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ARTÍCULOJulio 19, 2023

Revitalizar las comunidades y tierras mineras de Jamaica mediante la agricultura de invernadero

The World Bank

Keisha y Earl, beneficiarios del Proyecto de Iniciativa para el Desarrollo Económico Rural (REDI) financiado por el Banco Mundial en Jamaica.

Banco Mundial

Manchester, Jamaica. En el centro-sur de Jamaica, la industria de la bauxita infundió vitalidad a las ciudades y comunidades circundantes, incluido el paraíso rural de Content. Sin embargo, a medida que las tierras se agotaban, había llegado el momento de forjar un camino más allá de dicho mineral. El Proyecto de Iniciativa para el Desarrollo Económico Rural (REDI) de USD 15 millones, financiado por el Banco Mundial, promovió la restauración y rehabilitación de estas tierras minadas, imprimiendo nueva vida a la región, al tiempo que apoyó los medios de subsistencia e impulsó el crecimiento económico.

Keisha Vassel y Earl Williams se encuentran entre los numerosos agricultores que, como resultado del proyecto, pudieron asegurarse un futuro sostenible más allá de la bauxita. REDI, un proyecto pionero, se organizó como una alianza productiva que utilizó las características específicas del paisaje rural de Jamaica y el potencial desaprovechado de la colaboración entre la agricultura y el turismo. Capitalizó los vínculos entre estos sectores reuniendo a agricultores, expertos agrícolas, autoridades turísticas, profesionales de la bauxita, comunidades locales y organismos gubernamentales.

En el marco del proyecto, se estableció un grupo que incluyó a 20 productores agrícolas, que —como Keisha y Earl— eran originalmente agricultores de subsistencia y dependían de la agricultura de secano. Gracias a los programas de capacitación de REDI pudieron adquirir nuevas habilidades y adoptar técnicas modernas para mejorar sus prácticas agrícolas.

“He estado en la agricultura de invernadero durante más de cuatro años. Solía dedicarme a actividades agrícolas, pero no de esta manera. Venir al invernadero ha sido diferente, pero aprendí a adaptarme. Recibimos capacitación y eso ha sido muy útil; hemos aprendido maneras de manejar las plantas, de tratar las plantas”, dijo Keisha.

Su vida dio un giro inesperado cuando perdió a su pareja y padre de sus hijos, y se convirtió en madre soltera. Decidida a mantener a su familia y dar a sus hijos el futuro que merecían, buscó una oportunidad que le ofreciera estabilidad. Ser una de las personas que recibieron un invernadero le dio un propósito y un medio para mantener a su familia. El invernadero no solo le permitió dedicar tiempo a sus hijos, sino que también obtener recursos financieros necesarios para enviarlos a la escuela.

La vida la tomó por sorpresa otra vez cuando se quebró la muñeca mientras pintaba. “Los ahorros que obtuve de este invernadero me ayudaron hasta ahora, así que realmente nos ha beneficiado a mí y a mi familia”, recordó Keisha.

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Keisha, una beneficiaria del proyecto REDI financiado por el Banco Mundial en Jamaica, revisa los cultivos de su invernadero..

Uno de los aspectos clave de la capacitación fue la instalación, la operación y el mantenimiento de los sistemas de riego por goteo, que abarcaban más de 600 acres de tierra. Esta tecnología permitió a los agricultores regar sus plantaciones de manera eficiente, y reducir el desperdicio de agua y aumentar el rendimiento general de los cultivos. Además, los productores recibieron capacitación en construcción y conservación de invernaderos. Al utilizar invernaderos, pudieron crear entornos controlados para la siembra de verduras, y ello llevó a productos de mayor calidad y temporadas de cultivo más prolongadas.

La recolección de agua de lluvia también es un aspecto clave de este proyecto: el agua de lluvia se recoge y almacena en antiguos pozos mineros, que de otro modo no hubieran tenido ninguna utilidad. Posteriormente, esta agua se utiliza para regar los cultivos, y es particularmente valiosa durante los períodos de sequía.

Earl, un agricultor experimentado, reflexiona sobre los desafíos de la agricultura en espacios exteriores en relación con el clima local. “... En nuestras condiciones meteorológicas impredecibles, las lluvias excesivas y la sequía causaban pérdidas significativas”, señaló. Tener un invernadero le ayudó a Earl a superar estos problemas.

Además, dijo, [el invernadero] “ha cambiado mi vida porque las pérdidas que he tenido en el pasado de mis cultivos al aire libre debido a la lluvia excesiva y la sequía, ahora se han transformado en producción en el invernadero. El entorno protegido me permite obtener mayores rendimientos, sobre todo en el caso de los pimientos morrones”.

The World Bank
Earl, otro beneficiario del proyecto, arranca pimientos frescos de su invernadero.

A través de la adopción de la agricultura de invernadero, Earl no solo ha superado los problemas del clima impredecible, sino que también ha logrado estabilidad financiera, y sus hijos han podido cursos estudios superiores y asegurar sus propios futuros.

En toda Jamaica, el proyecto REDI ganó rápidamente reconocimiento por sus excelentes resultados en los cultivos de invernadero, y el grupo Content se conoce como el invernadero con mejor rendimiento de la región. Este éxito atrajo la atención de compradores importantes, como hoteles, dando lugar al establecimiento de asociaciones de suministro directo y a la ampliación de su presencia en el mercado. Hoy en día, los agricultores de REDI venden pimientos y tomates a diversas entidades, incluidos hoteles locales.

En particular, el grupo adoptó la sostenibilidad a través de la recolección de agua de lluvia, la aplicación de un enfoque de una producción de cero residuos y el uso de energía renovable. Los agricultores también recibieron capacitación sobre la aplicación de buenas prácticas agrícolas, entre ellas técnicas eficaces de gestión de los desechos para asegurar que todos los subproductos y residuos se utilizaran o eliminaran de una manera inocua para el medio ambiente. Al integrar la energía renovable y dar prioridad a la sostenibilidad, el grupo demostró el compromiso de reducir su impacto ambiental.

Fortalecimiento de los vínculos entre los productores y las industrias

La primera fase del proyecto benefició a más de 1300 personas, ya sea a través de capacitación directa o de creación de empleo. Ayudó a los participantes a impulsar las ventas, aumentar la productividad agrícola y mejorar los ingresos. A través de REDI, el 86 % de las empresas rurales del proyecto ampliaron su acceso a los mercados, y esto permitió a los pequeños productores agrícolas satisfacer las demandas de los grandes establecimientos turísticos al reemplazar las importaciones agrícolas internacionales por producción nacional. Además, el proyecto desempeñó un papel fundamental en la capacitación de proveedores de turismo comunitario para desarrollar e implementar planes de negocios, adoptando al mismo tiempo prácticas empresariales modernas, como la planificación, el mantenimiento de registros y la comercialización.

Sobre la base de la experiencia de REDI, se ha iniciado una segunda fase del proyecto, en la cual se prioriza el fortalecimiento de las cadenas de valor y los conglomerados turísticos y se hace hincapié en los vínculos entre productores/proveedores de servicios y compradores. Su objetivo es ampliar la escala de las pequeñas empresas agrícolas y turísticas, promoviendo al mismo tiempo la resiliencia climática.

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