Resultados
Esta iniciativa permitió aumentar la cobertura de internet de alta velocidad en todo el Caribe del 30 % en 2012 a más del 75 % en 2024 y conectar a más de 70 000 personas (hasta 2021), y los números siguen creciendo. Solo en Santa Lucía, la conectividad supera el 78 %, y los costos de los datos disminuyen de USD 3,50 a USD 2,23 al mes.
En el marco de estos esfuerzos, más de 11 000 personas obtuvieron certificaciones en TI/ITES, y la tasa de empleo de aquellos con calificaciones técnicas llegó al 65 %. Algunos graduados recibieron aumentos salariales de alrededor del 19 %, lo que en conjunto contribuyó a crear casi 5000 nuevos puestos de trabajo en el sector de las TIC.
En toda la región se están llevando a cabo mejoras en las aulas inteligentes y programas de capacitación. Por ejemplo, Santa Lucía tiene ahora 20 aulas digitales para 4500 estudiantes y ha brindado apoyo a 35 maestros capacitados, y ofrece ramas de formación profesional con certificados digitales reconocidos a nivel mundial a estudiantes de entre 11 y 17 años.
Más de 250 empresas recibieron apoyo en materia de consultoría o equipos, mientras que nueve centros de innovación implementaron 63 soluciones basadas en TIC, que abarcan desde aplicaciones informáticas hasta diseños de prototipos, con lo que se promueve la iniciativa empresarial. En Nicaragua, asociados públicos y privados movilizaron USD 45 millones para estos esfuerzos, y se complementaron con otras inversiones que impulsaron las exportaciones de TIC del 11,2 % al 21,8 % del total de las exportaciones.
En toda la región, las mujeres constituyen hasta el 54 % de los nuevos usuarios de banda ancha, lo que amplía las posibilidades económicas de los grupos desatendidos. La mejora de la conectividad, la capacitación especializada y las oportunidades de trayectorias vocacionales fomentan una base de talentos más diversa y una mayor inclusión social.
El desafío
La región del Caribe enfrenta un creciente problema en materia de empleo juvenil, ya que la infraestructura obsoleta y las escasas habilidades digitales continúan limitando las oportunidades económicas y la resiliencia. Durante gran parte de la última década, la dependencia con respecto a las redes de cobre tradicionales se tradujo en precios elevados, escaso ancho de banda y brechas generalizadas en la cobertura. Las escuelas carecían de capacidad de internet para atender las necesidades de una gran población estudiantil, y las bajas velocidades del servicio de internet mermaban la competitividad de sectores clave como el turismo. Además, en los sistemas educativos rara vez se hacía hincapié en las competencias digitales como un resultado fundamental. Al mismo tiempo, los sectores emergentes de la tecnología de la información (TI) y los servicios asociados a esta (ITES) se enfrentaban a una infraestructura de banda ancha poco desarrollada y a una escasez de talento preparado para el empleo, lo que limitaba la capacidad de la región para atraer inversiones. Las mujeres y los jóvenes se vieron particularmente afectados, con menos vías accesibles para desarrollar habilidades digitales o iniciar empresas impulsadas por la tecnología. La pandemia de COVID-19 reforzó la necesidad de una conectividad confiable y de capacitación en TIC relevantes para el mercado que respalde el aprendizaje remoto, el empleo y los emprendimientos, especialmente en los grupos marginados.
Enfoque del Grupo Banco Mundial
En todo el Caribe, los Gobiernos reconocieron que la infraestructura digital confiable y las habilidades pertinentes en TIC eran cruciales para crear puestos de trabajo e impulsar el crecimiento inclusivo. Con el apoyo del Grupo Banco Mundial, a través del Programa de Infraestructura Regional de Comunicaciones en el Caribe (i) (CARCIP), aplicaron un modelo de adquisición conjunta para redes de banda ancha, aprovechando las asociaciones público-privadas (APP) con el fin de reducir los costos y garantizar un servicio confiable y de alta calidad. Esta inversión en infraestructura resiliente, especialmente en las islas propensas a desastres, garantiza que las personas tengan acceso confiable y a largo plazo a los servicios digitales. En conjunto, invirtieron en programas de capacitación y certificación de TI/ITES reconocidos internacionalmente para dotar a los jóvenes y emprendedores de habilidades prácticas alineadas con las necesidades de la industria. El apoyo a las incubadoras de empresas, las donaciones financieras por única vez y los centros de innovación promovieron aún más la actividad empresarial y las soluciones tecnológicas locales. Para desarrollar el capital humano y garantizar que las poblaciones de la región cuenten con las habilidades digitales necesarias para prosperar, el Proyecto de Transformación Digital del Caribe (i) (CARDTP) ha proporcionado herramientas digitales interactivas a los estudiantes y las escuelas, ha proporcionado capacitación avanzada a los docentes y ha creado campamentos digitales para los jóvenes.