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ARTÍCULO

México: bien posicionado para enfrentar riesgo mundial


MÉXICO, 19 de abril de 2012 - En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, los países enfrentan un clima de incertidumbre y riesgo, por lo que ninguna economía puede considerarse completamente inmune a los impactos negativos. Una mayor integración en el mercado internacional, si bien tiene sus ventajas, muchas veces significa mayor exposición al riesgo.

Un nuevo informe del Banco Mundial —“América Latina frente a la volatilidad, el lado oscuro de la globalización”— subraya dichos peligros, pero así también la capacidad de estos países de enfrentar la incertidumbre.

Tomemos el ejemplo de México. Si bien su economía está muy expuesta a ciertos impactos externos, también está relativamente bien preparada para responder a estos comparado con los demás países de la región, plantea el informe.

Algunos de los principales riesgos enfrentados por las economías latinoamericanas, y por ende la mexicana, incluyen:

El colapso financiero en la zona del euro y un panorama débil para la economía de EE. UU.

La desaceleración en China, impactando en el precio de las materias primas

Un aumento de la aversión al riego en los mercados financieros internacionales

Dado que el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino los EE. UU., una lenta recuperación económica en ese país podría tener efectos significativos sobre la situación económica de México.

Los problemas de la zona euro y China podrían tener un efecto menos pronunciado en México: apenas 6 por ciento de las exportaciones mexicanas se dirigen a Europa y 3 por ciento a China. De hecho, México está muy expuesto a cualquier fluctuación en el precio del petróleo, dado que un tercio de su ingreso público deriva del petróleo.

Si bien es vulnerable ante estos riesgos, México está preparado para absorber cualquier impacto, según la economista en jefe del Banco Mundial para México, Paloma Anós Casero. “México está muy expuesto, pero dada su mayor capacidad de respuesta —gracias a sus buenas políticas—, en términos generales será capaz de resistir los impactos negativos.”

Comparado a los países centroamericanos, expuestos de manera similar a cualquier impacto negativo proveniente de la economía de EE. UU., México está en una mejor situación, dada su capacidad de responder con una batería de medidas, dice Anós.

Sólida política fiscal 

He aquí la razón.

Primero, la política fiscal de México es bastante sólida. A pesar del déficit fiscal y el riesgo potencial de una disminución en el precio del petróleo —que derivaría en serias consecuencias económicas—, el país se preparó para contrarrestar cualquier impacto mediante instrumentos como un fondo de estabilización petrolera o contratando coberturas contra el precio del petróleo. Esto es esencial para que el país se asegure el gasto público necesario para mitigar el impacto de una crisis, explica Anós Casero.

Segundo, México goza de buena reputación en los mercados financieros, gracias a su bajo nivel de deuda pública. Asimismo, la inflación es moderada gracias a una política monetaria creíble y al espacio con que cuenta el Banco Central Mexicano para bajar la tasa de referencia —un punto crucial a la hora de mitigar el efecto de una crisis en el mercado doméstico.

Además, el país cuenta con un régimen cambiario flexible, un buen amortiguador que le permite a la moneda depreciarse y respaldar las exportaciones en caso de una crisis.

A corto plazo, México debería continuar apuntalando estos amortiguadores para sobrellevar cualquier impacto externo, dice Anós Casero. “A mediano plazo, no hay lugar para la autocomplacencia, porque el país sigue creciendo poco,” agrega.

Se espera que la economía mexicana crezca un 3,5 por ciento en 2012, pero necesita crecer más rápido para atender los elevados niveles de pobreza y desempleo, dice Anós Casero.

“El principal desafío para un mayor crecimiento es la baja productividad del país, realmente necesita implementar políticas que promuevan la productividad, como mejorar el clima de inversión o la educación,” dice.

También sería bueno que llevara a cabo políticas sociales inteligentes para promover el crecimiento inclusivo y abordar la brecha social. En caso de una crisis, las actuales políticas mexicanas debería ser capaces de proteger a los llamados pobres crónicos. Pero los ‘pobres transitorios’ —aquellos que están apenas por encima de la franja de pobreza y que pueden volver a caer en la misma al comienzo de una crisis— corren peligro, advirtió Anós Casero.

 

 

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