24 de septiembre de 2010— Los países en desarrollo experimentaron una de las mayores expansiones en escolarización de su historia en la última década: sólo en África y Asia meridional se calcula que unos 89 millones más de niños se inscribieron en la escuela. El porcentaje mundial de niños que completan la educación primaria aumentó del 82% en 2000 a más del 88% en la actualidad.
Sin embargo, unos 69 millones de menores —por lo general de familias pobres, rurales o excluidas socialmente— todavía no reciben siquiera enseñanza primaria. Casi la mitad de los niños que no asisten a la escuela (31 millones) viven en África al sur del Sahara. Más de un cuarto de ellos, unos 18 millones, se encuentran en Asia meridional.
A medida que se acerca el plazo de 2015 para alcanzar el objetivo de desarrollo del milenio (ODM) de educación primaria universal, el Banco Mundial intensifica su ayuda a los países que están más lejos de alcanzar dichas metas.
El presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, anunció el 13 de septiembre pasado que la entidad proporcionaría US$750 millones adicionales en donaciones y préstamos sin interés para educación básica a los países que estuvieran atrasados en el logro de los ODM, en especial los situados en África al sur del Sahara.
Al inicio de esta semana, Elizabeth King, directora de Educación del Banco Mundial, explicó que el financiamiento adicional “ayudará a abordar algunos de los mayores obstáculos para la educación en los países pobres: contratación de más maestros calificados, bonificaciones para los profesores y escuelas con buen desempeño, becas, programas de nutrición y desarrollo infantil temprano y transferencias monetarias a familias si llevan a sus hijas a la escuela”.
Lograr que niños discapacitados y niñas asistan a la escuela
Es más probable que los niños con discapacidades y las niñas no concurran a la escuela, según el Informe sobre los objetivos de desarrollo del milenio de las Naciones Unidas 2010. (i) (pdf) En el caso de las segundas, dicha exclusión aumenta el riesgo de los embarazos entre adolescentes, lo que pone en peligro la salud de las jóvenes y reduce sus oportunidades de progreso social y económico, agrega el documento.
El Banco, en su rol de principal financista externo en el sector de educación en los países en desarrollo, ha respaldado esfuerzos, tales como los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC) para alentar a las familias a enviar a sus hijos a la escuela. Un programa de TMC en Malawi redujo en un 40% la tasa de deserción de niñas adolescentes y ayudó a protegerlas del VIH.
Un número creciente de países está utilizando el Programa para Hacer Frente a la Crisis Mundial de Alimentos del Banco Mundial y el Fondo de Respuesta a la Crisis para financiar los programas escolares de alimentación para niños vulnerables. Dichos programas no sólo alimentaron a los menores sino que mejoraron sus capacidades de aprendizaje y elevaron las tasas de inscripción. Los resultados positivos están incentivando a otros países a planificar sus iniciativas nacionales en esta área.
A partir de 1990, cuando firmó la declaración Educación para Todos, el Banco incrementó continuamente el financiamiento para este sector. Desde 2000, comprometió la entrega de casi US$24.000 millones. De esta cifra, más de US$12.000 millones se destinaron a naciones que reciben ayuda de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco para los países más pobres.
Tras la crisis económica mundial, la institución aumentó su apoyo hasta un máximo histórico, superando los US$5.000 millones en 2010.
Aprendizaje para todos
Para lograr un aprendizaje de calidad, los sistemas deben ser capaces de ofrecer una educación que prepare a los jóvenes para la vida y el trabajo y que contemple las necesidades del mercado laboral moderno.
El Banco está preparando una nueva estrategia para fortalecer los sistemas educativos, mejorar la instrucción de los alumnos y la calidad de la educación, así como coordinar con otros donantes el mejor aprovechamiento del financiamiento y los conocimientos mundiales.
“Para lograr que todos los niños estudien, se debe convencer a las personas de que ir a la escuela, permanecer en ella y lograr varios años de escolarización los ayudará a ganarse la vida, ser productivos y atender sus propias necesidades y las de sus familias en el largo plazo”, dice King.
“Aun en los países avanzados, con maestros capacitados y escuelas que cuentan con buen financiamiento, no siempre se logran los objetivos de enseñanza deseados. En esa clase de inversión y atención debemos concentrarnos.. Los países han logrado un gran aumento de sus tasas de matriculación, pero es mucho más difícil avanzar en cuanto al aprendizaje”.
La educación en números
- 50: países que lograron la educación primaria universal.
- 69 millones: niños que no asisten a la escuela, una disminución respecto de los 106 millones de la última década.
- 76%: porcentaje de niños africanos que van a la escuela primaria, un aumento del 58% en relación al decenio anterior.
- 3 millones: maestros capacitados durante 10 años con la ayuda de la AIF.
- 300 millones: libros de texto comprados y/o distribuidos en 10 años.
- Tres cuartos: fracción de países bien encaminados a alcanzar el ODM sobre educación en América Latina y el Caribe, Europa y Asia central y Asia oriental y el Pacífico.
- 96: cantidad de niñas por cada 100 niños, inscriptas en la escuela primaria en los países en desarrollo
