ARTÍCULO

Día Mundial de lucha contra la Desertificación

Junio 16, 2009


TITULARES
  • En África al sur del Sahara, la degradación del suelo pone en riesgo la seguridad humana.
  • La desertificación es “la degradación del suelo en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas”.
  • Es necesaria una mejora sustancial de las prácticas de gestión de tierras a fin de reducir el riesgo de degradación.

16 de junio de 2009— Un 85% de los africanos al sur del Sahara viven en zonas rurales y dependen enteramente de la tierra para su subsistencia. La mayor parte está constituida por comunidades de pequeños agricultores que dependen de las precipitaciones.

La degradación del suelo y la desertificación (un tipo de degradación específica que es común en África), ponen en riesgo la seguridad humana al reducir la productividad y la resistencia de las tierras de cultivo, de las praderas y de las zonas boscosas, y al reducir la vida útil de infraestructuras tales como embalses y canales. La degradación del suelo altera también la disponibilidad de alimentos, de forraje y de madera para combustible, y compromete las funciones críticas para el sustento de la vida, como la filtración de agua, el control de inundaciones, la resistencia a las sequías y el almacenamiento de carbono en la tierra y en la vegetación. En el peor de los casos, la degradación del suelo tiene también el potencial de desatar conflictos relacionados con los recursos naturales. Cuando estos factores son considerados en conjunto, puede observarse que la degradación del suelo retrasa el crecimiento económico de manera innecesaria.

La desertificación es “la degradación del suelo en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas ocasionada por distintos factores, como las variaciones climáticas y las actividades humanas”, según las Naciones Unidas. El Día Mundial de lucha contra la Desertificación, reconocido el 17 de junio, subraya las oportunidades de cooperación internacional destinada a combatir las amenazas de este fenómeno.

Es necesaria una mejora sustancial de las prácticas de gestión de suelos de África al sur del Sahara, a fin de asegurar el logro de los objetivos de producción y conservación, como el aumento de la productividad ganadera y agrícola, el acceso más seguro a la energía de uso doméstico y a los recursos hídricos, el mantenimiento de la biodiversidad y la disminución del riesgo que representa el aumento de la variabilidad del clima. En general, se necesitan medidas a nivel local, nacional y regional destinadas a aumentar la capacidad del sector público para evaluar, diseñar y poner en práctica políticas e inversiones adecuadas.

Mientras el mundo reconoce el Día Mundial de lucha contra la Desertificación de este año, el Grupo del Banco Mundial se ocupa de reducir los riesgos de degradación del suelo que amenazan el desarrollo sostenible en África al sur del Sahara. El trabajo del Banco se centra en aumentar el respaldo otorgado a las prácticas sostenibles de gestión de agua y suelos, sumado a actividades regionales estratégicas para aumentar la gestión sostenible del suelo, en particular en el contexto de la Plataforma TerrAfrica.

En África al sur del Sahara, la Plataforma movilizó US$150 millones en fondos que, según se espera, sumarán US$1.000 millones más para alcanzar el objetivo. Tanto TerrAfrica como la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD, siglas en inglés), trabajan con los gobiernos africanos para desarrollar y sostener los marcos de inversión estratégica nacional (Country Strategic Investment Frameworks o CSIFs, siglas en inglés), cuyo propósito es integrar estrategias y programas para la promoción de la gestión sostenible del suelo poniendo la atención en las estrategias dirigidas al cambio climático e incluyendo a éstas en las estrategias y políticas nacionales de desarrollo.

Datos sobre la degradación del suelo:

  • Se estima que 485 millones de africanos (65% de la población total de África) son afectados por la degradación del suelo.
  • Aproximadamente el 22% del suelo cultivable de África (casi 500 millones de hectáreas) está degradado y el 66% de esta porción se clasificó como degradada de forma moderada, severa o extrema.
  • El 11% del territorio africano (332 millones de hectáreas) está constituido por tierras áridas afectadas por la degradación del suelo inducida por la mano del hombre.

Repercusiones económicas:

  • El costo de la degradación del suelo en Madagascar es del 15% del PIB, o US$290 millones. Esta degradación puede atribuirse en gran medida a la deforestación.
  • El costo anual de la erosión del suelo en Uganda está en el orden de los US$132-396 millones.
  • Ghana experimentó una pérdida anual de productividad del 2,9% en todos los cultivos y cría de ganado debido a la erosión y agotamiento de nutrientes. Esto se traduce en un valor aproximado del 2% al 5% del PIB agrícola.
  • Etiopía sufre pérdidas anuales de US$106 millones por la disminución de nutrientes en las zonas agrícolas, US$23 millones por pérdidas forestales y US$10 millones por pérdida de capacidad de cría de ganado, todo lo cual representa US$139 millones o un 3% del PIB agrícola.
  • La pérdida bruta anual de ingresos por la desertificación asciende a US$332-355 millones (10-11% del PIB anual) en Etiopía, US$67-78 millones (9,5-11% del PBI anual) en Malawi, y US$58-68 millones (5,5 - 6,5% del PIB anual) en Mali.

 


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