ARTÍCULO

Transferencias monetarias condicionadas: pagar a la gente para que invierta en los niños

Febrero 12, 2009


TITULARES
  • Los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC) representan un ejemplo de cómo usar los recursos de manera eficaz.
  • Al otorgarles efectivo a las mujeres, las TMC pueden transformar los modelos de consumo doméstico para el beneficio de los niños.
  • Si bien las TMC aumentan la asistencia a las escuelas y el uso de los servicios de salud, deberían complementarse con mejores servicios públicos.

12 de febrero de 2009— En una pequeña aldea en Filipinas, Marciel Tuayon exhibe orgullosamente el nuevo bolso escolar de sus hijos a los visitantes del Banco Mundial. Con el dinero que recibe del programa gubernamental de transferencia monetaria, puede por primera vez mandar a sus cinco pequeños hijos a la escuela.

"Estoy agradecida por el dinero", dijo la madre de 34 años, que estaba feliz de aceptar una serie de condiciones, incluida la escolaridad regular para sus hijos, a fin de recibir el dinero. "Ahora puedo comprar útiles escolares".

María Elena Saga, directora de la cercana escuela primaria Esperanza, a donde Marciel envía a sus niños, notó el cambio que trajo a la aldea el programa de ayuda. "Antes había un porcentaje muy alto de abandono por el trabajo infantil y porque los niños debían cuidar a otros niños", dijo. "Ahora aumentó mucho la asistencia".

El nuevo informe titulado "Conditional Cash Transfers: Reducing Present and Future Poverty" (Transferencias monetarias condicionadas: reduciendo la pobreza actual y futura) considera y evalúa los programas que dan dinero a familias pobres para que mantengan a sus hijos en la escuela o los lleven a los centros de salud, y señala que son eficaces para ayudar a reducir la pobreza e invertir en los adultos del futuro.

"Estamos aumentando el apoyo a programas de transferencia monetaria condicionada, porque se destacan como un ejemplo de cómo usar los recursos con eficacia, especialmente durante este período de crisis múltiples y ayuda externa incierta", dijo Justin Lin i, economista superior del Banco Mundial.

¿Efectivo o tortillas?

Al proporcionar efectivo en forma continua, los programas de Transferencias monetarias condicionadas (TMC) protegen a las familias pobres de los peores efectos del desempleo, de las enfermedades de alta complejidad y otros impactos sobre los ingresos domésticos. Hay menos riesgo de que los niños pasen hambre o tengan que abandonar la escuela, al tiempo que se construye capital humano para el futuro.

"Podríamos también haber transferido ingresos a los pobres subsidiando las tortillas, pero eso sólo promovería el consumo de tortillas", dijo Santiago Levy, vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo y principal arquitecto del Progresa/Oportunidades de México, un programa de TMC pionero en América Latina. "Si se va a transferir dinero, hay que hacerlo de manera inteligente, de modo que algún día la pobreza se haya reducido de tal manera que ya no sea necesario hacerlo".

Las TMC pueden ser, por cierto, una parte eficaz de las estrategias de protección social del siglo XXI, ya que los gobiernos procuran reemplazar las transferencias de ingresos menos efectivas tales como subsidios mal dirigidos que distorsionen el mercado.

La explosión de las TMC

En 1997, tres países en vías de desarrollo tenían programas de TMC: Bangladesh, Brasil, y México. En la década siguiente, estos programas se extendieron por el mundo para cubrir más de dos docenas de países en 2008. Hay ahora programas de TMC en cada continente, tanto en países ricos como pobres, desde Oportunidades de México hasta Opportunity NYC en la ciudad de Nueva York.

Las TMC crecieron también fuertemente dentro de los países. El Progresa de México comenzó en 1997 con 300.000 hogares; su sucesor, Oportunidades, alcanza ahora a 5 millones de hogares.

"Parte del motivo por el que estos programas se están popularizando es el apoyo de instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo", dijo Tina Rosenberg, la escritora ganadora del premio Pulitzer para el New York Times, durante un debate en el Banco Mundial. "Pero también hubo un cambio ideológico en el modo de pensar de la gente acerca del bienestar social".

Rosenberg, quien escribió exhaustivamente sobre América Latina, comentó también que las TMC se hacen bien de un modo relativamente sencillo, y que lo básico de estos programas es mucho más fácil de exportar a países de bajas capacidades que cualquier otro programa social.

