Muchas pequeñas aldeas habitadas por los grupos miao, dong y otras minorías étnicas se encuentran ocultas en las montañas de la provincia china de Guizhou. Estos grupos étnicos tienen tradiciones centenarias únicas, como arquitectura patrimonial, paisajes culturales y tradiciones vivas de canto, danza, artesanía y festivales. Muchas de las técnicas artesanales típicas se practican todavía con un gran nivel de destreza e incluyen el bordado, el batik, la confección de adornos de plata y el tejido.
Sin embargo, con los rápidos cambios sociales y el proceso de urbanización registrados en los últimos años, estas valiosas culturas y tradiciones se encuentran gravemente amenazadas y en algunos casos en peligro de extinción.
Con financiamiento del Banco Mundial, en esta provincia se puso en marcha en 2009 un proyecto de protección y desarrollo del patrimonio cultural y natural. Este incluye a 16 condados y se centra en la infraestructura, la protección del patrimonio cultural de las minorías étnicas, la protección y el desarrollo del patrimonio natural y los lugares pintorescos, el desarrollo de instalaciones de la ciudad que son la puerta de entrada del turismo, y la creación de capacidades.
Salvar la última tribu armada de China
Los biasha, una antigua tribu miao, viven en una aldea montañosa rodeada de frondosos bosques verdes. En las mañanas, la aldea cubierta de niebla ofrece un espectáculo misterioso y atrayente.
Un grupo de hombres biasha saluda a los visitantes en la puerta de la aldea disparando tiros al aire. Los biasha son conocidos como la "última tribu armada de China", dado que todos los hombres y niños portan armas de fuego, aunque ahora solo las disparan durante las exhibiciones para los turistas.
En la aldea, un nuevo sendero de piedra combina muy bien con las tradicionales casas de madera del lugar. Fue construido con fondos del proyecto, que también financió la construcción de la entrada de la aldea, un corredor de madera de estilo miao, contenedores para residuos sólidos, baños públicos e instalaciones turísticas. También se renovaron más de 50 casas antiguas de madera.
La mejora de la infraestructura benefició tanto a los pobladores como a los turistas. "Ya no nos embarramos los pies cuando llueve. Con el mejoramiento de la infraestructura se atraen más turistas. Esto ayuda a preservar nuestra aldea y nuestra cultura", dijo Jia Yuanliang, jefe de la aldea de Biasha, que está formada por 505 casas y unos 2500 habitantes.
Gun Xuewen, de 36 años y padre de dos hijos, se une a otros pobladores en la representación cultural para los turistas que incluye música y danzas tradicionales, corte de pelo con una hoz, una ceremonia de una boda, así como exhibiciones de puntería. "Gano 10 yuanes con cada representación", contó. Durante la temporada turística, actúa varias veces al día.
El turismo ofrece a la antigua comunidad miao de Biasha tanto una fuente de ingresos adicionales muy necesarios, como un incentivo para preservar su cultura y su tradición.
Los dong preservan su cultura del canto
Un proverbio del pueblo dong dice: "el arroz alimenta el cuerpo y las canciones el alma". El gran canto del grupo étnico dong, que es polifónico y que se realiza sin la presencia de un director, está en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Wu Rongde, de 43 años, es el líder del coro de Xiaohuang, una aldea del grupo étnico dong en el condado de Congjiang, famosa por su cultura de interpretación del gran canto dong. "Para el pueblo dong, el canto es nuestra vida. No podemos hacer nada sin cantar", dijo Wu. "Educamos a nuestros hijos y expresamos nuestro amor a través del canto. Nuestro grupo étnico dong no tiene lengua escrita. Usamos las canciones para registrar y preservar nuestra historia y cultura". Wu y su coro a menudo recorren el país e incluso se aventuran a salir al extranjero para hacer presentaciones del gran canto dong.
Con la ayuda del proyecto, se han realizado inversiones para construir y rehabilitar el camino de la aldea, el alcantarillado, los baños públicos y las instalaciones turísticas de Xiaohuang y asٌídar acogida al número cada vez mayor de turistas de todo el mundo que llegan atraídos por el gran canto dong. Muchos aldeanos también repararon y ampliaron sus casas tradicionales de madera para transformarlas en hospederías.
Jia Shanfeng, de 32 años, administra un lugar de hospedaje en la casa de su familia. "Nos hemos beneficiado directamente del desarrollo del turismo. Los turistas vienen a nuestra aldea no solo para disfrutar de nuestro gran canto, sino también para probar nuestra comida y conocer nuestro estilo de vida", relató. "Ofrecer este tipo de servicios a los turistas trae importantes beneficios financieros y oportunidades económicas para nuestra aldea y sus habitantes".
Jia proviene de una familia de intérpretes del gran canto. Su padre y su madre son cantantes solistas del coro dong, y su hermana es heredera a nivel provincial de la cultura de interpretación del gran canto dong. La familia ha sido invitada a muchos eventos y concursos de canto dentro y fuera de la provincia. Los diversos premios que han ganado se exhiben en su casa como atracción para los visitantes.
"Cantar el gran canto es la esencia de nuestra cultura. Nuestros antepasados nos lo han traspasado a nosotros, y debemos protegerlo y hacer que se mantenga a través del tiempo", dijo Jia.