ARTÍCULO

Informe económico sobre Rusia n.o 18: Reorientar las políticas hacia los hogares

Marzo 30, 2009


TITULARES
  • Las perspectivas mundiales siguen siendo extremadamente inciertas: este año disminuirán la producción y el comercio mundiales.
  • Como consecuencia, es probable que en 2009 el PIB real de Rusia se contraiga un 4,5%, lo que demuestra una notable desaceleración del crecimiento, que en 2008 fue del 5,6%.
  • El desempleo podría alcanzar el 12% para fin de año y la crisis amenaza con echar por tierra algunos de los importantes logros obtenidos en materia de reducción de la pobreza durante los últimos años.

La Oficina del Banco Mundial en Moscú ha dado a conocer el Informe Económico sobre Rusia n.o 18 en el evento para la prensa que se llevó a cabo el lunes 30 de marzo de 2009 en Moscú.

La reunión estuvo presidida por Klaus Rohland, director a cargo de las operaciones del Banco en Rusia. Zeljko Bogetic, economista principal, coordinador sectorial del país de la Red sobre Reducción de la Pobreza y Gestión Económica (PREM, por sus siglas en inglés) para Rusia, jefe de equipo y autor principal, presentó el informe y estuvo acompañado por el equipo básico de economistas, Karlis Smits, Sergey Ulatov, Marco Hernández y Olga Emelyanova. Marina Vasilieva, oficial superior de comunicaciones, tuvo a su cargo la preparación del encuentro y las actividades de comunicación, así como la estrategia de difusión posterior. El evento contó con una nutrida asistencia de representantes de los medios y las agencias de noticias más importantes de Rusia y el mundo.

"Tradicionalmente, el Banco Mundial ha sido un poderoso asociado de Rusia aunque, con respecto a la asistencia financiera que proporcionábamos en la década de 1990, nuestra relación ha cambiado y hoy está más orientada al conocimiento y la asesoría, asesoría que se ajusta mejor a las necesidades actuales de los grandes países en desarrollo de ingreso mediano, como Rusia", declaró Klaus Rohland, director a cargo de las operaciones del Banco Mundial en Rusia. "Los informes económicos sobre Rusia constituyen la base de nuestra labor analítica habitual sobre el seguimiento del desempeño económico de Rusia y el análisis de políticas. Esperamos que el informe, al centrarse en los hechos y en un análisis de políticas bien documentado, pueda hacer una modesta contribución al debate sobre políticas con conocimiento de causa y, en última instancia, ayude a mejorar las opciones de política en la Federación de Rusia".

Al presentar el informe, el Sr. Rohland observó: "Este informe fue escrito en una época de excepcional turbulencia para la economía mundial. Se refiere a los tiempos difíciles que se avecinan, pero también a la luz al final del túnel, el papel que ha cumplido hasta el momento la prudencia en la política fiscal y las futuras opciones de políticas de respuesta para amortiguar el impacto de la crisis en el población rusa".

"La crisis tiene un alcance verdaderamente mundial; ningún país está exento y Rusia no es la excepción —señaló Zeljko Bogetic, economista principal del Banco Mundial para Rusia y autor principal del informe—; sin embargo, a pesar de estas difíciles condiciones económicas y sociales, la prudencia que se observa en la política fiscal de Rusia y las grandes reservas fiscales hacen que el país esté mejor preparado para afrontar el impacto de la crisis que en el pasado. En materia de política fiscal, Rusia, cuyo crecimiento se ha visto gravemente afectado pero que cuenta con una sólida posición fiscal y grandes reservas, ha dado una respuesta más contundente que la de muchos países del G-20 y que el 2% del PIB recomendado internacionalmente". Al comentar sobre futuras opciones de políticas de respuesta durante la crisis, el Sr. Bogetic observó: "El problema es que, ante al acuciante impacto social de la crisis —el rápido aumento del desempleo y la pobreza—, actualmente es necesario prestar más atención a las medidas de protección social a corto plazo para morigerar los efectos de la crisis entre los pobres y la población vulnerable de Rusia. Además, si se hacen inversiones destinadas a eliminar las deficiencias de infraestructura más importantes y en el sector de la pequeña y mediana empresa, se contribuirá a la recuperación económica y la diversificación a largo plazo".

