Skip to Main Navigation
ARTÍCULO Enero 08, 2021

¿Por qué Latinoamérica necesita más ingenieras, matemáticas y programadoras?

Image

Las mujeres son protagonistas de la energía geotérmica en El Salvador/ Foto Cortesía de LaGeo


La imagen de una tubería con fugas se usa para graficar el trayecto de la mayoría de las mujeres en carreras en ingeniería, tecnología o matemáticas ¿Qué las hace distanciarse?

Mariana era la más rápida de su clase para resolver cuentas. En el salón, no había nadie mejor que ella para aplicar las leyes de Newton. Soñaba con diseñar máquinas. Ella era una niña STEM (siglas en inglés que se refieren a las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática).

Como ella, las niñas suelen tener mejores o iguales resultados que los niños en materias como matemáticas, biología o física en primaria y secundaria, pero cuando se salta a la educación terciaria y al mercado laboral, la tubería que conduce a que se dediquen a estas áreas, especialmente en el sector de infraestructura, presenta fugas. 

Solo 18% de los que trabajan en el sector agua son mujeres, según un estudio del Banco Mundial realizado en 28 economías. De acuerdo con una investigación de la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos en 14 países, solo un 13% de mujeres participa en la fuerza laboral del sector eléctrico. Y en la Unión Europea, por ejemplo, solo un 10% de mujeres está en el área técnica y de operaciones del transporte urbano. En el sector marítimo, la participación es apenas del 2%. Las cifras en otros subsectores no son más alentadoras. 

El acero se corroe con estereotipos de género que frenan su atracción hacia el sector de infraestructura: “La ingeniería no es para las mujeres”. También con leyes que prohíben la participación femenina en determinados trabajos: más de 2.700 millones de mujeres en 104 economías del mundo afrontan restricciones legales para optar a los mismos trabajos que los hombres.

El reclutamiento laboral en el sector de STEM sigue teniendo visos muy masculinos: “Este trabajo es muy difícil para las mujeres”. Mientras que en las entrevistas de trabajo aún se hacen preguntas como “¿Piensas tener hijos?” o “¿Quién se hará cargo de su cuidado?”. La mayoría de los países no promueven la licencia de maternidad y paternidad en iguales condiciones, por lo que el cuidado de los bebés en los primeros meses no es equitativo y la ausencia en el trabajo tampoco.

Si superan la fase de contratación, no tardan en asomarse otras barreras: brechas salariales, más reconocimiento para los hombres, riesgo de acoso sexual o sesgos de compañeros de trabajo. Otros factores como la falta de mentores o de posibilidades para ampliar su formación también frenan sus carreras. 

Ventajas para todos

En sectores como el de infraestructura, especialmente transporte, energía y extracción, agua, construcción y desarrollo digital, las mujeres tendrían mejores salarios.

Si ellas ganan, todos ganan: la productividad de algunas economías podría aumentar hasta en un 25% si se eliminan las barreras que impiden que las mujeres se desempeñen en ciertos sectores u ocupaciones, según el informe Mujer, Empresa y Derecho, del Banco Mundial. Además, las brechas salariales entre hombres y mujeres le hacen perder al mundo 160 billones de dólares anuales. 

Además, otro de los grandes beneficios de la incorporación de mujeres STEM es que tendríamos una infraestructura más inclusiva, pues el diseño de proyectos y las operaciones serían más sensibles a las problemáticas de las mujeres. Además, sería un estímulo para seguir rompiendo un círculo vicioso en el que mientras menos mujeres se desempeñen en estos roles, menos chicas deciden apostar por estas carreras, según los expertos. 

Para las compañías no hay pérdida. Según el informe Intensificar las carreras STEM de las mujeres en los sectores de infraestructura (disponible en inglés), del Banco Mundial, las empresas con más mujeres en puestos de liderazgo a menudo muestran mejor desempeño financiero, sobre todo en períodos de volatilidad económica.

Luego de hacer un estudio en 345 compañías en 6 países de Latinoamérica, McKinsey & Company encontró que las empresas con una o más mujeres en el comité ejecutivo tenían un 44% más de rendimiento sobre el capital que aquellas que no incluían mujeres en su alta gerencia. Sin embargo, la participación de las mujeres en los comités ejecutivos de las empresas en Latinoamérica es apenas del 19%. 

¿Cómo reparar la tubería?

Los especialistas proponen trabajar en cuatro grandes pasos que deben darse de forma simultánea: 

1.- Educación: eliminar los estereotipos de género en los materiales de aprendizajes, fortalecer los planes de estudio en áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemática, promover más experiencias prácticas basadas en actividades extracurriculares STEM, crear y consolidar programas de becas y pasantías tanto en el sector público como en el privado.

2.- Contratación: eliminar obstáculos legales para la contratación de mujeres, fomentar políticas inclusivas como las cuotas de participación femenina en los proyectos, garantizar que todos los candidatos a un cargo realicen las mismas pruebas y con las mismas preguntas. 

3.- Retener talento: cerrar las brechas salariales, procurar mayor flexibilidad en horarios u opciones de empleo a tiempo parcial, promover servicios de cuidado infantil, abordar el acoso sexual.

4.- Reconocimiento: algunas de las estrategias más prometedoras de desarrollo profesional es aumentar programas de tutoría y patrocinio para mujeres y facilitar el acceso a redes profesionales.  

Algunas experiencias exitosas en Latinoamérica demuestran que sí es posible abordar la subrepresentación de las mujeres STEM en el sector de infraestructura. Hay ejemplos interesantes en El Salvador, donde la energía geotérmica tiene género femenino; en el proyecto de construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales más grande de Colombia se está creando un comité de género o en Panamá, donde hay una iniciativa de mentoría para mujeres líderes emergentes. 

Mariana no se dedicó a la ingeniería; fue un talento que se perdió para el área de infraestructura. Estamos a tiempo de reparar la tubería para evitar más fugas en el futuro. 


Api
Api