8 de junio de 2010 — Economistas y expertos en desarrollo están considerando nuevas estrategias: reconciliar las medidas de austeridad económica con la necesidad de establecer políticas que alienten el crecimiento y el empleo, encontrar nuevas formas para medir el bienestar, promover la eficacia de la ayuda o identificar los factores responsables de las políticas de competencia exitosas; y además, se están involucrando en diferentes disciplinas y continentes.
“Para enfrentar con eficacia los desafíos mundiales actuales, se debe contar con conocimiento investigado sistemáticamente para orientar el diseño de políticas, las decisiones respecto de ellas y su implementación. Dicho conocimiento debería estar respaldado por análisis específicos para cada contexto”, dijo Gunilla Carlsson, ministra de Cooperación para el Desarrollo Internacional, durante sus palabras de apertura de la Conferencia Anual sobre Economía del Desarrollo del Banco Mundial (ABCDE, por sus siglas en inglés), que tuvo lugar entre el 31 de mayo y el 2 de junio en Estocolmo.
El evento atrajo a más de 500 expertos de todo el mundo y abarcó una amplia variedad de temas: desde estudios de esquemas de transferencias condicionadas de efectivo hasta nuevos hallazgos para la administración de la propiedad común y las funciones de la investigación y las redes educativas como agentes de transformación de las regiones en desarrollo en sociedades con conocimiento. “Desafíos para el desarrollo en el mundo después de la crisis", fue el tema general del encuentro. El Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia copatrocinaron la conferencia con la Vicepresidencia de Economía del Desarrollo (DEC, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial.
La transmisión por Internet del Debate sobre el Desarrollo, en el que participaron tres ganadores del Premio Nobel y pensadores destacados del mundo en desarrollo, agregó una nueva dimensión al ABCDE de este año.
Los galardonados con el Nobel presentes fueron Robert Solow, James Mirrlees y Eric Maskin; también asistieron Sir Partha Dasgupta y el profesor Abhijit Banerjee. El panel exploró las consecuencias de las políticas a corto plazo para estimular el crecimiento, al mismo tiempo que admitió que no deberían descuidarse los problemas de largo plazo de reducción de la pobreza y cambio climático.
El debate fue el primero de una serie organizada por el Instituto del Banco Mundial en sociedad con DEC. Se realizarán conversaciones en línea trimestrales, que ofrecerán a los usuarios la posibilidad de enviar comentarios y preguntas por Internet, con el centro de atención ubicado en los temas del desarrollo aplicables a diversos campos.
Plataforma interactiva para debatir problemas aplicables a diversos campos
Solow, Mirrlees, Maskin, Dasgupta y Banerjee coincidieron en que los efectos directos de la crisis en las personas que viven en extrema pobreza no exacerbaron significativamente los riesgos e incertidumbres cotidianas que enfrentan.
Sin embargo, como las políticas orientadas al crecimiento tienen prioridad sobre las medidas redistributivas, es posible que la reducción de la pobreza sea relegada una vez más a un segundo plano. Estos riesgos contribuyen a aumentar la desigualdad producida por la globalización, un efecto que la teoría económica no alcanza a explicar bien.
Una preocupación clave es que la crisis podría dar lugar a un aumento del control estatal por parte de los gobiernos con capacidad limitada para implementar sus propias políticas. Dado que las secuelas económicas socavaron la confianza en las instituciones, los mercados y las políticas gubernamentales, llevará mucho tiempo restablecer la misma en relación a las operaciones económicas.
El ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, observó que las réplicas de la crisis económica mundial y los riesgos que enfrentan en este momento los donantes en su combate contra la pobreza destacan de manera más absoluta como nunca antes la importancia de lograr un equilibrio macroeconómico sostenible en el mundo actual.
No obstante, las recetas macroeconómicas simples no alcanzan en un mundo acosado por el cambio climático, los factores generadores de pobreza en los Estados frágiles, los inconvenientes en la coordinación de la ayuda y las dudas sobre la regulación financiera y la sostenibilidad fiscal en los países de ingreso alto.
“Para salir de esta crisis, el mundo en desarrollo no sólo necesita dinero: necesitamos también conocimiento e investigación para comprender cuáles son las áreas correctas en las que se debe invertir. Además, para tener éxito debemos abordar los problemas de gobierno y capacidad estatal”, dijo Justin Yifu Lin, primer vicepresidente y primer economista del Banco Mundial.
Otra ganadora del Nobel, Elinor Ostrom, de la Universidad de Indiana, pronunció un discurso titulado “Superar el dilema del samaritano en la ayuda para el desarrollo”. En él se refirió a los problemas de acción colectiva que son esenciales para el desarrollo y perpetúan la pasividad de los destinatarios, la complejidad de los donantes y el “cortoplacismo” por el cual los objetivos presupuestarios anuales impiden la sostenibilidad a largo plazo.
La propuesta de Ostrom para mejorar estos problemas implica contar con un gran número de proyectos locales y de menor tamaño, asignaciones de campo más prolongadas para los líderes de equipos de tareas, evaluaciones más frecuentes y participación plena de los beneficiarios en los proyectos destinados a mejorar sus medios de vida.
Futuros solucionadores de problemas
Riska Mirzalina, de Indonesia, ganó la Competencia Internacional de Ensayos 2010.
Los jóvenes se hicieron oír en Estocolmo al finalizar la Competencia Internacional de Ensayos 2010, cuyo jurado final estuvo presente durante la conferencia. El tema de este año fue el desempleo juvenil y se recibieron más de 2.000 ensayos y presentaciones en video de más de 150 naciones (el 90% procedente de países en desarrollo). Los ocho finalistas acudieron desde Argentina, Singapur, Nigeria, Indonesia, Nepal, Kenya y Marruecos para presentar sus ensayos. Los ganadores recibieron premios en efectivo, aportados por el Gobierno de Suecia.
La ganadora del primer premio, Riska Mirzalina, de Indonesia, describió en su ensayo la empresa de diseño de calzado que inició en su ciudad natal de Bogor. Mirzalina, de 22 años, emplea a 12 personas y utiliza productos textiles 100% reciclados para crear sus originales diseños. En la actualidad, está comercializando sus zapatos en Jakarta y Java y planea incursionar en mercados internacionales el año próximo.
Cuando tomó la palabra, Mirzalina sugirió que en lugar de buscar empleo, los jóvenes deberían crear su propia fuente de trabajo. Alentó a sus pares a “explotar sus potenciales creativos, tener confianza en sí mismos para compartir sus ideas y hallar mentores externos, establecer sociedades e innovar para generar empleo en lugar de buscarlo".
