Ayudar a los sistemas de salud de los países a lograr resultados en un nuevo contexto mundial

Abril 09, 2013


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Sistemas de salud para un futuro sano.  Vea el video en inglés.


El Banco Mundial es uno de los organismos más importantes que apoya los programas de salud, nutrición y población en todo el mundo, entregando servicios básicos en estas áreas a más de 68 millones de personas, atención prenatal a 55 millones de mujeres, vacunación a 343 millones de niños y dosis de vitamina A a 124 millones de menores entre 2000 y 2011.


Desafío

Los resultados para frenar y comenzar a revertir la propagación de las principales enfermedades transmisibles -como el VIH/sida y el paludismo-, son prometedores, pero aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). La deficiencia de los sistemas sanitarios está socavando la capacidad de los países de lograr y mantener avances significativos en este ámbito, y las recientes crisis financieras, alimentarias y de combustible han dificultado aún más la consecución de los ODM. Menos del 50% de los países de la AIF están cerca de alcanzar el ODM4 (reducción de la mortalidad infantil) y el ODM5 (mejoramiento de la salud materna). El progreso hacia los resultados en términos de salud y nutrición materna e infantil es particularmente lento porque estos ODM “descuidados” dependen del buen funcionamiento de los sistemas sanitarios y de su capacidad para llegar a los pobres. El mejoramiento de la ejecución de los programas de salud y de la calidad, la eficiencia y el alcance de los servicios es fundamental para que dichos programas logren resultados sostenibles al nivel que se necesita. Los principales retos que enfrentan los países de ingreso mediano son las desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios, la deficiente calidad de la atención en dicha área, los grandes gastos en que incurren las personas para recibirlos y la creciente carga impuesta por las enfermedades no transmisibles. 

Solución

En materia de salud, nutrición y población, el Banco Mundial se focaliza en fortalecer los sistemas sanitarios de los países para mejorar sus resultados, especialmente entre las poblaciones más pobres y vulnerables. También apoya la prevención y el tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles; mejora la salud, la nutrición, la higiene y el saneamiento materno e infantil, y protege a los pobres de los efectos del empobrecimiento generado por los altos e imprevistos gastos en salud. La igualdad y la protección financiera de los pobres son temas centrales en la estrategia (i) del Banco en estas áreas y la institución entrega a los países asesoría en políticas y operaciones. El Banco, además, respalda los esfuerzos de las naciones en desarrollo destinados a alcanzar la cobertura de salud universal  y prestar una atención médica de calidad y accesible para todos, independientemente de la capacidad de pago; de esta manera, se disminuyen los riesgos financieros relacionados con la mala salud y se incrementa la igualdad. El objetivo del Banco es ayudar a los países a construir una sociedad más saludable e igualitaria, y también mejorar el desempeño fiscal y la competitividad de los países, con los objetivos finales de eliminar la pobreza e impulsar la prosperidad compartida.

Un pilar importante de la estrategia de salud, nutrición y población es el uso cada vez mayor del financiamiento basado en los resultados (i) que incluye incentivos financieros para recompensar el logro de uno o más resultados verificados en materia sanitaria. Este tipo de financiamiento es bastante prometedor en cuanto al incremento de la utilización de los servicios sanitarios, la mejora de la calidad de los mismos y el aumento de la eficiencia y la igualdad. En otras palabras, concentra la atención en los resultados más que en los insumos, de manera que relaciona más estrechamente los presupuestos y el financiamiento con los resultados.

Dada la interdependencia de los resultados sanitarios y de otros sectores clave, uno de los objetivos más importantes de la mencionada estrategia es  fomentar los enfoques que abarquen todos los sectores económicos relevantes. Sobre la base de la ventaja comparativa del Banco Mundial en el financiamiento del desarrollo, la institución ha apoyado varios mecanismos innovadores como: las conversiones de préstamos en donaciones de la AIF (para la poliomielitis), los compromisos anticipados de mercado (para crear incentivos de mercado para la rápida producción, distribución e incorporación de vacunas prioritarias a precios bajos) y el Fondo para Medicamentos Asequibles contra el Paludismo (de modo de acelerar la introducción mundial de la artemisinina). Otro componente esencial de la estrategia de salud, nutrición y población es mejorar el seguimiento y la evaluación. El Banco está trabajando con asociados para desarrollar mejores maneras de seguir los ODM en materia de salud, y la AIF está alentando cada vez más a los países a llevar a cabo evaluaciones de impacto rigurosas de las innovaciones y  programas en esta área, además de desarrollar sistemas efectivos de supervisión y evaluación.


