COMUNICADO DE PRENSA

Informe del Banco Mundial: Mejorar significativamente la prevención del VIH en África es vital para el manejo del impacto financiero del mal en el largo plazo

Marzo 14, 2012




El análisis muestra que los futuros costos de tratamiento serán más altos en África meridional y Uganda

CIUDAD DE WASHINGTON, 14 de marzo de 2012. Mientras gran parte de la economía mundial enfrenta una desaceleración del crecimiento y perspectivas inciertas, sobre todo en los países desarrollados, un nuevo informe del Banco Mundial insta a los Gobiernos africanos y los donantes de asistencia para el desarrollo a hacer mucho más para prevenir nuevas infecciones de VIH. El Banco Mundial afirma que sin una drástica reducción de estas últimas, los actuales programas nacionales de tratamiento para las personas que sufren de VIH/SIDA podrían volverse insostenibles en los próximos años.

Después de décadas de incesante expansión, durante la cual el VIH/SIDA causó la muerte de más de 30 millones de personas en todo el mundo y más de 60 millones se contagiaron con el mal, las tasas de prevalencia de infección se están estabilizando a nivel mundial y en África. Más de 6 millones de personas están ahora bajo tratamientos que salvan vidas en todo el mundo, y el financiamiento mundial para esta enfermedad aumentó considerablemente, de US$260 millones en 1996 a US$15.900 millones en 2009. Sin embargo, el informe advierte que los costos de los tratamientos se incrementan constantemente y el resultado es una mayor presión sobre las escasas finanzas públicas, especialmente en África meridional, donde la epidemia es más intensa.

Según el informe ―La dimensión fiscal del VIH/SIDA en Botswana, Sudáfrica, Swazilandia y Uganda― una economía mundial cada vez más volátil está causando preocupación por el mantenimiento y la ampliación de los programas de tratamiento de la enfermedad en los países de ingreso bajo como Uganda, donde las tasas de prevalencia del VIH pueden ser inferiores a las de África meridional, pero con la fuerte dependencia del financiamiento externo que contribuye al 85% del gasto total en programas para el VIH/SIDA, la viabilidad de los mismos pende de un hilo.

“Cómo financiar la respuesta a largo plazo para el VIH/SIDA es una cuestión compleja, sobre todo porque el costo de tratamiento de las nuevas infecciones se extiende por varias décadas”, dijo Elizabeth Lule, coautora del informe del Banco Mundial. “Las inversiones estratégicas en la prevención de nuevas infecciones —a la vez que satisfacen los tratamientos actuales, la atención y las necesidades de apoyo— pueden ayudar a los países a planificar lo que de lo contrario será una carga fiscal inmanejable”.

El documento también advierte que el gasto actual para el VIH/SIDA se relaciona con infecciones del pasado y es un indicador potencialmente engañoso del costo público a largo plazo de la lucha contra la enfermedad. Sin embargo, las inversiones públicas para combatir la epidemia pueden reducirse con la mejora de la planificación fiscal y el freno de nuevos contagios.

En Botswana, donde una cuarta parte de la población de 15 a 49 años vive con VIH, el informe pronostica que los costos fiscales del VIH/SIDA alcanzarán un pico del 3,5% del producto interno bruto (PIB) en 2016 y caerán lentamente a un 3,3% del PIB para 2030 si disminuye la epidemia. Con la desaceleración de los ingresos provenientes de la minería con relación al PIB, los costos fiscales del VIH/SIDA podrían aumentar a más del 12% de los ingresos del Gobierno para 2021, presentando un desafío fiscal extraordinario.

En Sudáfrica, el VIH/SIDA tiene consecuencias importantes para las finanzas públicas y la capacidad del Gobierno para alcanzar sus otros objetivos clave de política social y salud. Un aspecto importante de la dimensión fiscal de este mal en Sudáfrica es el impacto en los gastos sociales.

“La ampliación de los programas de prevención del VIH, permite a Sudáfrica ahorrar (US$2.500) por cada infectado”, señaló Ruth Kagia, directora del Banco Mundial a cargo de las operaciones en Botswana, Sudáfrica y Swazilandia. “La inversión en la recopilación de datos sobre los impulsores de la epidemia es clave para que la respuesta nacional al VIH/SIDA sea más eficaz y logre mejores resultados sociales y en materia de salud para las personas”.

En Swazilandia, el VIH/SIDA tiene repercusiones fiscales más graves, debido al descenso de los ingresos del Gobierno y la situación macroeconómica. Este país tiene la mayor prevalencia de VIH del mundo y ha financiado el 60% de los costos de la enfermedad con sus recursos nacionales en los últimos años. Sin embargo, los costos del programa de lucha están aumentando y se proyecta un  incremento al 7,3% del PIB para 2020. El financiamiento externo deberá aumentar considerablemente para satisfacer este déficit.

En Uganda, se estima que los costos de la respuesta nacional al VIH/SIDA aumentarán a más del 3% del PIB y el financiamiento externo ha aportado un 85% del gasto total. Los costos que ocasiona cada nueva infección se estiman en aproximadamente 12 veces el PIB per cápita (US$5.900) a partir de 2010.

“Con frecuencia, no son los países con mayor prevalencia del VIH los que se enfrentan a la carga más pesada en el financiamiento de sus programas de lucha contra la enfermedad, sino los países de ingreso bajo donde el costo de cada infección es varias veces superior al PIB per cápita, y los recursos nacionales son más escasos”, dijo Markus Haacker, coautor del informe.

El informe sostiene que los Gobiernos deben evaluar mejor la sostenibilidad financiera y la eficiencia en la asignación de sus respuestas nacionales a esta epidemia conforme avanza el tiempo para poder gestionar de forma sostenible la carga a largo plazo del VIH/SIDA.

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COMUNICADO DE PRENSA N.º
2012/312/AFR

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