ARTÍCULO

América Latina crecerá entre 5-6 por ciento en 2010

Octubre 08, 2010


WASHINGTON DC, October 8, 2010 - La nueva cara de América Latina tras la crisis financiera mundial es de piel curtida y casi impermeable a los ‘shocks’ externos, pero también es suave y amable con los más vulnerables.

Un informe del Banco Mundial sostiene que la conducta económica de la región es resistente, globalizada y dinámica, a medida que se apronta para alcanzar un crecimiento de 5-6 por ciento en 2010, mostrando que las inversiones en protección social le permitieron proteger a los más vulnerables de los peores efectos de la contracción.

Presentado como parte de las Reuniones Anuales del Banco Mundial, el informe económico semestral sobre América Latina también revela que la recuperación en la región excede a la de las naciones más ricas y se compara con el crecimiento por encima de 7 por ciento pronosticado para los Tigres Asiáticos. A fin de cuentas –afirma el documento-, la crisis en América Latina y el Caribe (ALC) fue de corta duración, en comparación con otras partes del mundo, en parte gracias a los sólidos marcos macroeconómicos y fiscales instaurados mucho antes de que la crisis hiciera impacto.

De manera individual, Brasil, Perú y Argentina encabezan el grupo con un crecimiento proyectado de 7,5 por ciento, en tanto se espera que Uruguay y Paraguay superen largamente el promedio regional. Chile, Colombia, México, Panamá y la República Dominicana, mientras tanto, probablemente muestren un crecimiento robusto en el rango de 4-5 por ciento, de acuerdo al informe Globalizada, resistente, dinámica: la nueva cara de  América Latina y el Caribe.

Leve aumento en el desempleo y la pobreza

Este inesperado desempeño económico también trajo consigo algunos resultados alentadores en la esfera social. Los números de desempleo y pobreza fueron mucho más bajos que en crisis anteriores. Mientras que en el punto álgido de la crisis se creyó que 10 millones de personas se sumarían a los pobres de la región, los datos con base en las proyecciones de crecimiento más recientes indican que sólo 2,1 millones de personas se sumaron al conjunto de los llamados pobres moderados (que viven con menos de $4 al día), mientras que 2,5 millones ahora forman parte de los indigentes (viviendo con menos de $2.5 al día).

En cuanto al mercado laboral, hace un año se estimaba que 3,5 millones de personas quedarían desempleadas en 2009, pero esas cifras ahora se ajustaron a la baja, alcanzando unos 2 millones de nuevos desempleados en 2009. Y estas son las cifras reales, no proyecciones.

A pesar de lo sombrío de estos números, hay razones para mantenerse optimistas, dado que es muy probable que éstos disminuyan a medida que la prosperidad de la región aumente, indicó de la Torre.

“Si la región mantiene la actual tasa de crecimiento-reducción de la pobreza, reflejando la tasa previa a la crisis, podríamos establecer que unas 7 millones de personas saldrán de la pobreza este año”, dijo de la Torre.

La misma lógica se puede aplicar al desempleo. La informalidad, una respuesta laboral a las recesiones en América Latina, no creció como en anteriores crisis, mientras que la formalidad mantuvo su tendencia creciente durante la reciente crisis económica, indicó Louise Cord, jefa de la unidad para la reducción de la pobreza del Banco.

“Si bien el desempleo creció, los salarios reales se mantuvieron en un nivel relativamente elevado, y la calidad del empleo no pareció deteriorase de manera significativa”, dijo Cord en un informe separado titulado ‘¿Aprendió América Latina a proteger a sus pobres de los impactos económicos?' 

Sólidas políticas macroeconómicas

¿Qué se esconde detrás de esta fachada a prueba de crisis que muestra la región? Se unieron circunstancias y políticas apropiadas que impulsaron a América Latina hacia una recuperación rápida y un crecimiento aún más rápido, apuntan los expertos.

A la buena labor realizada por América Latina en el frente macroeconómico y financiero, se le suman fuerzas externas como la rápida recuperación de los precios de las materias primas y un mayor umbral de riesgo por parte de los inversores extranjeros, que se traduce en enormes flujos de capital hacia la región entera.

