Desafío
Los resultados para frenar y comenzar a revertir la propagación de las principales enfermedades transmisibles -como el VIH/sida y el paludismo-, son prometedores, pero aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). La deficiencia de los sistemas sanitarios está socavando la capacidad de los países de lograr y mantener avances significativos en este ámbito, y las recientes crisis financieras, alimentarias y de combustible han dificultado aún más la consecución de los ODM. Menos del 50% de los países de la AIF están cerca de alcanzar el ODM4 (reducción de la mortalidad infantil) y el ODM5 (mejoramiento de la salud materna). El progreso hacia los resultados en términos de salud y nutrición materna e infantil es particularmente lento porque estos ODM “descuidados” dependen del buen funcionamiento de los sistemas sanitarios y de su capacidad para llegar a los pobres. El mejoramiento de la ejecución de los programas de salud y de la calidad, la eficiencia y el alcance de los servicios es fundamental para que dichos programas logren resultados sostenibles al nivel que se necesita. Los principales retos que enfrentan los países de ingreso mediano son las desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios, la deficiente calidad de la atención en dicha área, los grandes gastos en que incurren las personas para recibirlos y la creciente carga impuesta por las enfermedades no transmisibles.
Solución
En materia de salud, nutrición y población, el Banco Mundial se focaliza en fortalecer los sistemas sanitarios de los países para mejorar sus resultados, especialmente entre las poblaciones más pobres y vulnerables. También apoya la prevención y el tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles; mejora la salud, la nutrición, la higiene y el saneamiento materno e infantil, y protege a los pobres de los efectos del empobrecimiento generado por los altos e imprevistos gastos en salud. La igualdad y la protección financiera de los pobres son temas centrales en la estrategia (i) del Banco en estas áreas y la institución entrega a los países asesoría en políticas y operaciones. El Banco, además, respalda los esfuerzos de las naciones en desarrollo destinados a alcanzar la cobertura de salud universal y prestar una atención médica de calidad y accesible para todos, independientemente de la capacidad de pago; de esta manera, se disminuyen los riesgos financieros relacionados con la mala salud y se incrementa la igualdad. El objetivo del Banco es ayudar a los países a construir una sociedad más saludable e igualitaria, y también mejorar el desempeño fiscal y la competitividad de los países, con los objetivos finales de eliminar la pobreza e impulsar la prosperidad compartida.
Un pilar importante de la estrategia de salud, nutrición y población es el uso cada vez mayor del financiamiento basado en los resultados (i) que incluye incentivos financieros para recompensar el logro de uno o más resultados verificados en materia sanitaria. Este tipo de financiamiento es bastante prometedor en cuanto al incremento de la utilización de los servicios sanitarios, la mejora de la calidad de los mismos y el aumento de la eficiencia y la igualdad. En otras palabras, concentra la atención en los resultados más que en los insumos, de manera que relaciona más estrechamente los presupuestos y el financiamiento con los resultados.
Dada la interdependencia de los resultados sanitarios y de otros sectores clave, uno de los objetivos más importantes de la mencionada estrategia es fomentar los enfoques que abarquen todos los sectores económicos relevantes. Sobre la base de la ventaja comparativa del Banco Mundial en el financiamiento del desarrollo, la institución ha apoyado varios mecanismos innovadores como: las conversiones de préstamos en donaciones de la AIF (para la poliomielitis), los compromisos anticipados de mercado (para crear incentivos de mercado para la rápida producción, distribución e incorporación de vacunas prioritarias a precios bajos) y el Fondo para Medicamentos Asequibles contra el Paludismo (de modo de acelerar la introducción mundial de la artemisinina). Otro componente esencial de la estrategia de salud, nutrición y población es mejorar el seguimiento y la evaluación. El Banco está trabajando con asociados para desarrollar mejores maneras de seguir los ODM en materia de salud, y la AIF está alentando cada vez más a los países a llevar a cabo evaluaciones de impacto rigurosas de las innovaciones y programas en esta área, además de desarrollar sistemas efectivos de supervisión y evaluación.