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Resultados

Las operaciones de la AIF y el BIRF están diseñadas e implementadas con especial atención en alcanzar los ODM relativos a la salud. Los compromisos de la AIF durante la última década han permitido:

  • Dar acceso  a servicios de salud a más de 65 millones de personas;
  • Brindar atención prenatal a 188 millones de mujeres;
  • Vacunar a 496 millones de niños;
  • Comprar y/o distribuir cerca de 33 millones de mosquiteros para prevenir el paludismo. En un estudio sobre el uso de mosquiteros para camas en la región occidental de Kenya se indicó que las muertes de niños disminuyeron un 25%;
  • Comprar y/o distribuir más de 35 millones de mosquiteros para prevenir el paludismo.
  • Construir, renovar y/o equipar 23.000 establecimientos de atención de salud para mejorar el acceso a los servicios correspondientes, y
  • Capacitar a 1,8 millones de trabajadores del sector para aumentar la calidad de la prestación de los servicios.

Algunos de los resultados en los países son:

  • En Brasil (2004-09, BIRF), el Banco brindó apoyo para fortalecer el sistema de control sanitario, y amplió el acceso y mejoró la eficiencia de los servicios de salud, saneamiento y suministro de agua, especialmente para los grupos vulnerables, entre los que se encuentran los pueblos indígenas. Como resultado, en 2010 el 74% de la población autóctona estaba totalmente vacunada, y las muertes relacionadas con el paludismo disminuyeron un 60% entre 2003 y 2007.
  • En Senegal (2002-presente, AIF), el Banco apoya un programa sanitario multisectorial innovador que opera a nivel comunitario en colaboración con los gobiernos locales, las autoridades de salud de los distritos y las organizaciones de la sociedad civil. Este proyecto contribuyó a disminuir el promedio de niños con retraso del crecimiento del 26% en 2005 al 20% en 2011.
  • En Nepal (2004-2010, AIF), el Banco respaldó el programa sanitario nacional para ampliar el acceso a los servicios esenciales e incrementar su uso, especialmente en las zonas desfavorecidas.  Como resultado, la tasa de prevalencia de los anticonceptivos (todos los métodos) subió del 35% en 2001 al 51,7% (40,6% para el quintil más bajo) en 2010 con una disminución simultánea de la tasa total de fertilidad, que bajó de 4,1 a 2,9 nacimientos por mujer. La atención profesional en los nacimientos subió del 8% al 35% y el porcentaje de niños vacunados contra el sarampión/DPT3 del quintil más bajo se elevó del 62% en 2001 al 83% al término del programa.
  • En Armenia (2004-2010, AIF), el Banco contribuyó a la implementación del programa de reforma sanitaria del Gobierno mediante la ampliación del acceso a la atención médica primaria de calidad, lo que llevó a un enorme incremento de la población atendida (del 17% en 2004 al 85% en 2010) a través de prácticas de la medicina familiar profesional. La satisfacción total respecto de la calidad de los servicios sanitarios primarios, y el acceso a estos, subió del 87,6% al 95%.

Contribución del Grupo del Banco Mundial

En el ejercicio de 2012, el Banco movilizó más de US$2.000 millones en inversiones en salud, nutrición y población. Durante los ejercicios de 2006-2012, los compromisos de la AIF en estas áreas llegaron a US$7.200 millones. El fortalecimiento de los sistemas sanitarios representó más del 30% de la contribución de la AIF y el 65% del BIRF. Al mismo tiempo, una proporción significativa del financiamiento de la AIF se destinó a temas clave de los ODM, como salud infantil (18%), tuberculosis y paludismo (12%),  población y  salud reproductiva (11%),  VIH/sida (10%) y  nutrición (6%).  Mediante préstamos del BIRF, se han invertido US$10.000 millones en salud en el mismo periodo y otros temas significativos que incluyen  lesiones y  enfermedades no transmisibles,  salud infantil, y  seguridad del agua potable e higiene. El enfoque multisectorial del Banco hacia los resultados en materia sanitaria ha cobrado impulso: cerca de un tercio de los préstamos destinados a la salud provienen de operaciones relativas a protección social, reducción de la pobreza, políticas económicas y gestión de gobierno del sector público.

