ARTÍCULO

Esfuerzos por mantener el progreso alcanzado en países más pobres

Noviembre 20, 2009


TITULARES
  • La AIF, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, es parte de un esfuerzo de mayor amplitud para mejorar las condiciones de vida en países de ingreso bajo.
  • Representantes de países donantes y prestatarios aprueban una ventana especial para la crisis con el fin de ayudar a los gobiernos a mantener los gastos esenciales ante los impactos de corto plazo.
  • El organismo desembolsó, entre julio de 2008 y octubre de 2009, una cifra récord de US$1.400 millones, de la cual un 46% se destinó a África.

20 de noviembre de 2009— Afrah Abdel Rahman, de 10 años, asiste al colegio y sueña con ser doctora. Ella es parte del grupo cada vez más grande de niñas que están recibiendo educación en las regiones rurales de Yemen, donde las costumbres sociales, las finanzas familiares y el rechazo a las escuelas y clases con alumnos de ambos sexos las mantuvieron a muchas de ellas fuera de las aulas escolares.

Hoy en día, este país está construyendo nuevos establecimientos educacionales para fomentar la asistencia en general y capacitando y contratando a cientos de maestras (que en muchos casos superaron grandes dificultades) para que los padres envíen a sus hijas a la escuela.

“Cuando comencé, la educación para las mujeres no existía. Era la única de la región que enseñaba”, dice Fayza Ahmed, una de las nuevas profesoras entrenadas en tal programa. “Cuando las familias vieron que había una maestra comenzaron a enviar a sus hijas y ahora somos 95, ¡gracias a Dios!”.

Esta iniciativa, que se realiza en Yemen, es parte de un esfuerzo de mayor amplitud para mejorar las condiciones de vida en países de ingreso bajo a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los 79 países más pobres del mundo.

En los últimos cinco años, el financiamiento otorgado por la AIF permitió que se sumaran más de un millón de maestros y 600.000 aulas en países de ingreso bajo, ayudó a más de 7 millones de personas a acceder a servicios básicos de salud y nutrición, respaldó las obras públicas y los proyectos de servicios sociales que beneficiaron a más de 11 millones de individuos y financió los proyectos de servicios sanitarios y de suministro de agua que elevan la calidad de vida de más de 2 millones de habitantes.

No obstante, en los últimos dos años el avance hacia los objetivos mundiales de desarrollo se puso en riesgo debido a las sucesivas crisis de alimentos, combustibles y financiera, afirma Axel van Trotsenburg, vicepresidente de Movilización de Financiamiento en Condiciones Concesionarias y Asociaciones Mundiales del Banco Mundial.

Durante la reunión que mantuvieron esta semana en la ciudad de Washington, los representantes de los países donantes y prestatarios con la gerencia del Banco Mundial se recibió con beneplácito la rápida y sólida respuesta de la AIF a las crisis, aunque reconocieron la necesidad de más medidas y aprobaron la propuesta de establecer una ventana especial dentro de la entidad. Ésta ayudaría a los gobiernos más afectados a mantener el gasto básico de salud, educación, redes de protección social, infraestructura i y agricultura ante los impactos de corto plazo que provocan la disminución de los ingresos y las brechas en el presupuesto.

Medición de resultados

La AIF está fortaleciendo la manera en que mide los resultados, mediante la recolección y la agregación de datos de los proyectos en los países en desarrollo, inicialmente en cuatro sectores: educación, salud, suministro de agua y carreteras. Esta información complementa los perfiles detallados de los proyectos y las reseñas de sectores y países y muestra los logros y los avances alcanzados gracias al apoyo de la AIF.

La AIF desembolsó, entre julio de 2008 y octubre de 2009, la cifra récord de US$1.400 millones, de la cual un 46% se destinó a África, región que sigue siendo la más beneficiada.

Muchos países sufrieron los efectos negativos de una importante reducción en los flujos de capitales privados, remesas, ingresos por turismo y por los precios de las materias primas. En particular, varias naciones africanas dependían de los recursos provenientes de las exportaciones de materias primas para financiar el gasto gubernamental.

“El Banco Mundial estuvo intentando acercarse y enviar recursos por vía rápida a estos países”, asegura van Trotsenburg. “Es necesario tomar aun más medidas. Necesitamos movilizar fondos considerables en el largo plazo con el fin de posicionar mejor a nuestros países socios de África y de otras latitudes para lograr los objetivos de desarrollo del milenio”.

 


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