Skip to Main Navigation
COMUNICADO DE PRENSAAbril 04, 2022

La recuperación económica de Asia oriental y el Pacífico está en riesgo a causa de la guerra en Ucrania, el ajuste monetario en EE. UU. y la desaceleración de la economía en China

Ciudad de Washington, 4 de abril de 2022. La guerra en Ucrania amenaza la reactivación desigual por la que atraviesan los países en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico después de la crisis de la COVID-19, señaló el lunes el Banco Mundial. La guerra se suma a los problemas económicos causados por la persistente pandemia de COVID-19, la aplicación de una política financiera restrictiva en Estados Unidos y el resurgimiento de la pandemia en medio de políticas de cero casos de COVID-19 en China.

La crisis derivada de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia afectan al suministro de productos básicos, aumentando la tensión financiera y frenando el crecimiento mundial, de acuerdo con el informe del Banco Mundial titulado East Asia and the Pacific Economic Update: Braving the Storms (Actualización económica sobre Asia oriental y el Pacífico: Desafiando las tormentas) (i). Los países de la región que son grandes importadores de combustible, como Mongolia y Tailandia, y de alimentos, como las islas del Pacífico, experimentan una disminución del ingreso real. Los países con una gran deuda, como la República Democrática Popular Lao y Mongolia, y con una gran dependencia de las exportaciones, como Malasia y Vietnam, son susceptibles a las crisis financieras y de crecimiento a nivel mundial.

“Justo cuando las economías de Asia oriental y el Pacífico se estaban reactivando tras la crisis provocada por la pandemia, la guerra en Ucrania frena el impulso del crecimiento”, dijo la vicepresidenta del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico, Manuela V. Ferro. “Los fundamentos económicos de la región, en gran medida sólidos, y las políticas prudentes deberían ayudar a enfrentar estas tormentas”.

Si bien los productores de productos básicos y los países fiscalmente prudentes podrían estar mejor equipados para hacer frente a estas crisis, las repercusiones de estos acontecimientos mermarán las perspectivas de crecimiento de gran parte de la región. Se prevé que el crecimiento económico global se reduzca al 5 % en 2022, lo cual representa 0,4 puntos porcentuales menos de lo previsto en octubre. Si las condiciones mundiales empeoran y las políticas de respuestas nacionales son deficientes, el crecimiento podría reducirse al 4 %. Se prevé que China, que representa el 86 % de la producción regional, crezca un 5 % en el escenario de referencia y un 4 % en el escenario a la baja. La producción en el resto de la región se prevé que aumente un 4,8 % en el escenario de referencia y un 4,2 % en el escenario a la baja. En el escenario a la baja, 6 millones más de personas de la región seguirían atrapadas en la pobreza en 2022, viviendo bajo la línea de pobreza de USD 5,50 al día.

Es probable que la guerra, la aplicación de políticas financieras restrictivas y la desaceleración económica en China magnifiquen los problemas provocados por la pandemia de COVID-19. Las empresas regionales en dificultades, más del 50 % de las cuales informaron atrasos en los pagos en 2021, se verán afectadas por nuevas crisis de la oferta y la demanda. Los hogares, muchos de los cuales volvieron a caer en la pobreza durante la pandemia, verán una mayor contracción del ingreso real a medida que los precios se disparan. Los Gobiernos endeudados, que han percibido un aumento en 10 puntos porcentuales de su deuda como porcentaje del PIB desde 2019, tendrán dificultades para brindar apoyo económico. El aumento de la inflación, al menos 1 punto porcentual por encima de las expectativas anteriores solo por la crisis del precio del petróleo, reducirá el espacio para la aplicación de una política monetaria más expansiva.

“La sucesión de crisis significa que, además de los mayores problemas económicos, la población tendrá que hacer frente a la disminución de la capacidad financiera de sus Gobiernos”, indicó Aaditya Mattoo, economista en jefe para Asia oriental y el Pacífico. “Una combinación de reformas fiscales, financieras y comerciales podría mitigar los riesgos, reactivar el crecimiento y reducir la pobreza”.

El informe recomienda cuatro tipos de medidas de políticas. En vez de controles de precios y asistencia no selectiva, el apoyo específico a los hogares y las empresas limitaría el impacto de las crisis y crearía el contexto propicio para inversiones que fomenten el crecimiento. Las pruebas de tensión de las instituciones financieras podrían ayudar a identificar los riesgos que se ocultan tras el velo de la tolerancia en la aplicación de las regulaciones. La reforma de las políticas comerciales sobre bienes y, principalmente, sobre los sectores de servicios aún protegidos, permitiría a los países aprovechar los cambios en el panorama del comercio mundial. La mejora de las habilidades y el aumento de la competitividad reforzarían la capacidad e incentivarían la adopción de nuevas tecnologías digitales.

COMUNICADO DE PRENSA N.º 2022/073/EAP

Contacto

Kym Smithies
+1 (202) 458 0152

Blogs

    loader image

ÚLTIMAS NOTICIAS

    loader image