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Para apoyar la alineación de los objetivos de desarrollo y clima a nivel de país, el Grupo del Banco Mundial ha lanzado una nueva herramienta de diagnóstico básico: el Informe sobre el Clima y el Desarrollo del País (Country Climate and Development Report - CCDR). Los CCDR integran consideraciones sobre el cambio climático y el desarrollo y tienen como objetivo ayudar a los gobiernos, los inversores del sector privado, los ciudadanos y los socios para el desarrollo a priorizar las acciones más impactantes que pueden impulsar la resiliencia y la adaptación. Además, contribuyen a los bienes públicos mundiales mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), al mismo tiempo que cumplen objetivos de desarrollo más amplios. El primer conjunto de 19 CCDRs abarca 24 países. En conjunto, los CCDRs proporcionan tres lecciones principales.
El cambio climático supone una gran amenaza para los objetivos de desarrollo a largo plazo, especialmente la reducción de la pobreza. Con políticas de adaptación adecuadas, los países pueden reducir los impactos a corto plazo. Pero incluso con una adaptación adecuada, el éxito del desarrollo y la reducción de la pobreza requieren una rápida reducción de las emisiones mundiales de GEI, lo que exige, en primer lugar, una acción acelerada de mitigación en los países de ingresos altos y otros grandes emisores.
Los objetivos climáticos pueden alcanzarse sin comprometer el desarrollo, pero sólo si se cumplen ciertas condiciones claves. Estas condiciones claves incluyen acciones climáticas bien diseñadas, una fuerte participación del sector privado, un apoyo internacional adecuado y medidas complementarias apropiadas para gestionar las compensaciones inevitables, proteger el consumo de los pobres y facilitar una transición justa. La mayoría de las vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono de la CCDR son más ambiciosas que las actuales Contribución Determinada a Nivel Nacional, reduciendo las emisiones totales de GEI en los países de la CCDR en un 70% en comparación con el escenario de la política actual. Sin embargo, en conjunto, seguirían generando emisiones significativas en 2050, lo que demuestra la necesidad de ajustar estas vías para aumentar la ambición con el tiempo, pero también para mejorar el apoyo y la acción de los países de ingresos medios, incluso con emisiones negativas.
El éxito requiere acelerar reformas de políticas públicas, reasignar los escasos recursos públicos, aumentar la movilización de capital privado y aumentar el apoyo financiero de la comunidad internacional. Las vías resilientes y de bajas emisiones de carbono pueden generar ganancias económicas netas, si se pueden satisfacer las necesidades de inversión anual.