Hace 12 años, una poderosa tormenta causada por el fenómeno La Niña provocó lluvias torrenciales en Colombia. Las enormes inundaciones y los fuertes deslizamientos de tierra causaron cientos de muertes. La capital del país, Bogotá, experimentó una de las peores emergencias en su historia cuando el río homónimo, el Bogotá, se desbordó y anegó las llanuras inundables adyacentes. El agua, mezclada con líquidos cloacales, residuos y escombros, inundó tierras agrícolas, viviendas y escuelas.
Tras el desastre, la autoridad ambiental de la región de Bogotá inició un plan para reducir las inundaciones y limpiar el río contaminado. Para ello, se requería una combinación de obras de infraestructura para control de inundaciones, la ampliación del tratamiento de aguas residuales y soluciones basadas en la naturaleza, un enfoque cada vez más utilizado que, como su nombre lo indica, busca soluciones en la naturaleza.
Mediante un proyecto respaldado por el Banco Mundial se reconvirtieron 165 hectáreas de zonas multifuncionales a lo largo de la orilla del río Bogotá para dar espacio a que el agua de las crecidas fluyera a través de la ciudad sin poner en riesgo a la población o la infraestructura. Como resultado, se redujo el riesgo de inundación para 1,2 millones de personas, entre ellas 124 familias que vivían en la ribera del río y se reasentaron fuera de la zona de inundaciones.
Asimismo, ahora se observan zonas inundables cubiertas de vegetación que conectan hidrológicamente el río con humedales que solían ser extensos y, desde 1950, disminuyeron su superficie de 50 000 hectáreas a apenas 1000 en la actualidad. Sin embargo, hay esperanza de que los humedales se recuperen gradualmente y vuelvan a ofrecer protección a la ciudad.
Soluciones basadas en la naturaleza: una forma eficaz en función de los costos de promover la resiliencia y la biodiversidad
Ciudades como Bogotá están optando cada vez más por soluciones basadas en la naturaleza (i) para aumentar su resiliencia frente al cambio climático. También conocidos como infraestructura basada en la naturaleza o infraestructura verde, estos sistemas naturales proporcionan servicios de importancia crítica. Por ejemplo, los humedales reducen las inundaciones y los manglares atenúan el impacto de las olas y las marejadas. Las soluciones basadas en la naturaleza también fomentan la biodiversidad y pueden resultar particularmente efectivas cuando complementan obras de infraestructura “gris” construidas con cemento, acero u otros materiales fabricados por el hombre.
Colombia no es el único país que enfrenta un creciente número de desastres naturales. En las dos últimas décadas, estos han afectado a más de 4000 millones de personas, han provocado la muerte de más de 1 millón y han ocasionado pérdidas económicas por un valor aproximado de USD 2,9 billones. La degradación de las cuencas hidrográficas ha afectado el agua potable que consumen más de 700 millones de personas, con un costo para las ciudades en su conjunto de USD 5400 millones en tratamiento de las aguas, mientras que las sequías afectan, en promedio, a unos 35 millones de personas al año.
Desde 2012, el Banco Mundial ha integrado soluciones basadas en la naturaleza en más de 100 proyectos en 60 países de 4 continentes. Estas soluciones también son fundamentales para la adaptación al cambio climático y la generación de resiliencia en paisajes y comunidades. Se están empleando soluciones basadas en la naturaleza (i) para contribuir a la gestión del riesgo de desastres y reducir la incidencia y el impacto de las inundaciones, los aludes de lodo y otros desastres. Constituyen formas eficaces en función de los costos de combatir el cambio climático y, al mismo tiempo, abordar la biodiversidad y la degradación de la tierra: se pueden enfrentar varios problemas a la vez.
Desde 2012, el Banco Mundial ha integrado soluciones basadas en la naturaleza en más de 100 proyectos en 60 países de 4 continentes.