Skip to Main Navigation
publication Marzo 29, 2021

Ecuador: Estrategia de gestión financiera ante el riesgo de desastres

Image


CONTEXTO

Ecuador es un país muy expuesto y vulnerable al cambio climático y a los riesgos de desastres. El país, por su ubicación geográfica y sus características climáticas, hidrológicas y geofísicas, está constantemente amenazado por fenómenos de origen natural como sismos, inundaciones y erupciones volcánicas, que, a lo largo de su historia, han causado enormes pérdidas de vidas humanas y provocado graves efectos en su economía. De acuerdo con el análisis realizado en el presente informe, los sismos han generado el mayor número de pérdidas históricas en los últimos 50 años por un total de USD 8.467 millones; en segundo lugar, el evento reciente de pandemia de COVID-19, que hasta mayo de 2020 había causado pérdidas por USD 6.421 millones, y en tercer lugar, los efectos climáticos generados por el fenómeno de El Niño / La Niña, con pérdidas por USD 4.373 millones.

El impacto de los fenómenos geológicos ha sido importante y representa una amenaza latente para el Ecuador. El terremoto de 2016 presentó un costo total de reconstrucción de USD 3.344 millones, con el 67,4% financiado por el sector público. De esta manera, el Gobierno del Ecuador (GdE) jugó el rol de asegurador de última instancia de la economía, con las implicaciones negativas que esto conlleva fiscalmente. Sin embargo, se estima que las pérdidas por posibles escenarios futuros de terremotos con un periodo de retorno de 1 en 200 años podrían alcanzar los USD 30.582 millones.

De la misma forma, y de acuerdo con el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), los volcanes representan un riesgo constante, más aún si se considera que dada la limitación de recursos, solo ha sido posible estudiar el 15% de los volcanes existentes. Las amenazas epidemiológicas —enfermedades de impacto catastrófico o pandemias como la de COVID-19— representan un gran desafío para el país. Hasta el 13 de octubre de 2020, la COVID-19 había generado 11.827 muertes, y los impactos en la economía se calcula que serán considerables, ya que, si bien el producto interno bruto (PIB) del Ecuador venía decreciendo hasta llegar a casi 0, (crecimiento de 0,1% en 2019), el Banco Mundial estimó que la economía ecuatoriana decrecerá un 11% en 2020. La pandemia continúa y podría convertirse en la principal fuente de pérdidas de las últimas cinco décadas.

En el Ecuador, los efectos de las amenazas podrían ser exacerbados por acción del cambio climático. Se espera que el cambio climático incremente la variabilidad y la incidencia de los eventos climáticos extremos tales como sequías, inundaciones y precipitaciones intensas. Una consecuencia se muestra en el vínculo entre el calentamiento global y el incremento en la temperatura de los océanos, lo cual está estrechamente relacionado con una cascada de fenómenos. Por ejemplo, los eventos desencadenantes que inician con un incremento en la temperatura de los océanos, como el fenómeno de El Niño, seguido por inundaciones y desplazamientos de masas, por un lado, y por el otro, los vectores de enfermedades que se propician, como dengue o zika. El fenómeno de La Niña, asociado al enfriamiento de la temperatura de los océanos, podría acrecentar las sequías y potencialmente los incendios forestales. De acuerdo con los escenarios presentados en los informes especiales sobre escenarios de emisiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), estos indican factores directos e indirectos que enfatizan la alta vulnerabilidad al cambio climático en el Ecuador.


MULTIMEDIA

Image
click
VIDEO