Romper el ciclo de la pobreza

"La oportunidad que ofrecen las TMC para romper el ciclo de la pobreza de padres a hijos es muy motivadora", dijo Norbert Schady, coautor del informe y economista senior del Banco Mundial. “Hay evidencia sólida de que las TMC estimulan el consumo y reducen la pobreza”.

Tal como sería de esperar, el efecto sobre la reducción de la pobreza es mayor cuando la magnitud de la transferencia de efectivo es generosa. En México, la brecha de pobreza, o sea el déficit respecto de la línea de pobreza, entre los beneficiarios de TMC en zonas rurales se redujo en un 19%.

Los modelos de consumo doméstico cambiaron en los hogares de los beneficiarios de TMC, debido en parte a que las transferencias de efectivo se realizan a mujeres. La evidencia muestra que las mujeres gastan más que los varones en alimentos, nutrición de alta calidad y otras cosas que benefician a los niños.

Las TMC fueron muy exitosas contra la pobreza debido a que están dirigidas en gran parte a los hogares pobres. No llevaron a los adultos a reducir su rendimiento laboral en respuesta al continuo suplemento de ingresos, como temían algunos.

"La vieja creencia era que si se les daba efectivo a los pobres, lo gastarían en alcohol", dijo Levy. "Pero si se trata a las personas de hogares pobres como adultos, ellos se comportan como adultos. Y yo creo que ésas son buenas noticias".

Más niños en las escuelas

Las TMC aumentaron claramente el uso de los servicios educativos en un país tras otro. En Pakistán, por ejemplo, el programa de TMC elevó la inscripción escolar de niñas de 10 a 14 años en 11 puntos porcentuales. Y en México, el programa Oportunidades redujo las tasas de abandono en sexto y séptimo grado en nueve puntos porcentuales.

"Me encontré con niños de las familias más pobres de México, que terminaron la escuela secundaria y aspiran a ir a la universidad", dijo Axel van Trotsenberg, director del Banco Mundial para Colombia y México. "Eso no se veía hace 20 años, pero ahora es una posibilidad real".

En América Latina, las TMC aumentaron también el uso de servicios preventivos de la salud. En Honduras, el programa de TMC elevó la proporción de niños que realizaron por lo menos una visita preventiva de la salud en 20 puntos porcentuales.

¿Son acaso las TMC la solución universal?

El nuevo informe del Banco Mundial sobre TMC advierte que no son una solución para todas las enfermedades. De hecho, estos programas necesitan muchos servicios complementarios y apoyo.

"El uso de servicios no se traduce automáticamente en mejores resultados", dijo Ariel Fiszbein, coautor del informe y economista superior del Banco Mundial en desarrollo humano. "Descubrimos que cuando los niños acuden más a la escuela no necesariamente aprenden más".

Para reducir verdaderamente la mortalidad infantil o mejorar el aprendizaje, las TMC deberán complementarse con educación y servicios de salud de mejor calidad y centrarse fuertemente en brindar a los niños una ventaja, ya sea a través de una mejor nutrición o de programas preescolares.

Fiszbein señaló que las TMC deben integrarse con medidas que mejoren la cobertura y calidad de los servicios públicos. Él ve esto como "la otra cara de la moneda de las TMC", donde los proveedores de servicios como las enfermeras y maestros reciben un incentivo para mejorar su desenvolvimiento.

Cabe destacar que las TMC no son el único medio de protección social. Su propósito es apoyar a los hogares pobres con niños, y deberían suplementarse con otros programas de transferencia tales como pensiones sociales o seguros de desempleo, para alcanzar a todos los grupos vulnerables.

El enfoque en los resultados

Una de las características importantes de las TMC es que muchas avanzaron observando los componentes que permiten una evaluación objetiva de sus resultados. Por ejemplo, el programa colombiano Familias en Acción observa sistemáticamente el impacto del programa sobre sus beneficiarios.

"Apoyamos financieramente con fuerza el programa colombiano, con un gran préstamo aprobado en diciembre de 2008”, dijo Trotsenberg, “Pero, sobre todo, estamos involucrados en el diseño del programa, en su control y evaluación. Esto ayuda a que el programa funcione mejor".

"Los programas de TMC ayudaron a modernizar la administración del sector social, dado que requieren la coordinación de muchas agencias", concluyó Fiszbein. "Su cuidadosa observación y evaluación son invalorables para extraer resultados objetivos y ayudar a diseñar mejores programas para el futuro".


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