 

Asociados

El Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) coordinan la Alianza Internacional en pro de la Salud (i) (IHP+, por sus siglas en inglés) para obtener mejores resultados mediante la implementación de los principios de la eficacia de la ayuda en esta área (Declaración de París). La IHP+ continúa cobrando impulso y ahora cuenta con 31 países entre sus asociados.  Un objetivo clave de la iniciativa es posibilitar el apoyo armonizado y alineado detrás de una estrategia sanitaria nacional, mediante acuerdos, evaluaciones conjuntas, convenios fiduciarios conjuntos, plataformas comunes de control, mecanismos mutuos de rendición de cuentas, y la participación de todas las partes interesadas, incluida la sociedad civil.

El Banco es miembro de la asociación informal de los ocho organismos relacionados con la salud, que se formó en julio de 2007, y que se reúne dos veces al año para abordar los retos en términos de ampliación de los servicios sanitarios, en particular en los países de ingreso bajo. La institución participa en varias otras asociaciones, entre ellas la Alianza GAVI; el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo; la Alianza Hacer Retroceder el Paludismo, y la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño.

El Banco Mundial se ha aliado con más de 100 organismos asociados y organizaciones para respaldar el documento "Intensificación de las actividades para mejorar la nutrición: Marco para la acción", que establece los principios y las prioridades contra la desnutrición y ayudar a los países a alcanzar los ODM antes de fines de 2015.

Los esfuerzos del Banco para apoyar el financiamiento basado en resultados se han fortalecido mediante el Fondo Fiduciario para la Innovación en Resultados del Sector de la Salud de múltiples donantes. Las contribuciones a este fondo por parte de Noruega y el Reino Unido ascienden a US$550 millones, que se usarán hasta 2022. Para continuar mejorando el seguimiento y la evaluación, los préstamos se focalizan mucho más en crear incentivos para resultados clave -con objetivos claros y mensurables-,  la prestación de servicios y el logro de resultados sanitarios significativos.

Próximos pasos

El Banco continúa focalizándose en préstamos para la salud que se basan más en los resultados, y está utilizando los recursos del Fondo Fiduciario para la Innovación en Resultados del Sector de la Salud para movilizar financiamiento adicional de la AIF y el BIRF. Además, seguirá invirtiendo en el fortalecimiento de los sistemas sanitarios como medio para alcanzar los objetivos específicos de cada enfermedad y los ODM. Particularmente en África, con dos “centros” de reforzamiento de los sistemas de salud, el Banco Mundial se encuentra bien posicionado para proporcionar asistencia técnica a los países en el área del financiamiento basado en resultados, productos farmacéuticos, financiamiento de la atención sanitaria —incluido el seguro comunitario—, y el desarrollo de acuerdos de la IHP+.

El Plan de Acción para la Salud Reproductiva (i) 2010-15 del Banco se concentra en el fortalecimiento de los sistemas sanitarios para obtener mejores resultados en este ámbito, especialmente entre los pobres y los jóvenes, en países con altas tasas de mortalidad materna y  fertilidad. También trabaja con asociados para desarrollar maneras más eficaces de seguir los ODM de salud, entre ellas la estimación de tendencias de mortalidad infantil y materna. Las regiones están identificando explícitamente oportunidades para abordar prioridades de salud, nutrición y población en operaciones externas al sector y establecer vínculos con actores no estatales, a fin de posicionar al Banco como un asociado en materia de conocimientos (por ejemplo, en Asia meridional). El Banco también se está ocupando de actividades de asesoría y análisis pragmático que abarcan varios años (en América Latina y el Caribe), asistencia técnica no crediticia, notas y diálogos sobre políticas, y aprendizaje entre países para mantener una participación, incluso cuando no exista financiamiento.

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74%
de la población indígena en Brasil fue completamente vacunada ante de fines de 2010.



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