El cambio climático, la pobreza y la desigualdad son los problemas que definen nuestra era. Y van de la mano cada vez con mayor frecuencia.
Los pobres del mundo a menudo son los que más sufren los eventos climáticos, como las inundaciones, las sequías y la inseguridad alimentaria. Esto refleja una profunda injusticia: los pobres por lo general emiten menos gases de efecto invernadero y, sin embargo, son los más afectados por el cambio climático.
El Grupo Banco Mundial (GBM) es la principal fuente de financiamiento multilateral de iniciativas climáticas en los países en desarrollo. En los últimos cinco años, hemos destinado USD 83 000 millones a inversiones de este tipo. Esto representa el 26 % de los compromisos del GBM. El año pasado se registró el mayor volumen de inversiones climáticas de toda nuestra historia.
En los próximos cinco años, buscaremos ir más allá: nos proponemos lograr que el 35 % del financiamiento del GBM, en promedio, genere cobeneficios climáticos.
También trabajaremos para alentar y monitorear la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y en la Asociación Internacional de Fomento, procuraremos garantizar que el 50 % de este financiamiento climático respalde la adaptación y la resiliencia.
Por otro lado, apoyaremos la alineación con el Acuerdo de París ayudando a los países en desarrollo, a través de nuestros programas, a cumplir con sus contribuciones determinadas a nivel nacional, poner fin a su dependencia respecto del carbón y lograr la transición hacia economías con bajos niveles de emisión de carbono y resilientes frente al clima.
En nuestra respuesta a la pandemia de COVID-19, tenemos la meta de proporcionar un financiamiento de USD 160 000 millones para políticas y proyectos de inversión que contribuirán a apoyar una recuperación verde, inclusiva y resiliente.
Está muy claro: no podemos ayudar a los países a reducir la pobreza sin hacer frente a los desafíos del cambio climático.
