Expertos hacen un llamado a adoptar medidas “responsables” conducentes a una mayor inclusión financiera
Ciudad de Washington, 11 de noviembre de 2013. En un contexto en el que los servicios de banca móvil y otras innovaciones tecnológicas están impulsando la expansión de los servicios financieros en muchos países en desarrollo, un nuevo informe del Grupo del Banco Mundial exhorta a los responsables de las políticas a concentrarse en productos que beneficien sobre todo a los pobres, las mujeres y otros grupos vulnerables.
Por ejemplo, las cuentas de ahorro y de pago básicas permiten a los usuarios almacenar y transferir dinero en forma segura y les ayudan a mantener un nivel de vida relativamente estable. Sin embargo, en el caso de los productos de microcrédito y microseguro, la información disponible es variada.
“Si están bien diseñadas, las iniciativas para fomentar la inclusión financiera pueden ser un medio eficaz para empoderar a las personas,” dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial. “Ya sea que se trate de entidades públicas reguladoras del sector financiero o de bancos privados, es beneficioso para ellos que todos tengan acceso a servicios financieros. Esto es positivo para el mundo y nos ayudará a poner fin a la pobreza.”
La publicación Global Financial Development Report 2014: Financial Inclusion (Informe sobre el desarrollo financiero mundial 2014: Inclusión financiera) es el informe más completo sobre esta materia que se ha elaborado hasta ahora. Su lanzamiento se produce en un momento en que los responsables de las políticas se esfuerzan por llegar a los 2500 millones de personas de todo el mundo que carecen de acceso a servicios bancarios, y que representan alrededor de la mitad de la población adulta del planeta. Últimamente, más de 50 países se han fijado metas para mejorar la inclusión financiera. El mes pasado, el presidente Kim anunció una nueva iniciativa para brindar acceso universal a los servicios financieros a todos los adultos en edad de trabajar a más tardar en 2020, con la ayuda de innovaciones tecnológicas tales como cuentas de dinero electrónico y billeteras electrónicas.
Avances en el ámbito de la inclusión financiera
Los servicios de banca móvil han sido fundamentales para una mayor inclusión financiera de la población de bajos ingresos en países como Kenya, Filipinas y Tanzanía. En Brasil se amplió el acceso a los servicios financieros de los habitantes de zonas aisladas mediante la promoción de la “corresponsalía bancaria” basada en el uso de tecnología. Se trata de servicios financieros prestados en nombre de las entidades bancarias en tiendas y gasolineras, y por agentes que se movilizan en motocicletas y en botes por el río Amazonas.
Según el informe, los más beneficiados con las innovaciones tecnológicas son los pobres, pues la tecnología abarata los servicios financieros y facilita el acceso a ellos. Las economías de ingreso bajo, especialmente aquellas donde hay zonas aisladas con poblaciones dispersas, pueden beneficiarse considerablemente si se autoriza la prestación de servicios financieros fuera de las sucursales bancarias establecidas.
En muchos países se ha logrado ampliar el uso de cuentas bancarias entre los pobres, las mujeres, los jóvenes y los habitantes de zonas rurales, incluso sin necesidad de usar tecnologías avanzadas. Algunas medidas de política han resultado especialmente eficaces, como la exigencia de que los bancos ofrezcan cuentas de bajo costo, la eliminación de ciertos requisitos de presentar documentación que resulta costosa para los clientes, y el uso de sistemas de pago electrónico para el depósito de la ayuda financiera gubernamental en las cuentas bancarias. En Sudáfrica, el número de cuentas bancarias se incrementó en 6 millones en cuatro años gracias a un sistema público-privado. En Brasil, las reformas regulatorias resultaron en un aumento notable de los lugares que prestan servicios financieros; actualmente dichos servicios se brindan en todas las municipalidades del país.
