvestres, y
- conservar la biodiversidad.
En México, donde cerca del 80 % de los bosques son propiedad de pueblos indígenas y otras comunidades, el Banco Mundial respalda al Gobierno en una serie de proyectos que han mejorado la gestión forestal sostenible y han aumentado los empleos relacionados con los bosques y el valor neto de los bienes y servicios forestales. Desde 2012, esta asistencia se extendió a los 32 estados del país, y permitió beneficiar a otras 1000 comunidades y gestionar de manera sostenible 2 millones de hectáreas de bosques. El Proyecto sobre Bosques y Cambio Climático, de USD 460 millones, se sirve de múltiples fuentes de financiamiento forestal para fortalecer las instituciones comunitarias y los conocimientos de gestión y conservación forestal, al tiempo que se crean fuentes de ingreso sostenibles y alternativas, por ejemplo a través de actividades de reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal, conservación y gestión sostenible de los bosques y aumento de las reservas forestales de carbono.
Mediante un tipo de asistencia similar, la República Democrática Popular Lao (i) mejoró la gestión de 1,3 millones de hectáreas de bosques, lo que benefició a más de 400 000 personas.
En Vietnam, (i) más de 43 000 hogares obtuvieron acceso a microfinanciamiento y asistencia técnica para gestionar más de 76 500 hectáreas de bosques en el marco de un proyecto respaldado por el Banco Mundial entre 2005 y 2015.
Ejemplos de enfoques forestales inteligentes
En la República Democrática del Congo, a través del Proyecto Pro-Ruta (i) se redujeron los posibles impactos negativos en los bosques de la recuperación de un camino gracias a un enfoque de desarrollo forestal inteligente que incluyó la elaboración de mapas sobre el uso actual de los bosques, respaldo a actividades generadoras de ingreso y mejora de la productividad agrícola para reducir la expansión agrícola.
En la República del Congo, un programa para equilibrar el desarrollo minero y la conservación forestal, (i) recientemente finalizado, sirve de apoyo a la planificación del uso de la tierra para generar resultados de desarrollo forestalmente inteligentes.
En Senegal, (i) el Proyecto de Gestión Sostenible y Participativa de la Energía (PROGEDE) contribuyó a combatir el rápido aumento de la demanda de combustibles de uso doméstico y la degradación conexa de los bosques y entornos rurales. Gracias al componente del proyecto relacionado con la gestión sostenible del suministro de dendrocombustibles, se benefició directamente a unas 250 000 personas y se estableció un ingreso incremental sostenible de productos madereros y no madereros de alrededor de USD 12,5 millones al año, equivalente a USD 40 000 en promedio por aldea participante. De ese total, más de USD 3,7 millones (30 %) provinieron de actividades económicas lideradas por mujeres.
En Liberia, el Banco Mundial, a través del Programa sobre los Bosques, (i) ayudó a poner en marcha un sistema de “cadena de custodia” que rastrea la madera desde los bosques hasta el punto de exportación mediante códigos de barra y formularios de datos. Ese sistema sirvió para combatir la tala ilegal y asegurar más de USD 27 millones en ingresos tributarios netos para el Estado entre 2008 y 2012. (i) El Proyecto del Sector Forestal de Liberia se basa en el éxito obtenido anteriormente para continuar reforzando la gestión forestal y las instituciones.
En Belarús, (i) el Banco Mundial proporcionó apoyo para la formulación de políticas y planificación estratégica que sustenten el desarrollo de la capacidad de forestación del país; así se logró aumentar la superficie forestal del 35 % del territorio nacional en 1994 a más del 39 % en 2013. El Banco también respaldó actividades contra la tala ilegal y ventas de productos forestales conexos.
En Kazajstán, el Proyecto de Protección Forestal y Reforestación (i) contribuyó a rehabilitar más de 46 000 hectáreas de bosques degradados por incendios forestales extensos, instalar un nuevo sistema de detección de incendios de última generación y establecer nuevos enfoques de gestión forestal de base comunitaria.
En Moldova, donde la mayoría de las comunidades pobres depende de la agricultura para subsistir, con el Proyecto de Competitividad en el Sector Agrícola (i) se está aumentando el uso de prácticas de gestión sostenible de la tierra, como cortavientos forestales, que reducen la erosión del suelo y ayudan a secuestrar carbono, al tiempo que aumentan las ganancias de los agricultores.