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COMUNICADO DE PRENSAAbril 29, 2025

La caída de los precios de los productos básicos podría atenuar los riesgos inflacionarios derivados de las tensiones comerciales

Se prevé que los precios mundiales de los productos básicos caerán al nivel más bajo de los últimos seis años para 2026

CIUDAD DE WASHINGTON, 29 de abril de 2025. Según la última edición del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial, el tambaleante crecimiento económico coincide con una amplia oferta de petróleo, lo que puede hacer caer los precios internacionales de los productos básicos a su nivel más bajo en lo que va de la década de 2020. Esta disminución podría ayudar a moderar los riesgos de inflación a corto plazo derivados del aumento de las barreras comerciales, pero también podría obstaculizar las perspectivas de avance económico en dos de cada tres economías en desarrollo.

Se prevé que los precios internacionales de los productos básicos caerán un 12 % en 2025 y un 5 % adicional en 2026, hasta niveles que no se registraban desde 2020. En términos nominales, los precios podrían seguir siendo más altos que antes del inicio de la pandemia. Sin embargo, si se ajustan por inflación, es probable que caigan por primera vez por debajo del promedio preponderante entre 2015 y 2019. Eso marcaría el fin de un período de auge impulsado por el repunte de la economía mundial tras la pandemia de COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania de 2022.

El debilitamiento de las perspectivas de crecimiento constituye la conmoción más reciente que golpea a la economía mundial en lo que parece ser una década extraordinariamente agitada para los mercados de productos básicos. La volatilidad de los precios de este segmento ha sido mayor que en cualquier década anterior desde, al menos, la de 1970. Resta por ver si esto marcará el comienzo de una era más turbulenta para los mercados de productos básicos. En cualquier caso, la confluencia de tensiones comerciales, conflictos, riesgos geopolíticos y frecuentes perturbaciones relacionadas con el clima aumentan las probabilidades de que esto sea así. 

“El alza de los precios de los productos básicos ha sido una bendición para muchas economías en desarrollo, dos tercios de las cuales son exportadoras de esos productos”, dijo Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Grupo Banco Mundial. “Pero ahora estamos ante la etapa de mayor volatilidad de los precios de los últimos 50 años o más. La combinación de una alta volatilidad de los precios y el bajo nivel de precios genera problemas. Las economías en desarrollo deberán adoptar tres medidas para protegerse: primero, restaurar la disciplina fiscal; segundo, crear un entorno más favorable para las empresas, de modo de atraer capital privado; tercero, liberalizar el comercio siempre que haya oportunidad”.

Los precios internacionales de los productos básicos han venido cayendo desde 2023, lo que ha ayudado a contener la inflación general en todo el mundo. Por ejemplo, el aumento de los precios de la energía sumó más de 2 puntos porcentuales a la inflación mundial en 2022. Sin embargo, en 2023 y 2024, la disminución de esos mismos precios ayudó a reducir la inflación. Se prevé que esa tendencia a la baja se intensificará este año, lo que podría mitigar algunos de los efectos del aumento de tarifas en los precios de las principales economías. Se espera que los precios de la energía disminuyan un 17 % este año hasta llegar al nivel más bajo de los últimos cinco años, y que caigan un 6 % adicional en 2026. Según las estimaciones, los precios de la variedad Bren de petróleo crudo promediarán un valor de apenas USD 64 el barril en 2025 —una disminución de USD 17 con respecto a 2024— y de solo USD 60 en 2026. Por su parte, se cree que los precios del carbón caerán un 27 % este año y un 5 % adicional en 2026, a medida que se desacelere el crecimiento del consumo de este producto para la generación de energía en las economías en desarrollo.

Esa perspectiva refleja expectativas de un crecimiento económico más endeble, así como una desaceleración a largo plazo de la demanda mundial de petróleo. Se prevé que en 2025 la oferta mundial de petróleo superará la demanda en 0,7 millones de barriles por día. La rápida adopción de los vehículos eléctricos también ha reducido la demanda de petróleo: en China, el mercado automotor más grande del mundo, más del 40 % de los automóviles nuevos que se compraron el año pasado eran vehículos híbridos o que funcionaban con baterías. Esta cifra es casi tres veces superior a la de 2021. 

Por su parte, los precios de los alimentos caerán, según las previsiones, un 7 % en 2025 y un 1 % en 2026. Aun así, las Naciones Unidas estiman que este año se intensificará la inseguridad alimentaria aguda en algunas de las zonas más afectadas del mundo, lo que incidirá en 170 millones de personas de 22 economías altamente vulnerables. La caída de los precios de los alimentos básicos debería proporcionar algo de alivio a los esfuerzos humanitarios, en particular en un contexto de reducción del financiamiento para este tipo de actividades. De todos modos, no resolverá las causas subyacentes del hambre aguda, que en gran medida tienen su origen en los conflictos. 

Se espera que el precio promedio del oro —una opción popular entre los inversionistas que buscan un “refugio seguro”— alcance un valor récord este año y luego se estabilice en 2026. El oro ocupa una categoría especial entre los activos, ya que a menudo sube de precio durante períodos de incertidumbre geopolítica y normativa, como los conflictos. Se prevé que, en los próximos dos años, sus precios se mantendrán aproximadamente un 150 % por encima del promedio de los cinco años anteriores a la pandemia de COVID-19. En cambio, se espera que el precio de los metales industriales baje en 2025-26, a medida que caiga la demanda como consecuencia de las crecientes tensiones comerciales y la escasa actividad que continúa observándose en el sector inmobiliario de China. 

En una sección especial del informe se señala que los ciclos de auge y caída de los precios de los productos básicos se volvieron particularmente intensos en la década de 2020. Estos ciclos tan marcados pueden incidir de manera negativa tanto en la disciplina fiscal como en el crecimiento económico a largo plazo de estas economías. Desde 1970, la duración promedio de estos ciclos había sido de unos cuatro años, y los períodos de crisis se extendían un poco más que los de auge, según el análisis. Sin embargo, entre 2020 y 2024, la duración de estos plazos se ha reducido a la mitad. 

“Los precios de los productos básicos han fluctuado durante toda la década de 2020: se desplomaron con la llegada de la pandemia de COVID-19, luego alcanzaron máximos históricos tras la invasión rusa a Ucrania y luego volvieron a caer”, dijo Ayhan Kose, economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Grupo Banco Mundial. “En una era de tensiones geopolíticas, aumentos de la demanda de minerales de importancia crítica y desastres naturales más frecuentes, esto podría convertirse en la nueva normalidad. Para lograr atravesar las sucesivas oscilaciones de los precios de los productos básicos, las economías en desarrollo deberán generar espacio fiscal, fortalecer sus instituciones y mejorar el clima para la inversión con el objetivo de facilitar la creación de empleo”. 

Descargar el informe: https://bit.ly/CMO-April-2025-FullReport (i)

Enlace a los datos y gráficos: https://bit.ly/CMO-April-2025-Data (i)

Sitio web: worldbank.org/en/research/commodity-markets (i)

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COMUNICADO DE PRENSA N.º 2025/070/DEC

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