Discursos y transcripciones

Discurso que pronunciará Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial, en el evento de la iniciativa Cada Mujer, Cada Niño, en el marco de las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas

Septiembre 25, 2012


World Bank President Jim Yong Kim United Nations General Assembly New York , Estados Unidos

Texto preparado para la intervención

Ciudad de Nueva York, 25 de septiembre de 2012. Discurso que pronunciará Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial, en el evento de la iniciativa Cada Mujer, Cada Niño, que se celebrará el martes 25 de septiembre de 2012, en el contexto de las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Sr. Secretario General, sus excelencias, damas y caballeros:

Es para mí un gran placer estar aquí esta noche y promover, junto con ustedes, el avance de la iniciativa Cada Mujer, Cada Niño. El Banco Mundial brinda un amplio respaldo a este programa porque la salud de los niños y de las mujeres es absolutamente crucial para su misión fundamental de aumentar la prosperidad y poner fin a la pobreza. Sr. Secretario General, muchas gracias por dirigir este esfuerzo de importancia clave.

Los problemas de salud y los elevados costos directos de la atención sanitaria son algunas de las principales causas de la pobreza. El acceso a servicios de salud de calidad y bajo costo no solo tiene el objetivo de lograr que las personas sean más sanas, sino que es una base imprescindible para crear oportunidades productivas y empleos decentes, lo que en definitiva conduce a sostener el desarrollo económico.

Por eso, el Grupo del Banco Mundial continúa reforzando sus inversiones en la salud de mujeres y niños.

Durante los últimos cinco años, el Banco ha comprometido más de US$1400 millones para mejorar la salud infantil, y cerca de US$1000 millones adicionales para programas de salud reproductiva y materna.

En la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2010, nos comprometimos a entregar más de US$600 millones a lo largo de cinco años en programas de financiamiento basado en los resultados, para hacer frente a los desafíos de la elevada tasa de fecundidad, los problemas de salud maternoinfantil y la malnutrición en los 35 países más afectados. Dos años después, estamos bien encaminados hacia el cumplimiento de esa promesa: ya se comprometieron o están en vías de comprometerse US$368 millones.

Pero debemos hacer más para acelerar el avance. Innecesariamente, continúan muriendo grandes números de mujeres y niños que no tienen acceso a los servicios de salud básicos, asequibles y de calidad que requieren y merecen.

Por eso esta noche quiero anunciar que el Banco Mundial establecerá un mecanismo de financiamiento especial para que los donantes puedan ampliar su contribución y satisfacer así las urgentes necesidades relacionadas con los objetivos de desarrollo del milenio 4 y 5. Esperamos poder lograr esto aprovechando al máximo las posibilidades de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los más pobres. Estamos comprometidos a encontrar los recursos financieros y humanos necesarios para abordar estas cuestiones de importancia cardinal. En las próximas semanas, hablaremos con los accionistas de la AIF y con otros donantes y asociados interesados para determinar la mejor forma de hacer esto juntos.

No solo necesitamos más dinero para la salud; también necesitamos obtener mejores resultados con el dinero utilizado. El Banco Mundial tiene previsto alcanzar este objetivo de tres maneras.

Primero, estamos haciendo más hincapié en la salud reproductiva porque sabemos que es clave para lograr resultados más amplios en materia de salud. Gracias al Plan de Acción para la Salud Reproductiva, el 70% de los proyectos de salud del Banco Mundial en países con mortalidad materna elevada y/o altas tasas de fecundidad ahora se centran en la salud reproductiva. Estamos ayudando a garantizar una asistencia continuada, desde la planificación familiar, el embarazo y el parto sin complicaciones hasta el cuidado posnatal y la atención a recién nacidos y niños.

Segundo, estamos diseñando programas innovadores que vinculan el financiamiento con los resultados y producen considerables mejoras, tanto en el acceso como en la calidad de la atención de la salud para mujeres y niños pobres.

Para dar un ejemplo, en Burundi, el financiamiento basado en los resultados ha conducido a un aumento considerable de los servicios de salud reproductiva en apenas un año, lo que incluye un aumento del 25% en los nacimientos en unidades de salud, un aumento del 20% en las consultas prenatales y un aumento del 27% en los servicios de planificación familiar.

Tercero, y principal, estamos ayudando a los países a instituir sistemas de salud sólidos.

Para lograr resultados en gran escala, no se deben considerar solamente los insumos; hay que centrarse en los sistemas. Piensen, por ejemplo, en todo lo que necesita una madre para dar a luz sin complicaciones a un niño sano que pueda desarrollarse. Para empezar, la madre debe contar con la información adecuada y debe tener acceso a servicios de planificación familiar asequibles. Después, se necesitan alimentos nutritivos, vitaminas y atención prenatal, así como una clínica bien equipada y cercana con profesionales de la salud capacitados para un parto seguro. Y hace falta garantizar que la madre y el niño reciban las vacunas, los medicamentos y los cuidados de salud básicos necesarios.

Se requiere todo esto y más trabajo en equipo para tener un sistema de salud sólido, una red de personas, recursos e información que marque la diferencia entre la vida y la muerte.

Y un sistema de salud sólido necesita inversiones no solo en el sector sanitario. Debemos pensar en infraestructura, agua y saneamiento, sistemas de educación y mercados laborales: cada elemento tiene su función para lograr buenos resultados de salud.

Por último, como donantes y asociados en el desarrollo, tenemos la obligación especial de coordinar nuestros esfuerzos de asistencia y eliminar los obstáculos a la prestación eficaz de servicios. Me he comprometido a profundizar la colaboración con nuestros asociados multilaterales y bilaterales para garantizar que estamos trabajando de la forma más eficaz posible para responder a las prioridades de los países y obtener resultados.

¿Qué se necesita para que todas las mujeres y todos los niños vivan una vida saludable? He mencionado algunas de las cosas que sabemos que funcionan, pero también necesitamos nuevas ideas. Por eso pusimos en marcha una campaña mundial para preguntarle a la gente qué hace falta para eliminar la pobreza. Pueden buscarla en Twitter con el hashtag #Quéharías y darnos su opinión.

Muchas gracias. Espero que sigamos trabajando juntos para garantizar que cada mujer y cada niño tenga la posibilidad de sobrevivir y prosperar.

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