Pero la fortaleza del sistema inmunitario de la región frente a los golpes externos en realidad se sostiene en tres pilares que se construyeron con el tiempo y que pueden atribuirse a un buen liderazgo:

1) Mejores marcos para políticas macroeconómicas y financieras que se convierten en amortiguadores o mitigadores en lugar de canales de amplificación de las crisis. Estas mejoras incluyen monedas fuertes – que antes servían como amplificadores de los golpes – y políticas fiscales contracíclicas que permitieron la implementación de potentes estímulos fiscales durante la crisis. Los sistemas bancarios también se vieron fortalecidos, ya actualmente existen suficientes barreras – como liquidez y provisión de capital – como para soportar un impacto sin afectar el resto de la economía.

“Este es un factor muy importante que explica la resistencia de ALC y por qué se está recuperando tan bien durante esta fase”, dijo de la Torre.

2) Una mejor integración en los mercados financieros mundiales le permitió a la región convertirse en acreedor neto del resto del mundo en lugar de deudor – un cambio que generó un colchón de efectivo, frente a una posible contracción. En el pasado, América Latina solía mantener demasiados contratos de deuda que la exponían a riesgos de refinanciamiento, alzas en los tipos de interés, cambios del ánimo inversor, que luego podían causar estragos en sus finanzas. Hoy en día la región es una gran deudora por el lado de las acciones, incluyendo las inversiones extranjeras directas (IED), y acreedora por el lado de la deuda, algo que genera una cartera de deuda más robusta. Las IED sobrepasaron la marca de los $60 mil millones en 2010, casi alcanzando los niveles de 2007. 

3) La diversificación de su estructura comercial pone a América Latina en una posición única para aprovechar la voraz demanda china de materias primas regionales, al tiempo que la desensibiliza de los acontecimientos económicos que tienen lugar en lugares como Europa, Estados Unidos y Japón. Buena parte del crecimiento regional puede atribuirse a la ‘conexión china’, viendo que la participación de ese país en las exportaciones de materias primas se multiplicó por diez desde 1990 (de 0,8 por ciento en 1990 a 10 por ciento del total de las exportaciones de materias primas en 2008).

Sin embargo, no hay nada definitivo respecto a la recuperación regional. Ocurre en un ambiente mundial aún volátil, en donde el crecimiento del primer mundo – todavía importante para América Latina – sigue siendo incierto.

Manejar el riesgo es prioridad

Por lo tanto, ahorrar ahora para anticipar épocas de vacas flacas sigue siendo extremadamente importante, indicó de la Torre, agregando que la región debería tomar una actitud más proactiva y aumentar el ahorro público, en particular los países exportadores de materias primasy.

Otro de los temas importantes de la agenda regional es el manejo de la presión alcista sobre las monedas, debida en parte a los enormes flujos de capital que ingresan a la región. “En este momento, las políticas monetarias en buena parte de ALC están sobrecargadas – se espera que manejen la complejidad multifacética asociada a los crecientes flujos de capital y los elevados precios de las materias primas de manera individual, sin recibir ayuda de las políticas fiscales y sin herramientas macroprudenciales apropiadas”, dijo de la Torre.

Además, las políticas macroprudenciales – una nueva agenda que se discute en las economías avanzadas – podrían ayudar a la región a manejar los riesgos potenciales de esta nueva bonanza.

Estas políticas – que incluyen medidas como controles a los flujos de capital y límites a la expansión crediticia – deberán implementarse si se quiere manejar el riesgo real de que las economías regionales incurran en excesos financieros, advirtió de la Torre. Por ejemplo – dijo –, los elevados flujos de capital pueden ser canalizados a través del sistema financiero de “manera imprudente”, derivando en aumentos excesivos de los activos inmobiliarios, acciones y demás activos, y en tasas excesivamente altas de crecimiento crediticio.

“Esto puede dar lugar a una crisis más adelante, por lo que debemos hacer un esfuerzo para promover las políticas macroprudenciales dentro del debate económico regional”, sostuvo de la Torre.

‘Globalizada, resistente, dinámica: La nueva cara de Latinoamérica y el Caribe’ concluye que no habrá lugar para la complacencia en el futuro. Indica que si bien los sistemas inmunitarios de la región esta vez pasaron el examen, la resistencia indefinida de los países regionales no es inevitable.

 


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