Desde el año 2000, los préstamos del Banco Mundial para proyectos de gestión de residuos sólidos han alcanzado los USD $4,500 millones y apoyado 329 programas de residuos sólidos alrededor del mundo. Los proyectos combinan financiación de infraestructura y servicios de consultoría, desde servicios básicos de recolección y disposición final, hasta programas sofisticados de reutilización y reciclaje.
Soluciones innovadoras para desafíos a largo plazo
Los especialistas en temas urbanos, sociales y medioambientales dentro del Grupo Banco Mundial trabajan para encontrar soluciones a algunos de los desafíos del sector de residuos sólidos.
• Las operaciones son costosas. En muchos de los países en vías de desarrollo, la gestión de residuos sólidos puede llegar a consumir del 20% al 50% del presupuesto de un municipio. Los países que se encuentran a punto de hacer la transición de países de bajos ingresos a países de ingresos medianos son los más severamente afectados, pues no cuentan con una estructura impositiva o tarifaria para mantener programas de residuos sólidos, sino que la población está acostumbrada a utilizar vertederos de basura a cielo abierto sin ningún costo. Colombia, un país que dispone el 96% de sus residuos en rellenos sanitarios, solucionó este problema por medio de un programa nacional que cobra una tarifa basada en la capacidad de pago de cada persona.
• Al momento de exigirle a la gente pago, se vuelve exigencia cumplir. La ciudadanía está poco dispuesta a pagar por servicios de recolección de basura deficientes, pero es imposible llevar a cabo un programa
de recolección de basuras profesionalizado sin contar con una base de ingresos sólida. El Grupo Banco Mundial está trabajando en el desarrollo de programas innovadores que estimulan ingresos, en los cuales las instituciones gubernamentales sean fuertes, y fomentando asociaciones público-privadas que mejoren la eficiencia.
• Los trabajadores informales juegan un papel importante en la mayor parte de los países en vía de desarrollo, en donde entre el 15% y el 20% de las basuras generadas se maneja ad-hoc por parte de individuos o microempresas que no están formalmente registradas o reconocidas. Se dedican a recolectar, seleccionar, reciclar y reutilizar los residuos. “Hemos desarrollado unos modelos muy prometedores para asegurarnos de que los trabajadores informales del sector de residuos gocen de oportunidades de empleo formal”, aseveró Frank Van Woerden, ingeniero ambiental principal en el Banco Mundial.
El Banco está desarrollando y poniendo a prueba varios mecanismos en diversas regiones del mundo:
• África: Al culminar una guerra civil de décadas en Liberia, los botadores a cielo abierto no administrados dominaban el panorama de la capital Monrovia, mientras las basuras rebosaban las calles, los canales y ríos. El Banco empezó a brindar apoyo a Monrovia en temas de residuos sólidos dentro del marco de una intervención de emergencia en el 2010 y enfocando en fortalecer el manejo financiero, temas de contratación, gestión de contratos y recuperación de costos.
Desde entonces se ha construido un relleno sanitario y dos estaciones de transferencia, se han clausurado los botadores a cielo abierto ilegales, y las tasas de recolección se han incrementados del 13% al 50%.
• Asia Oriental y Pacífico: En China, los niveles de recolección de residuos sólidos se han incrementado desde 31 millones de toneladas en 1980, hasta 157 millones en el 2009 y proyectando una cifra de 585 millones de toneladas para el 2030.
Estas tasas han sido disparadas por rápidos niveles de urbanización e incrementos poblacionales sin precedente. El Banco Mundial está financiando un nuevo proyecto de residuos sólidos en Ningbo, acercando programas de separación en los hogares
que benefician a más de 2 millones de personas, y a su vez un programa de asociación público-privada para financiar la construcción de una planta de tratamiento para procesar residuos provenientes de cocinas residenciales y de mercados.
• Europa y Asia Central: Algunos países como Azerbaiyán están en proceso de implementación de programas de recolección de materiales reciclables y así reducir el uso de materias primas. Algunos países también están cambiando prácticas de tratamiento de basuras y disposición final del nivel municipal, hacia un nivel regional, aprovechando los beneficios de la economía de escala.
• América Latina y el Caribe: En tres ciudades argentinas - - Mar del Plata, Rosario y Salta-- la comida representa entre el 15% y el 30% de los residuos que son depositados en rellenos sanitarios. Se han desarrollado estrategias para la reducción de desperdicios de comida para estas tres ciudades, incluyendo colaboración de la mano de la industria alimentaria para crear conciencia y trabajar con bancos de alimentos fomentando las donaciones de comida, y mejorando la separación y tratamiento de residuos de comida para así generar abono de alta calidad.
• Medio Oriente y Norte de África: Se han desarrollado nuevos rellenos sanitarios en épocas recientes, así como iniciativas de reciclaje. Esto ha mejorado de manera significativa las condiciones
de los recicladores informales. Se han construido dos rellenos sanitarios importantes en Cisjordania, los cuales atienden a 1,5 millones de residentes. Existe un tercer proyecto en la Franja de Gaza que proporcionará servicios de gestión de residuos sostenibles a casi la mitad de la población. En Marruecos hay un énfasis en las iniciativas que convierten los residuos en nuevos recursos, para así incrementar la cantidad de material recuperado, poder generar energía a base de residuos, y proveer fuentes de empleo seguro y formal a los recicladores informales.
• Asia Meridional: En Nepal, la Alianza Global sobre Asistencia Basada en Resultados del Banco Mundial está financiando un proyecto innovador que vincula la brecha financiera existente entre los costos de gestión de residuos sólidos y los ingresos que se generan de dicha actividad. En India se está preparando un proyecto que abarca la cadena entera de valor de residuos, desde la recolección hasta la disposición final, que eventualmente podría beneficiar a más de 3 millones de personas en algunas ciudades del Estado de Uttar Pradesh.