Aspectos destacados

  • En el informe se subraya que el mundo ha entrado en la primera recesión mundial desde la Segunda Guerra Mundial: actualmente están disminuyendo simultáneamente la producción y el comercio mundiales, y se registran grandes caídas de la producción y las manufacturas industriales. El impacto de la crisis a nivel mundial ha demostrado tener una gravedad y un alcance mucho mayores de lo que se pensó en un principio. Las perspectivas mundiales continúan siendo extremadamente inciertas: durante este año, probablemente disminuirán la producción y el comercio mundiales, y los flujos de capital destinados a los países en desarrollo serán muy limitados. Durante 2009-10, según las previsiones, los precios mundiales del petróleo seguirán ubicándose entre los US$40 y US$50. La producción mundial podría recuperarse en 2010, pero es probable que el ritmo de recuperación sea gradual y prolongado. La consecuencia de que la crisis mundial sea mucho más grave de lo previsto es que la triple conmoción que afectó a Rusia —el colapso del precio del petróleo, la salida de capitales y el marcado deterioro de las condiciones de financiamiento externo— ha sido mucho más profunda de lo que se esperaba hace apenas unos meses.
  • Como consecuencia, las perspectivas de Rusia para 2009 indican que el PIB real del país probablemente se contraiga un 4,5%, lo que demuestra una notable desaceleración del crecimiento, que en 2008 fue del 5,6%. Así, el superávit fiscal del año pasado se convertirá en un déficit de grandes proporciones. Mientras que en septiembre de 2008 se registró una situación de pleno empleo, para fines de 2009 tasa de desempleo podría llegar al 12%. Por otra parte, la crisis amenaza con echar por tierra algunos de los grandes logros obtenidos en materia de reducción de la pobreza durante los últimos años. Sin apoyo adicional específico, hasta 2,75 millones de rusos podrían verse arrojados a la pobreza como consecuencia de la crisis. El impacto que ésta ha tenido en Rusia se ha visto incrementado por las vulnerabilidades estructurales del país: la dependencia del sector de petróleo y gas, y una base industrial y un sector de la pequeña y mediana empresa poco limitados.
  • Hasta el momento, las políticas fiscales de respuesta a la crisis, que reflejan el impacto inicial de esta última, han estado orientadas a respaldar al sector financiero y empresarial, y han brindado un apoyo limitado a los hogares. Sin embargo, dada la magnitud del impacto social que hoy se observa, las políticas fiscales deberían tener como objetivo principal el de amortiguar el impacto entre los pobres y la población vulnerables. Las estimaciones preliminares sugieren que el refuerzo moderado y temporario de los tres programas de protección social (que equivalen a alrededor del 1% del PIB) centrados en las asignaciones por hijos, las prestaciones por desempleo y las jubilaciones de la población de bajos ingresos —cuyos destinatarios son algunos de los grupos más vulnerables que corren riesgo de caer en la pobreza— podría brindar un alivio considerable a los pobres y ayudar a reducir las tensiones sociales, sobre todo en las regiones más afectadas.
  • Además, si se abordaran las deficiencias de infraestructura más importantes y se respaldara a la pequeña y mediana empresa —brindando apoyo adicional moderado incluso durante la crisis—, se contribuiría a la recuperación económica, lo que produciría un impacto positivo en el crecimiento y la diversificación a mediano plazo.
  • A largo plazo, continúa siendo imprescindible acelerar las reformas estructurales orientadas al crecimiento generalizado para restablecer el crecimiento de los niveles de empleo y los ingresos de la clase media y reducir la pobreza en general. Sin embargo, es importante mejorar la eficacia de las políticas sociales y regionales para llegar a las personas crónicamente pobres y reducir la vulnerabilidad a la pobreza.

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