En los últimos años, la lucha contra la corrupción se ubica en los primeros tres lugares como la principal preocupación en las sociedades latinoamericanas. El abuso de poder en el uso de fondos públicos para beneficio de los funcionarios y miembros de los gobiernos es uno de los problemas más graves para el desarrollo.
Según los Indicadores de Gobernanza Mundial, elaborados por el Banco Mundial, Latinoamérica se sitúa por detrás de América del Norte, Europa y Asia Central, y Asia Oriental y el Pacífico en control de la corrupción, con 52 puntos sobre 100.
La corrupción destruye la confianza de los cuidadanos en la gestión y la eficiencia del sector público, ya que permite que los recursos del Estado, aportados por todos los ciudadanos, caigan en manos privadas, afectando la calidad de los servicios públicos y debilitando las instituciones. En un continente acostumbrado a la corrupción y con una ciudadanía resignada y convencida de que “nada va a cambiar”, son varias las iniciativas impulsadas por jóvenes que están aflorando. Unos jóvenes inconformes y convencidos de que una democracia más limpia y transparente es posible.
Pablo Montes tiene 23 años y es director general de Democracia Primero, una agrupación juvenil que tiene el objetivo de impulsar la participación ciudadana y la rendición de cuentas mediante el mejoramiento de la cultura democrática de los jóvenes mexicanos. Democracia Primero imparte “Talleres de Formación Ciudadana” en escuelas y universidades, a jóvenes de entre 14 y 20 años, sobre los aspectos básicos de la democracia.
En ellos tratan temas como la importancia de la rendición de cuentas y el combate a la corrupción, además de dar a conocer a los jóvenes sus derechos y evitar que sean extorsionados por autoridades. Pablo indica que la edad de los jóvenes a los que se dirigen es clave “porque van a comenzar a ejercer la ciudadanía y son los que tienen que tener más formados unos valores democráticos”.
“Mostramos los costos que la corrupción tiene en México y cómo ellos pueden ser un factor de cambio. En México se nos dice que la corrupción está muy arraigada. Justamente ellos, que no han formado parte todavía de actos corruptos, pueden detonar este cambio al decir que no”, añade.
La idea de Democracia Primero fue concebida, junto con un grupo de amigos, hace aproximadamente un año. Desarrollaron los contenidos y elaboraron un manual de procedimiento, el cual entregan a los directores de las escuelas para que se familiaricen con la propuesta. Posteriormente, documentan los talleres y encuestan a alumnos, directores y padres con el objetivo de poder medir el impacto y plantear un plan de acción al Gobierno mexicano. “La idea es generar la política pública para poder demostrar al gobierno que puede funcionar”, señala Pablo.