Los desafíos para lograr una mayor inclusión financiera
A pesar de los progresos realizados, sigue habiendo dificultades. En numerosos países, rápidamente se ha comenzado a ofrecer cuentas bancarias básicas a quienes no contaban con dichos servicios, pero en algunos casos hay millones de cuentas que permanecen inactivas. Otro problema más preocupante aun es que cuando no existe una sana competencia y una reglamentación eficaz, a menudo se otorgan créditos a personas que no están en condiciones de recibirlos. Y, como se muestra en el informe, cuando se promueve el crédito sin tener en cuenta el costo, en realidad se exacerba la inestabilidad financiera y económica.
Los países de ingreso bajo enfrentan desafíos particularmente abrumadores. De acuerdo con análisis de la información contenida en la base de datos Global Findex del Banco Mundial, que se incluye en el informe, el 30% de los adultos de esos países hicieron ahorros en 2011, en comparación con el 58% en los países de ingreso alto. El 11% de los adultos de los países de ingreso bajo hicieron ahorros utilizando una cuenta bancaria, en comparación con el 45% en los países de ingreso alto. Además, alrededor del 9% de los adultos de todo el mundo concertaron un préstamo a través de una institución financiera formal, pero los adultos de los países en desarrollo tienen tres veces más probabilidades de pedir dinero prestado a familiares y amigos en lugar de hacerlo a través de una entidad bancaria.
“Los servicios financieros están fuera del alcance de muchas personas porque las fallas del mercado y del Estado han elevado los costos a niveles prohibitiva mente altos,” dijo Asli Demirguc-Kunt, directora de investigaciones del Banco Mundial, y coautora del informe. “En muchos casos, los servicios no están disponibles debido a obstáculos legales y regulatorios.”
Necesidad de abordar las fallas del mercado y del Estado
Para promover la inclusión financiera en forma responsable, en el informe se insta a los responsables de las políticas a mejorar las normas relativas a la divulgación de información, y a fomentar productos financieros innovadores y adecuados que aborden las fallas del mercado, satisfagan las necesidades de los clientes y permitan superar algunos obstáculos conductuales. Por ejemplo, las cuentas de ahorro con compromiso, en que solo se puede acceder al dinero ahorrado una vez que ha transcurrido un período de tiempo determinado o se ha alcanzado cierta meta, pueden fomentar el ahorro. Y cuando están bien diseñados, los seguros basados en un índice —en que el pago de indemnizaciones se vincula a un índice establecido, como por ejemplo la cantidad de lluvias o el precio de un producto básico— reducen los problemas de riesgo moral, ya que las indemnizaciones son reflejo de un índice cuantificable que escapa del control del asegurado.
Según el informe, los responsables de las políticas también pueden mejorar el acceso a los servicios financieros mediante la adopción de nuevas tecnologías, que no solo incluyen los servicios de banca móvil, sino otras innovaciones tales como la identificación de los prestatarios mediante la verificación de las huellas digitales y el escaneo del iris. Sin embargo, las autoridades deben lograr un equilibrio entre los incentivos para el desarrollo de nuevas plataformas de pago y la exigencia de que estas estén abiertas a la competencia.
Para lograr una inclusión financiera en forma responsable también es necesario que los consumidores entiendan mejor los temas financieros. En el estudio se concluye que la educación financiera típica que se imparte en cursos dirigidos a la población general no produce gran impacto. Sin embargo, esta puede ser eficaz en momentos clave de la vida de una persona, como por ejemplo cuando comienza un nuevo trabajo o cuando solicita un préstamo hipotecario. Según los datos que se destacan en el informe, las personas también aprenden mejor cuando la educación sobre asuntos financieros se imparte a través de las redes sociales y de medios que capten su atención, como las telenovelas.
El Grupo del Banco Mundial tiene la firme determinación de apoyar a los países en sus esfuerzos por impulsar el acceso a los servicios financieros. Actualmente tiene proyectos sobre inclusión financiera con asociados del sector público y el sector privado en más de 70 países.