ARTÍCULO

Incertidumbre en Asia oriental y el Pacífico: Testimonios de la crisis financiera

Diciembre 10, 2008


TITULARES
  • Países de Asia oriental no son inmunes a la actual recesión económica.
  • En 2009, como consecuencia de la ralentización del crecimiento, 5,6 millones de personas que podrían haber salido de la pobreza en esta región seguirán en las mismas condiciones.
  • Caída de precios de alimentos puede dificultar la vida de agricultores de zonas rurales.

10 de diciembre de 2008 — En las regiones alejadas de Mongolia, miles de pastores nómadas se preparan para hacer frente a un invierno incierto. Con temperaturas que pueden alcanzar los 30 grados centígrados bajo cero en algunos lugares, el país tiene uno de los climas para pastoreo más severos del mundo. Este año, sin embargo, la principal fuente de preocupación de estos pastores es la grave crisis económica mundial.

Hace apenas unos meses, durante el primer semestre de 2008, los países de Asia oriental cuya economía se basa en gran medida en las exportaciones, como es el caso de Mongolia, disfrutaban de un fuerte crecimiento impulsado por los altos precios de los productos básicos. No obstante, estos valores llegaron a su pico alrededor de junio, la crisis se aceleró en septiembre y ahora los habitantes de esta región han comenzado a sentir sus efectos.

En la zona rural de Tsogt, asentado entre las montañas de la provincia de Gobi-Altai, situada a 1.200 kilómetros al sudoeste de la capital mongola de Ulaanbaatar, un pastor expresa su preocupación en cuanto a la obtención de un préstamo bancario indispensable para sus actividades.

"La vida es muy difícil. El año pasado, podíamos obtener préstamos destinados a los pastores en los bancos comerciales que operaban activamente en las provincias”, dijo rodeado de cabras, camellos y ganado. “Ahora no hay préstamos, y los precios [del cuero y la piel] están muy bajos en el mercado".

Aunque han llegado a esta crisis mejor preparados que en el pasado, los países de toda Asia oriental no escapan del impacto de la actual crisis. Las actividades económicas disminuyeron en 2008 y esta tendencia continuará en 2009, según la última evaluación semestral del Banco Mundial sobre la salud económica de la región de Asia oriental y el Pacífico.

El crecimiento experimentado en la región, gran parte del cual se debe a China, sigue siendo alto en comparación con otros lugares del mundo, dijo Ivailo V. Izvorski, principal economista del Banco Mundial, quien encabezó la preparación del informe titulado East Asia: Navigating the Perfect Storm (Asia oriental: Sobrevivir a la tormenta perfecta). No obstante, la ralentización es evidente, mientras se pronostica que el crecimiento real del PIB en los países en desarrollo de Asia oriental disminuirá al 6,7% en 2009, frente al 8,5% registrado en 2008.

"En términos generales, el nivel de vida continuará mejorando y, a su vez, disminuirá la pobreza, pero el ritmo será más lento en comparación con el esperado hace apenas seis meses atrás”, dijo Izvorski, agregando que muchos habitantes de esta región afrontan un futuro económico incierto.

Consecuencias de gran alcance

El próximo año, como consecuencia de la ralentización del crecimiento, 5,6 millones de personas que podrían haber salido de la pobreza en Asia oriental seguirán en las mismas condiciones. Muchas otras experimentarán un deterioro de su nivel de vida a causa de un lento crecimiento del salario y un mayor desempleo. Según Izvorski, la crisis afectará incluso a la clase media, así como a otras personas que están sobre la línea de pobreza.

En Tailandia, la vida es cada vez más difícil para M-One Kodkaew, un taxista que comenta que su salario representa hoy día una tercera parte de lo que ganaba en 2006. “Estos últimos seis meses han sido desastrosos”, dijo. “Estoy muy preocupado. La gente dice que la economía va a empeorar el año que viene”.

Después de pagar el alquiler y la gasolina de su taxi, este padre y marido de 37 años lleva diariamente a su casa alrededor de 400 bahts (algo menos de US$12). Esta reducción del salario ha forzado a Kodkaew a recortar muchos gastos. Ha pensado en marcharse a una zona rural de Tailandia o abrir una tienda, pero no cuenta con los recursos económicos necesarios. "No sé qué hacer. Después de nueve años al volante, ser taxista se ha convertido en mi profesión".

Un año nuevo lleno de incertidumbres

En la isla de Sumatra, Indonesia, los productores de aceite de palma vivían holgadamente a principios de este año. En marzo de 2008, el precio promedio del aceite de palma crudo (APC) a nivel internacional se había duplicado y los agricultores locales disfrutaban de un ingreso mensual que era seis veces más alto que el sueldo promedio de los funcionarios públicos provinciales con títulos universitarios.

Alex Sinaga, productor de aceite de palma de la provincia de Jambi, se enriqueció y al mismo tiempo comenzó a contraer muchas deudas. Pero el precio del aceite de palma fresco bajó casi siete veces en pocos meses y algunos compradores están cancelando sus contratos de compra para hacer un nuevo contrato a un precio más bajo. Inevitablemente, muchos agricultores como Sinaga se encuentran ahora en grandes dificultades para saldar sus deudas.

Según Izvorski del Banco Mundial, la disminución de los precios de los alimentos predice tiempos más difíciles para los que se dedican a la agricultura, mientras que en cambio los precios más bajos de los alimentos y el combustible ayudan a aliviar las penurias financieras de las personas de escasos recursos que viven en las ciudades de Asia oriental. Pero los países que son exportadores de productos básicos, entre ellos, Indonesia, Malasia, Mongolia y Papua Nueva Guinea, sufrirán un impacto negativo.

En Filipinas, Luningning Vosotros, una viuda con cuatro hijos, dice que aunque alimentar a sus jóvenes es cada vez más difícil, la reciente caída de los precios del combustible y el transporte público la ha beneficiado. No obstante, gana apenas 3 a 5 dólares al día como manicura y pedicura en la ciudad de Mandaluyong, y los 2 dólares que gasta generalmente por comida para alimentar a su familia no le rinden como antes. "No sé que va a pasar el año que viene", agregó.

Sobre la base de las lecciones aprendidas en la crisis financiera asiática de 1997, los países de la región adoptaron políticas fiscales y estructurales prudentes que les están permitiendo superar lo peor de la tormenta hasta ahora. Sin embargo, esta puesta a prueba de la resistencia crea grandes incertidumbres para el año 2009.

 


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