Los habitantes de Argentina que hoy tengan más de 50 años probablemente hayan notado a lo largo de su vida las variaciones en el clima que el país ha sufrido, aunque sus opiniones dependerán de la región en la que hayan habitado.
Ahora, sus percepciones pueden ser comprobadas (o no) con el estudio de modelos climáticos realizado por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), que evaluó las tendencias del clima desde 1960 además de proyecciones del clima futuro en cuatro regiones del país: Húmeda, Centro, Andina y Patagonia.
Según la investigación, coordinada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), en la mayor parte de la Argentina continental no patagónica hubo un aumento de temperatura de hasta 0,5° C, menor al incremento promedio de 0,8° C experimentado a nivel global en todas las regiones continentales del planeta.
Los científicos explicaron que esta subida de la temperatura se debe a las condiciones predominantemente oceánicas del hemisferio sur, pero también puede vincularse a otros procesos internos del sistema climático, como los cambios en la circulación atmosférica, que pueden exacerbar o atenuar el impacto del calentamiento global.
Así, mientras en el centro del país hubo incluso una disminución de la temperatura en algunas zonas, en la Patagonia el aumento de temperatura fue mayor que en el resto del país, llegando en algunas zonas a superar 1°C. Este calentamiento observado en particular en la zona andina es consistente con el retroceso generalizado de los glaciares en esa región.
Al mismo tiempo que los días con heladas disminuyeron en todo el país, las olas de calor aumentaron considerablemente en el norte y este, y en el caso de las regiones próximas a la ciudad de Buenos Aires, los días del año con olas de calor se duplicaron.
“Las lluvias han aumentado en casi todo el país aunque con variaciones interanuales. Los mayores aumentos se registraron en el este del país con más de 200 mm en algunos lugares, mientras que en los Andes patagónicos las precipitaciones tuvieron un cambio negativo en los últimos 50 años”, explica Carolina Vera, directora del CIMA.
Los autores del informe afirman que las precipitaciones extremas son más frecuentes e intensas en algunas zonas, exceptuando el norte del país, donde se está prolongando el período seco invernal.